Repertorio Americano 293 De los poemasan pesimistas Subrayados se escriben estos libros actuales.
La película tiene la clave del secreto.
Los bienes del gobierno, dice, leo los males del mando, dice libres, leo esclavos, respeto a todas las creencias. Qué farsa. mentidero!
Dice el diario Oficial: Debe seguir la tasa, ferrocarril y bancos son nuestros; imajadero!
Mientras, hacia Mammón la caravana pasa.
Yo oy hombre Yo soy hombre. No sigas hablando. Basta y sobra.
Inútil la caídd fugaz de las palabras.
Igualmente vacía resulta cualquier obra.
Que entres o que salgas, que cierres o que abras. El ataúd, la cuna, la flor, la rama seca.
y el niño preguntando. Para qué. Para qué?
Silencioso el abuelo, responde: Con la mueca de los más acabados problemas, iyo, no sé!
Sin embargo aunque nada comprendamos, abuelo, contemos a los niños los cuentos de las hadas, diáfano, sin costuras humanas, este velo tiende sobre las cosas, penumbras encantadas de gracia candorosa, primitiva, cristiana.
Los ojos de los niños, abiertos, muy abiertos, ven, como por vislumbres, una tierra lejana, isla de golfos dulces, y. de tranquilos puertos.
Son el otro evangelio los cuentos de camino; y la historia mensaje de los siete pecados.
Este era un rey. comienza, bajo palio divino abren los dulces niños sus ojos no manchados.
Niño, ique no crecieras! Francis Jammes decía, pues eres un espejo de milagrosa luna.
Si mañana tus ojos, ventanas de alegría, tuvieran desdichados, la pésima fortuna (Punto y coma, comienza la Pascua Florida del Unico y verdadero rey Salomón. Punto y coma del Hijo del Hombre, siete sellos pone sobre la vida, nuestro Rey Salomón.
Dulces labios, ligeros, manios limpias, bellos ojos, mansas, floridas, pascuas, mi corazón. PALLAIS. Presbítero Leon de Nicaragua.
La Follette de leer a Vargas Vila. Niño, mejor te fuera no haber nacido; como Judas entregador; es de otros sin embargo, tan firme, valedera, legitima y sellada palabra del Señor.
En un sapo más sucio, Satanás se recrea, algo más asqueroso, factor común del loco, su fauna verdi negra, su rostro, su marea, su condición, su forma, su materia, su modo.
Niño. que no crecieras! Francis Jammes decía, pues eres un espejo de milagrosa luna, si mañana tus ojos, ventanas de alegría, tuvieran desdichados, la pésima fortuna. OBERT Marion La Follette, el político más abiertamente radical de los Estados Unidos, acaba de morir. Tenia setenta años, y sin embargo, se encontraba en todos los cam; pos de la politica, enérgica y audaz, y cada día más avanzado en las ideas que sostuvo siempre con entereza.
Dentro de los dos partidos más o menos iguales de los Estados Unidos, que apenas si tienen profundas divergencias de personalismos, La Follette representaba el tipo genuino del radical brioso, enérgico, sincero y violento.
De esa manera tuvo La Follette períodos de impopularidad que hubieran acabado con cualquier otra carrera política que no fuera la suya; pero él sabía imponerse con sus ideas sin vacilaciones, de una manera rotunda. Por eso, después de haberse granjeado las más violentas antipatías por su actitud de pacifista en la gran guerra, ya en las elecciones últimas estaba otra vez al frente de un partido numeroso.
Al miedo que despertaron siempre en los políticos calmados sus ideas agresivamente radicales, se debió el triunfo de Coolidge.
La Follette muere con el escudo en la mano. Siempre den.
tro de sus ideas, sin claudicaciones vergonzosas y sin vacilanes, cada día renovando su idearium hacia un sentido más amplio y liberal, estaba en los frentes de su partidoʻy de la política, rudo y fuerte. Así lo ha cogido la muerte. En el campo combativo en que había vivido.
Su carrera fué brillante. Adolescente casi, comenzó la lucha, y, como todos los grandes hombres públicos de Norte América, fué ascendiendo segura y progresivamente. Fué derrotado en las últimas elecciones. Pero es seguro que habría llegado a la Presidencia a no impedirselo la muerte, a pesar del criterio tímido del pueblo americano, en asuntos políticos.
En Norte América, donde abunda tanto el político de propaganda, el político de bluff, no es común el tipo del polltico, que, como La Follette, sea extremista, violentamente extremista e intransigentemente probo.
Aún estaba fresca en la memoria de sus compatriotas su severa figura de investigador en Teapot Dome, cuando la tie.
rra cubre las cenizas del hombre recio, del luchador incansable. El Tiempo, Bogotá. Hombre como quien dice: Fray Comedias Burlando.
Qué dichosos los ciervos que vuelven de la fuente. yo silbo, tú silbas, los hombres, hasta cuåndo será todo palabras de la hermana serpiente?
Hombre como quien dice: Mandíbula que traga.
Hablan todas las viudas, de tregua, de perdón; y el usurero dice: pues si no se me paga tendré que devorarlas, porque soy tiburón.
Comer bien conjugado, comer en voz activa.
El tiburón es una boca desmesurada en sus tres dimensiones, siete veces nociva, y un hambre que no puede comprarse con nada.
Hombre como quien dice. Qué dichosas las cabras!
no se meten con nadie, rebeldes, apartadas, sin estas democracias disueltas en palabras, y sin estos pasquines de letras subrayadas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica