Tomo REPERTORIO AMERICANO Núm. 17 San José, Costa Rica 1925 Lunes de Enero SEMANARIO DE CULTURA, HISPANICA, SUMARIO: El maestro de escuela, por Tagore. Alma Mater, por Omar Deugo. Maria Cristina, por Froylán Turcios. Baldomero Sanin Cano. Canciones, Villancicos, Esperas, por Carlos Barrera. Transformación conceptual de la enseñanza publica, por Leopoldo Lugones. Juicio de Luna Park, por León Pacheco. solas, por Julio Mercado? El último.
billete, por Froylán Turcios. Las tres claridades, por José Vasconcelos. Glosas, por Eugenio Ors. Impresiones de arte (continuación. por Rubén Yglesias Hogan.
El maestro de escuela (De La Nación, Buenos Aires. tal, cuando somos niños, conseguimos acopiar los hechos entre que yo discutiría mis ideas sobre educación, habría sor sorpresas inesperadas. La sorpresa nos proporciona ese choprendido hasta la imaginación de un poeta. Porque supongo que necesario para darnos intensamente la conciencia de los que, a lo menos, algunos de vosotros sabéis que desde los hechos de la vida y del mundo. Los hechos deben llegar frestrece años apenas si estuve en una casa de enseñanza, cos al niño para sobrecoger su mente en plena actividad. Tal hasta el presente, que tengo hecha mi reputación de poeta y actividad era considerada intolerable por el maestro de escue que he sido invitado a pronunciar conferencias. Cuando me la que reinaba en la clase a la cual estaba yo obligado a creí obligado por el deber a abrir una escuela para niños, asistir. El maestro decía que yo tenía que ser pasivo, y mi no tenía sino poca experiencia de la educación. Quizás esto mente se rebelaba a cada momento, porque la madre naturahaya sido una ventaja para mi. Puesto que no me sentía enca leza me alentaba a no aceptar nunca la tiranía de ese hombre.
denado por las doctrinas estrechas y secas de la educación, Lo que es importante en la vida del niño es la imperiosa tuve que hacer mi propia experiencia en los hechos y en los demanda del propósito. En la edad adulta, pues que hemos fracasos. Adquirí perfecta conciencia, cuando era joven, de lo hecho de nuestra vida un fardo de propósitos poco definidos, que es erróneo en la educación. Esto fué lo que me separó excluimos todos los hechos que no entran dentro de sus fronde la escuela y lo que me decidió, cuando era ya viejo, a teras. Nuestro propósito ocupa toda la atención de la intelifundar una institución en la que no se cometieran algunos de gencia en sí misma e impide la vista clara de la mayor parte esos errores, que me habían hecho sufrir en la niñez.
de las cosas de nuestro alrrededor; construye un cauce angosto Cuando tenía alrededor de cinco años y me vi obligado a para nuestra idea deliberada, que busca su fin por caminos asistir a la escuela, todo mi corazón se rebelo contra ese or estrechos. El niño, puesto que no tiene objeto consciente de denamiento, en que faltaba el tinte del color, el interés de la vida fuera de la vida misma, puede ver touas las cosas de vida: donde las lecciones no tenían relación ninguna con la su derredor, puede escuchar cada voz, con perfecta libertad vida y sus problemas, y al que yo había sido expatriado del de atención, puesto que no tiene que ejercer la elección en la paraiso en que nací, donde la naturaleza se expande llena de adquisición de sus conocimientos. Da rienda suelta a sus inbelleza; esto no por ningún crimen, sino por haber nacido quietudes, que conducen a su pensamiento a chocar contra ignorante. Me vi expatriado dentro de una jaula donde la sus experimentos. Como el agua que corre sobre las piedras, educación se impartia de afuera, como se alimenta a los pája se arroja sobre los obstáculos, y entre ellos adquiere cada ros. Mi corazón sintió toda la indignidad de semejante trata vez mayor velocidad.
miento, aunque era todavía joven en aquel momento.
Pero el maestro de escuela tiene su propio propósito.
Nuestro sistema de educación se niega a admitir que los Quiere moldear la mente del niño de acuerdo con sus docniños son niños. Los niños son castigados porque no pueden trinas hechas y, en consecuencia, quiere apartar del mundo comportarse como la gente madura y tienen la impertinencia del niño todo lo que considera que va en contra de sus prode ser fastidiosamente infantiles, pósitos. Excluye todo el mundo del color, del movimiento, de No saben o se niegan a reconocer que tal es la providen la vida, en su plan de educación, y arrebatando a la desgracia de la propia naturaleza y que los niños, con su mente y ciada criatura del corazón materno de la naturaleza la enciesus movimientos inquietos, siempre reciben la impresión de rra en su prisión, creyendo, por cierto, que la cárcel es el los hechos nuevos y tropiezan con conocimientos nuevos. El medio más seguro de hacer progresar la mente del niño. Esto niño se transforma así en el campo de batalla de la lucha sucede sólo porque él mismo es una persona madura y por entre el maestro de escuela y la madre naturaleza.
que, cuando tiene que educarse a sí mismo, se ve obligado a. El maestro de escuela es de opinión que el mejor medio decidir deliberadamente el curso de su tema y de su materia.
de educar un niño es por la concentración del pensamiento, Piensa entonces, naturalmente, que, al educar al niño, esa pero la madre naturaleza sabe que el medio mejor es la dis. suerte de elección es buena cuando es exclusiva, que los persión del pensamiento. Por la extensión de la energia mer niños deben observar hechos especiales y que tienen maneras. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica