Repertorio Americano 297 Azorin en la Academia (De El Sol, Madrid. Nº diré, remedando a los cronistas de estilo antiguo, que la Academia se había vestido de gala En la ceremonia académica del domingo se nopara recibir a «Azorin. Estaba lo mismo. Debajo taba ese sentido de continuidad de la tradición del dosel rojo que honra ceremonialmente los retra viviente, en el público, en los oficiantes, en los tos de Felipe y de Cervantes, el señor Maura, discursos. Había entrado en el salón solemne una entre los manteos morados de dos señores obispos. oleada de juventud espiritual. Veianse caras nuevas Al lado, los dignatarios de la. Academia, los aca junto a las de los concurrentes habituales. La nueva démicos con oficio, vistiendo el uniforme bordado de generación literaria se asomaba, curiosa y satisfecha, verde, el verde gabán, si nos ena ver ingresar a uno de sus guías tregamos al capricho de una remien el Cenáculo. El académico enniscencia clásica.
Estampa de actualidad, trante y el que le contestaba son, por Bagaría aunque finos amadores de lo pa. Y, sin embargo, un no sé qué sado, espiritus modernos.
de nuevo se percibía en el ám. El discurso de «Azorin es el biente o podía soñarlo la imagimás original en la forma que se nación. Con «Azorin entraban en ha oido en la Academia, desde la Academia las letras nuevas e aquel bello discurso en verso que iban a celebrar sus nupcias de leyó un viejo y glorioso poeta casespíritu con la tradición literaria.
tellano, Zorrilla: En realidad, estas nupcias estaban hechas hacía tiempo. Azorín, en el que mató a Don Pedro y el que salvó su exordio, sencillo y digno, limpio a Don Juan.
de la empalagosa hojarasca de las La oración académica de «Azoacciones de gracias, lo dice sobriarin» no es un discurso. No tiene mente. representáis la tradición literaria española. Modestamente la arquitectura ni la economía del he procurado yo servir esa tragénero. Es, como dice finamente dición, el conde de la Mortera, uno de sus ensayos; y hace bien en llaUna de las mejores cosas que marle óptimo, porque figurará en ha hecho la Academia en estos la colección de las obras compleúltimos tiempos ha sido la elección tas del autor, al lado de los hide «Azorín. que le ha reportado dalgos y El alma castellana, como aplauso y le reportará la colabo uno de los modelos de la prosa ración de un gusto depurado y de «Azorín. de su construcción seguro, y de un gran conocedor el escritor Azorín. recibido mlem literaria y de su visión artística.
de los clásicos y del idioma. Fué bro de número por la Academia Es Es una serie de delicadas viñetas pahola, la elección un acto justo y de gran españolas en que por la suma de estilo académico, porque «Azorin. parciales imágenes, reconstruyendo como Juan Valera en tiempos, es un ingenio paciente y primorosamente matices y particulares, esencialmente académico, en el más alto sentido ar intenta el autor comunicarnos en Una hora de Estístico de este título.
paña (1560 1590. la emoción del alma española tal Gran cosa es la tradición literaria; pero no olvicomo él la siente, guiado por su intuición de artista demos que es una vena viviente que sigue fluyendo y por los documentos literarios.
en el curso de la historia. Sólo en las literaturas Es una obra admirable de estilo, de propiedad y muertas se ha extinguido la vena de la clasicidad, elegancia de vocablos, de selección de términos prela potencia de clacisidades nuevas. El mejor concisos, de construcción ingrávida y airosa. La morfocepto de la tradición es el sencillo y material de los logia literaria no reconocerá como discurso a este juristas de Roma, es la entrega: la obra que las geprimoroso retablo, nada oratorio, de la España de neraciones anteriores ponen en nuestras manos. Hay tiempos de Felipe II, pintura literaria que está pique completar el concepto, señalando la obligación diendo la intimidad confidencial de la lectura a solas; de continuar y fructificar esa obra. De otra suerte, pero es más que un discurso, es un libro, un nuevo el genio de la historia habrá de pedir cuenta de las volumen de sus obras, que «Azorini presenta a la minas o los óbolos entregados, que quedaron ocioAcademia como una preciosa ejecutoria de su maessos, como en manos del siervo poco diligente de la tria literaria, y de ese estilo que ha acertado a ser parábola. La tradición es la entrega que nos hace tan rico en matices, con la «semidesnudez helénica lo pasado de la labor realizada; la herencia con que de la oración primera de activa. como dice sutilcaminaremos hacia las posibilidades futuras, de modo mente Gabriel Maura.
que lo tradicional y lo innovador se fundan en un El pensamiento de los dos oficiantes en el acto movimiento de devenir y desarrollo.
académico converge hacia una figura culminante en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica