262 Repertorio Americano Canciones sollozando, delirando, blasfemando no sé qué.
Fin. A la manera de Juan Alvarez Gato la puesta del lucero ayer fuí por el sendero; en el jardín hoy la espero.
mañana ya no podre!
Aunque llegues primavera con tu canastillo en flor mi corazón nada espera.
pasó la ronda postrera del amor Esperas Grig En la quietud vespertina forjo una amiga lejana que mis penas adivina y a mis angustias se hermana; pero no vendrá a mi vera para calmar mi dolor: mi corazón nada espera.
pasó la ronda postrera del amor A la manera de Johan de Mena Consolando voy mis cuitas de ayer con otras que hoy por una mujer padeciendo estoy.
Dese modo agrando mi herida en la cura, y encolerizando se va mi locura. vegadas doy en planer, maguer con cuitas de hoy las viejas de ayer consolando voy.
Afuera todo parece bruma de melancolía.
Doblaron seis campanadas en el entierro de la hora cautiva.
Los esqueletos agresivos bailan bajo la sombra de los tilos.
La existencia de las cosas se quema bajo un sudario: los poetas fueron locos y quedó el poema de los matemáticos.
Los esqueletos deformes rien bajo la sombra de los robles. Te aguardará un nuevo amor al volver la encrucijada. Teme la luz de la luna propicia a los hechizos y los fantasmas.
Los esqueletos parlantes lloran bajo la sombra de los arces.
Afuera cuelgan los hilos de la pertinaz llovizna y en cada uno se ahorca una esperanza de mi remota vida.
Los présagos esqueletos crujen torciéndose bajo la sombra de los ébanos.
Villancicos la manera de Pedro Manuel de Urrea Madre, pronto morire pues traicionaron mi fe.
Ilusión, de mi te alejas sin consolar cuitas viejas; a nadie doy dulces quejas ni tengo quien me las dé.
Cuando el día en agonía sea aroma y melodia no ha de venir cual solla, ni yo a su encuentro saldré.
Mis manos en su cabello, y sus brazos en mi cuello; mis ojos en el destello de los suyos, al par que las dos bocas confundidas, en desmayos homicidas se cambiaban nuestras vidas.
ino será más como fué!
Desde su abandono infando, por mis soledades ando En tono menor Con las miradas fijas ansiosamente aguardo que surja tu elegante figura por la esquina y suene el ritmo de tus pasos.
Un organillo callejero desgarra como túnica mi angustia y subraya el silencio de nuestras bocas que se buscan.
Alguna tarde venidera igual a estas en su crepúsculo morado de alucinante melodia me quedaré aguardando con las miradas fijas el ruido de tus pasos que suenen tras la esquina.
Refulgirá tu cuerpo sonoro apoyado en el brazo de otro.
En mi corazón éxtasis de odio.
CARLOS BARRERA (La Pajarita de Papel, Club de México, 1924. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica