Repertorio Americano 331 LA EDAD DE ORO 30. Las gaviotas.
La única esperanza, Las gaviotas siguen el arado. Cuando éste camina, está. El hombre del arado no tiene gusanos: le he oído bajao al surco; cuando se detiene, se levantan en un captar.
tumulto de alas y de gritos. Son las aves de los puertos. Sí, la gaviota ha ordo ia plegaria del labrador.
Caen al agua y surgen llevando en el pico un pececillo palpitante, que sobre su pecho negro brilla al sol como ENRIQUE BANCHS. El Monitor de la Educa.
un aderezo. Giran alrededor de las inmóviles velas de ción Común, Buenos Aires. los navios cargados de arena dorada y de frutas bermejas. De los navios que parecen grandes murciélagos caídos con una ala abierta.
31. Las flores Pero son también las aves de los campos. cada mañana vienen de la aurora a seguir el arado silencioso. He asistido a una clase de botánica. Uno de los pe.
Primero son tres, luego diez, luego tantas, que se queños tenia una hermosa flor, un blanco lirio. El niño diría que tiene el arado un dosel de alas, Caen tan sua. decía. Tiene rizoma carnoso, muchas hojas dispuestas vemente que están en el suelo y tienen todavía las alas en forma de abanico de color verdeglauco, la flor es abiertas. Pero en el suelo arrastran la lentitud de los blanca con vedas azules, el perigonio es corolido, gamo.
cisnes.
pétalo, los estambres están en el tubo del perigonio y Los grandes terrones de gleba húmeda vuelta al sol, ocultos debajo de los estigmas, el gineceo, etc. mos.
están llenos de gusanos. Los hay de todos los matices: traba todas las partes que iba enumerando. Era sin duda los blancos y apillados como rizos de nifas rubias, los uno de los alumnos más aprovechados. Después se habló rojizos como manchas de herrumbre en el rostro de una del lirio azul, iris germanica. Pude ver que asistía a una estatua. todos brillan al modo de piedras preciosas. buena clase. Pero, con todo, yo me dije. Tú la barlas Entonces las gaviotas se arrojan al surco en tropel y tal vez de otro modo; todo no sería rigurosamente cientí.
hacen festín.
fico; mas, aparte, podrías enseñar algo provechoso para El hombre del arado se vuelve y hace gritar en el el corazón.
aire el látigo con que apresura los caballos unidos a la Acordaos que el señor Jesús puso también como ejemherramienta triptolémica.
plo a los lirios del campo y a Las gaviotas se levantan los pájaros. Mirad a las ave.
en bandadas, pero pertinaces, citas del cielo que no siembran vuelven a caer sobre la tierra ni cosechan y a los lirios del que empieza a exhalar un campo que no tejen ni hilan. humo sutil en los rayos del Por Bagaria. dijo lirios para mostrar a sol.
todas las flores cuyas esplén.
Como se ara un campo que didas túnicas (porque así, es.
fué de batalla, a veces el ara.
pléndidas son hasta las de las do rompe la espalda verde de humildes que se ostentan con un guerrero muerto. Entonpuro recato en la maleza) no ces el labrador, sin asombrarse se han tejido en los telares ni del horrible hallazgo, cruza las las ha bordado una mano ha.
manos sobre el pecho y reza.
bilidosa. Así tan hermosas se La paz campesina es tam.
han puesto solas; es decir, la bién como una plegaria reci.
madre tierra les ha dado cuantada sin cesar sobre los corato necesitaban, y el sol, el zopes sencillos.
aire y el rocío han hecho lo Aun no se ha dado vuelta demás. no estan orgullosas y ya las gaviotas se arrojan por ir tan bien ataviadas, al sobre el soldado muerto. Tiene contrario, en su inocencia y un pueblo entero de gusanos en su sencilla discreción está palpitando en el flanco. son su placer.
tan menuditos que parecen Sin duda que nadie puede dieptes de niño. Las gaviotas imitar la hermosura de las flo.
hacen fiesta. Caen unas sobre res, ni la de uno solo de sus otras como las hojas que el pétalos más humildes, ni con viento amontona en los rincola seda más sutil, picon Des de los jardines.
el oro más delicado, oi sus Una gaviota dice: colores con las pedrerías del Es un hombre, lo sé. El más pitido oriente. Pero yo del arado debe tener como no digo que estéis lejos, o im.
éste, muchos, muchísimos gu. Ya ves, hay señores que se oponen a que nos hagan posibilitados, de pareceros a banos. Lo asaltaremos?
jardines para jugar.
ellas. Creéis que las flores No, dice otra, este es un Tendremos que esperar a ser mayores y poder jogar en tienen alegrías. Por qué no muerto. Ved qué silencioso los casinos.
podrían tenerlas? Yo creo que. ma Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica