Repertorio. Americano 329 Tres instantes dė Sarmiento En mi época de estudiante, Sar.
dividualismo tenía proyecciones abar.
cadoras de conceptos generales: La audición de ese discurso me sir.
vió para alumbrarme un fenómeno mental que ha sido enseñador para mi que tenían de sí propios una opinión durante toda mi vida. Desde esa oca.
miento no era para el público de exageradamente optimista, pero que sión aprendi a juzgar a los hombres y Buenos Aires un grande hombre, sido no la manifestaban en forma espontá los libros con un criterio que aplico simplemente «el loco Sarmientos, el. nea, sino picados por una crítica o in voluptariamente en todas mis lectu.
Sarmiento de las caricaturas y de las una contradicción.
ras y mis intercambios de ideas con las anécdotas que lo pintaban como un Sarmiento se elogiaba siempre, pero personas de todas las condiciones:80maniático de las vapidades.
punca con exageración. Sus famosos ciales y en todas las esferas de activi La gran epopeya civil formada por autobombos eran generaluente propor.
dad.
sus libros y por su acción de luchador, cionados a sus inerecimientos. Su difeEse criterio es de clasificación de publicista y estadista, no era bastante rencia con los demás vanidosos es que valores por lo que dejan eu mi espí.
conocida, o era poco apreciada por la él se hacía justicia, y para ello no ritu las conversaciones y las lecturas.
colectividad. ésta interesábale en él usaba circunloquios ui formas hipócri Hay gentes cuya charla me entretiene entonces solamente los toques grotes. tas.
y algunas que me cautivan con el en.
cos con que s11 personalidad aparecía Si eso constituye un defecto, estaba canto de su palabra, pero que después desfigurada.
atentado por la virtud de que sabía de oírlas no recuerdo lo que han diEn ese tiempo Mitre gozaba su per.
cho. Otras en cambio que carecen de petua popularidad de admiración y atractivos verbales, me dan un punto afecto, y Sarmiento adolecía de la po.
de vista, me causan upa emoción o me pularidad del ridículo.
abren un vasto horizonte intelectual Pero ya desde entouces había un con una frase, con la observación, a púcleo que tenía por él la merecida veces con un gesto.
veneración, según pude comprobarlo He oído cientos de discursos que por ana casualidad que me ofreció a me han gustado, algunos que me han la vez la ocasión de verlo y escucharlo.
entusiasmado y a los que he aplaudido Una noche, caminando por una calle con sinceridad, por la impresión del central de la ciudad, encontré un grupo momento, pero de los que no ha que como de 50 o 60 personas, la mayoría dado en mi memoria ura idea, upa de aspecto distinguido, algunas de fiimagen. Han sido como trozos de mú: guración política a quienes conocía de sica que conmueven, pero que no se vista. Entre ellos estaba el Dr. Aris.
gravan con la reminiscencia de un tóbulo del Valle. Por curiosidad me tono o de una nota.
incorporé al grupo y lo seguí sin pre Lo mismo me pasa con inis lecturas.
guntar adónde iba.
Muchos libros, tal vez la mayoría de los libros amenos que conozco, me La pequeña manifestación se detuvo frente a una casa de la antigua calle han divertido, me han agradado o me Cuyo; era la casa de Sarmiento; aquel han interesado, pero sin stigeritine un dla era el de sti compleafios. Por uno pensamiento, sin despertar en mí nin: de los concurrentes a quien interro.
guna fuerza espiritual atente, sin gué supe que todos los afios, en su acrecentar mi yo con una visión nueva de la vida, onomástico, un número de devotos se congregaban para ir a sa! udarlo.
SARMIENTO En cambio, ciertas lecturas, ya sean Avisado de la demostración él espe.
o no fáciles y agradables, o ya pesaraba en la puerta. Cuando penetramos das, y hechas por necesidad o disci.
en el espacioso patio, ví una mesa hacer justicia a los demnás, aun a sus plina, provocan inesperados desperta arrimada a una pared bajo un pico de aptagonistas.
res de mi inteligencia o de nis eder.
gas. Sin preámbulos, Sarmiento, que Otra circunstancia que no ha sido glas subsconscientes; me alumbran tenía en la mano un rollo de papel, observada y que es de equidad tomar como relámpagos en zonas obscuras de subió desde una silla a la mesa y leyó en cuenta cuaodo se trata del egotismo mi yo, o depositan en mí gérmenes de el largo discurso que tenía preparado sarmientesco, es que por lo comán las vida espiritual que después florecen o para ese acto (1)
referencias que hace en sus escritos a fructifican.
En esa pieza de oratoria, como en la su labor de acción y de pensamiento, Estas experiencias de introspección mayoría de las suyas, Sormiento hase vinculan a la vida del país en alguna tuvieron por punto de partida aquel blaba mucho de sí mismo.
de las manifestaciones de su patura. discurso. Las impresiones que me pro.
Esta particularidad, materia de cons.
leza, de sus costumbres o de su histo dujo y los conceptos que de el re.
ria. Muchas páginas que parecen per cuerdo, me enseñaron a estiinar en lo.
tantes censuras, lo es solamente por juicios superficiales. Un examen im.
sonales son de psicología nacional; y sucesivo las obras de pensamieoto por parcial demostraría que más que vani.
cuando menos, traducen hondas reali. su poder de fecundación. No me in.
dad hay exceso de franqueza en las dades humapas. Así los cuadros eino teresa lo que no me semilla pientalo apreciaciones favorabies que Sarmiento cionantes de Recuerdos de Provincia, afectivamente formula sobre sus producciones y sus En el discurso de aquella noche, En la pieza oratoria a que aludo, me actos. Otros hnbo entre sus rivales que leyó admirablemente, sin decla. llamó la atención, y se fijó en mi memación, pero con ademanes y tonos de moria, una frase profunda consignada (1) Si hay un joven preocupado. de esos que la voz impresionantes, Sarmiento estuvo allí de paso: Somos parte integranto Petrla sada buscando para crear y crecer que quie.
ra sabor del discorso Integro que en este artículo formidablemente karmientesco. Allí, del imperio romano. Este concepte se aludo. paso a la Biblioteca Nacional, pida al to. más que en ninguna de las otras pie. audaz y novedoso que yo mencione mo XXII de las Obras de Sarmiento, Ibralo eo al lowolo con simpatía.
zas que yo recuerdo, su poderoso io. accidentalmente en una publicación. ching Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica