124 Repertorio Americano Ensayo sobre las poesías.
Yo soy como la firme roca erguida que el oleaje amenaza en su bravura, y eternamente ante la mar vencida su cresta eleva en la gigante altura. Viene de la página 118. Como la cumbre hundida entre los cielos, inás allá de los astros inmortales, que no pueden tocar los raudos vuelos de las más fuertes águilas caudales.
místico, concentrado en algo abstracto y que se simbo.
liza en un ser humano. El bardo gentil es el padre de las musas, hecho mortal.
De Invicta los versos gallardos y fibrosos, he leído y releído a menudo, en voz alta. iQué altivez displicente hay en la heroína; qué serenidad de altas cumbres en sus ideas; qué helado y duro su corazón de princesa cautiva!
Oidla responder augusta, la frente alta, aunque transparenta infinitos pesares, la actitud erguida de princi. pesca bravura, a su solícito galán y señor, por la atroz ley de la victoria.
Habla la cautiva. Es inútil que rujas y seguro contra mi pecho tu poteucia esgriinas: yo tengo un corazón helado y duro como la blanca nieve de las cimas. Sé que eres fuerte, poderoso y bello como un soberbio gladiador romano; que de las glorias de inmortal destello. el cetro empuña tu gallarda mado. Háse oído en el Parpaso uruguayo o americano bota más vibrante, canción más fluida y soberbiamente vigo.
rosa y enérgica? Aquí ha llegado el talento de María Eu.
genia Vaz Ferreira a lo hondo de sí, a la suprema belleza de su inspiración. Hé ahí su real ruta en el Ateneo, donde acaso, como Corina, será coronada un día.
De las otras poesías menores, éstos son los versos más hermosos: sé que tienes de rey la invicta fibra, la voluntad espléndida y valiente; bé que el clarín que ante los héroes vibra, arrulla con sus cánticos tu freute; Perdida la esperanza. 1)
el ensueño perdido, soportaba la angustia de nii agudo martirio.
sé que tus ojos, de hondo poderío, como el llameante abismo están abiertos.
Sé que eres grande, indómito y bravío como el uoble señor de los desiertos.
Sé que ante mí tu imperio se dilata, que en tu visión de vencedor me avistas. la lumbre del rayo se desata la ruda tempestad de sus conquistas. Ven y siéntate a ini lado (2)
que un sueño triste he tenido; pon mis manos en las tuyas como siempre, y dí, bien mío, alguna dulce palabra bien cerquita de mi oído. Esto es hermoso, tiene del sentimiento acariciante que expresa, la suavidad, la ternura y la melancolía.
Ya tu mirada combatió la mía, ya me asestó sus flechas luminosas; ya ornar quisiste mi Tebaida fría con la efímera pompa de las rosas. Tu no sabes, tú no sabes (3)
lo que yo llevo guardado. ager, por reverenciarme, el sombrero te has quitado.
Ya quisiste venir audaz y altivo envuelto en la epopeya de tus glorias, y llevarme cual pájaro cautivo al palacio fupcial de tus victorias, Si lo supieras, mi dueño, cuando junto a mi pasaras. ay! en lugar del sombrero, el corazón te quitaras. Pero sé que el corcel de tus deseos marcba inminente a su primer derrota; que al preciado jogel de tus trofeos no podrás engarzar mi vida rota. Qué grito pasional encierran estas dos estrofas!
He aquí otra, digna gemela de la anterior: Sé que si enciendes en la lid de amores las pupilas de fuego con que abrasas, apagará sus bélicos ardores el frígido metal de mis corazas. En la desierta calle (4)
toda blanca del sol de mediodía, súbitamente un órgano desata la cadencia de un vals, honda y sencilla.
Sé que no apresarán tus recios brios de mi alma libre la triunfal bandera, la que osteuta la for de mis desvíos cuando hago trepiolar su faz guerrera.
Mi alma lapza a mi cuerpo en vueltas locas, a la par que rítmicas; una angustia die oprime, es un sollozo. quién podrá consolar esta alegría. Es inútil que el ritmo de tus sienes marque el valor de tu viril arrojo, y atado al eslabón de mis desdepes los dientes hioques en tu labio rojo.
Los dos poemitas que siguen, pintan las angustias de un alma de novia: Es inútil que hencbido de coraje, suelta la garra en pos de tus quimeras coino el leou que acecha entre el boscaje, des al aire la ondeante cabellera. 1) Poesía No XIII. 2) Poesia NO XV. 31 Poesía NO XX. 4) Poesía No XXI.
Esta numeración es la que se lleva en el cuaderno inédito de sus poesfas.
La poetisa ha sido siempre rehacia a publicar. So modestia literaria explica quo haya sido eclipsada su popularidad por poetisas muy interiores a ella. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica