Death Sentence

Repertorio Americano 247 343 Allí permaneció durante unos dos días corriendo riesgo inmenso de caer en poder de su enemigo; allí vacilaba en proseguir su camino al ostracismo, porque le atraían cual imán irresistible los vínculos de amor, de amistad y patriotismo que había formado en Cartago; allí, en fin, daba a los vientos su amorosa inspiración en la forma literaria de unas coplas gemidoras, para despedirse con ellas de su dama favorita.
El tenor literal de aquellas coplas dice así: Vive, Leda, si podrás y no penes atendiendo, que, segund peno partiendo, ya no esperes que jamás te veré ni me verás.
Por no ver mi perdición parto de esta tierra aflito huyendo de Faraón, a tierra de promisión dexando aquesta de Egito. sin duda esta partida me da pena sin compás sólo de verte afligida; mas ta, vida de mi vida, vive, Leda, si podrás.
El famoso proceso de Arariba que aun nador se habían sublevado en toda la proexiste original en los Archivos, refiere pun vincia, muy especialmente los de Aoyaque.
tualmente el episodio. En ese proceso fi Con tal motivo fué enviado a sujetarlos don gura el nombre de Jiménez: primero como Diego López de Rivera, hijo del Gobernadeclarante y después como juez asesor. En dor. Domingo Jiménez fue uno de los solsu declaración se deja ver el deseo que tenía dados de esa nueva expedición.
de salvar a los culpables sin que para ello Perafán, cargado de años, sin alientos le arredrase la autoridad del implacable Pe. para continuar en su enpleo, abandonó la rafán, pero cuando fué llamado a conocer gobernación, se dirigió a Guatemala y fue como juez no tuvo más remedio que seguir morir a Nueva España.
la corriente de su siglo: la severidad.
Con él se hubieran ido todos los vecinos Domingo Jiménez no fué hombre letrado, de Cartago, perdida la esperanza de enconpero si el título con que intervino en el pro trar las ricas minas de oro que buscaban, si ceso de Arariba hubiera sido expedido por las sendas encomiendas no hubieran ofrela Universidad de Salamanca, no enaltece cido algun halago a su codicia, o si en el ría tanto su memoria como la enaitecen las regazo de las lias no crecieran rollipalabras que dictó entonces Perafán al cons. zos los frutos de su amor, o si en el verde tituirlo en asesor. Os nombro, dijo, por prado de la Mata Redonda, que servía de cuanto sois hombre honrado y siu sospecha. asiento a la ciudad, no hubiera la NaturaEl tribunal fulminó sentencia de muerte leza derramado mil encantos tropicales.
para el jefe de aquella vil conjuración, y Aquel grupo diminuto, progenitor de Perafán la confirmó y ejecuto.
Costa Rica, definitivamente quedaba desde ¡Vicente Castillo en la horca! Cuadro pa entonces arraigado en este suelo. Ya log voroso debió ser aquel, en las soledades de reyes de España podían incluir permanente.
Arariba, para los desfallecidos españoles! mente a Costa Rica en el recuento de sus Pero la verdad es que aquel castigo severí dominios de ultramar, y por lo tanto, claro simo implanto de nuevo la necesaria disci está que no podía faltar quien a su nom.
plina, lográndose con ella la salvación de bre rigiera los destinos de esta proviucia.
toda la falanje.
Después de Perafán vino Anguciana.
El Gobernador se detuvo largo tiempo en Con Alonso Anguciana de Gamboa prinArariba y desde allí envió al experto Capi. cipia la lista de los malos gobernantes de tán Juan Solano para que prosiguiese los este país. Bajo la influencia poderosa de descubrimientos iniciados en tan recondita ese jefe, las ciudades de Costa Rica mucomarca. Domingo Jiménez, grande amigo daron violentamente su ento, los indios y compañero inseparable de Solano, tam duplicaron sus tributos, los encomenderos bién formó parte de esa nueva expedición, tuvieron inseguras tasaciones, los misiola cual dió por resultado el dejar noticia neros olvidaron su celo religioso, los litiindiscutible de que allí, en las sabadas y gantes avivaron sus rencores y todos los valle del Guaymi, flameó el estandarte de vecinos del lugar perdieron la seguridad Castilla dentro de la jurisdicción de Costa de sus personas.
Rica; noticia que ha de ser tenida muy en Para la impetuosa voluntad de Alongo de cuenta cuando deslindemos con Colombia Anguciana do hubo valladar que la atajase, las fronteras.
ni ordenanza real que obedeciese, ni apelaMirando Perafán las dificultades que ba ción interpuesta que aceptase. Mandaba inbía para el establecimiento de una población distintamente poner caballero en un rocín en las costas del Atlántico, resolvió abando de albarda a Francisco Muñoz Chacón para nar aquel paraje, trasmontó la cordillera y que así le azotasen por las calles, como a descendió a las vertientes del Pacífico, los frailes franciscanos en el cepo para que Fueron tan grandes los trabajos de aque así estuviesen en la cárcel por dos meses.
lla travesía que doña Petronila, la mujer de No hubo en la satisfacción de sus caprichos Perafán, uno de sus hijos y otros varios ex investidura eclesiástica ni posición social pedicionarios murieron de camino.
capaz de refredar sus pasiones. Fué un Entonces fundó el referido Gobernador tirano.
hacia las partes de Boruca, una ciudad que En situación tan peligrosa tuvo Domingo llamo Nombre de Jesús, predestinada a des Jiménez la ocurrencia de censurar los abuaparecer a poco de su fundación.
sos de aquel jefe omnipotente. En ese tiemTodos los requisitos para la fundación de po no había aquí, como bay abora en otras una ciudad se llenaron en esa vez, de tal partes, el recurso de la prensa para aconsesuerte que hasta nombraron autoridades jar y reprimir al Gobernante, pero a lo memunicipales. Domingo Jiménez fue nom nos existían los libelos manuscritos, que sibrado Alcalde para el año 1571. Pero luego gilosamente pasaban de mano en mano por echaron de ver que si no había gente bas toda la ciudad. Domingo Jiménez escribió tante para poblar a Cartago, menos la había un libelo en contra de Aoguciana que dio de baber para el Nombre de Jesús, y en por resultado el que fuera el escritor a dar consecuencia, resolvieron abandonar aque en el cepo de la cárcel.
llas partes remotas de Boruca. En efecto, El proceso y la prisión del libelista no después de dos años de trabajos inauditos llevaban traza de acabarse nunca, por lo cual regresaron a Cartago en donde ya se les vino la fuga a poner remate al incidente.
tenía a todos ellos por perdidos.
El Alguacil mayor de Cartago no sería enLos indios recién conquistados aprove tonces diligente, pues el fugitive llegó ileso cháudose de la dilatada ausencia del Gober y pidió asilo en el Convento de Aranjuez, En yerme partir de ti 110 penes ni vivas triste, yo voy contigo y sin mí, que des que te conocí jamás de mí te partiste.
Espera y ton confianza, solo aquesto te encomiendo, que el tiempo hará mudanza: tras la tormenta lay bonanza y no penes atendiendo.
Pensando en esta partida el corazón se me parte y arrancaseme la vida, por quererte tan querida y no poder ya gozarte.
De ti no sé que será por lo cual voy padeciendo, y tanta pena we da ver que no te Veré ya que, segund peno partiendo.
La vida podrá partir, que sin ti yo no la quiero: y en no poderte servir lo siento más que el morir, por lo cual vivieodo nuero, siento un dolor tan fuerte creyendo me olvidarás, que me ha de causar la muerte: por donde verme ni verte ya no esperes que jamás.
Pero con todo te pido, aunque veas que estoy ausente, por el bien que te he querido, que no me eches en olvido, que yo te tendré presente.
Por última despedida me da un abrazo y no más. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica