Repertorio Americano 117 Ensayo sobre las poesías de María Eugenia Vaz Ferreira «Para las imaginaciones pobres, las horas de insomnio trascurren en inquietud febril; para los espiritus fecundos, ellas pasan brillantemente y a prisa, mientras se escucha la divina núsica del pensamiento. Pensamiento inédito de E, VAZ FERREIRA. manifestación persopalísima y original cabe producir la emoción estética y moral. Esta y aquella poesía que co.
mienza: Ven tú que tienes el mirar sencillo, los ojos claros, llenos de confianza. Toma la lira y el plectro, ven a cantar los melancólicos versos, esos que llegan al alma, esos que cantan los tristes que tienen sólo esperanzas. son lo más conmovedoras. Si indagara su psicología, creo las hallaría inspiradas en la admiración que tiene la poe.
tisa por su hermano, el filósofo, Ante él, cuya inteligen.
cia es clara como las tardes del estío, de voluntad firme y valiente; ante él, que adora lo positivo de los conocimientos, debe ella sentirse como frente a una esfinge, llena de bondad, mejor ante un Sócrates virtuoso y noble; breve, la actitud de la ignorancia relativa frente al gran saber, dicta las intensas estrofas: VAZ FERREIRA, Introducción «Yo quisiera saber lo que pasa en tu mente cuando cruza el tropel de los raros hechizos el que agita y alumbra tu pálida frente coronada de negros e indómitos rizos; como dop dominante de su espíritu, la intelectuali.
dad; y el extraño mérito de su facultad poética, se resume en una palabra: energía. Personalidad intelectualísima y poetisa enérgica: he aquí las dos fases que estudiaré Cuando enciéndese y brota la chispa febea con que sella imagen tu anlielo gigante; cuando nace y profunda germina la idea, la que vence y sacude tu sien palpitante; Cuando miro en tu rostro la huella que imprime con sus ansias secretas un alma que piensa, y el aliento febril que en tus labios reprime la palabra que muere en tu boca suspensa. Yo quisiera mirar el destello radiante de ese extraño fulgor que en tus ojos oscila e impregnarme de luz y vibrar un instante en el brillo inmortal de tu negra pupila. Al abrir el libro manuscrito que encierra las visiones o ideales de un alma poética, evoco, a pesar mío, a la autora en cuyos versos quisiera descifrar los leit motiv de esa música intima apellidada poesía. El físico revela el espíritu: hallo esta notable correspondencia en María Eugenia Vaz Ferreira. Sus cabellos, su cara, sus ojos tranquilos y hondos, sus actitudes, traducen a su espíritu modernista; semeja a esas figuras misteriosas y vagas como las esculturas egipcias que adornan las alhajas y los vasos modernos. Su musa es así fantástica a lo germánico desigual, melancólica; siempre extraña, cuando do no enigmática; el límpido y sereno sol de Grecia no alumbra sus versos: es más bien «la casta y pálida Selene que daba a luz a las danzas de los goomos y hadas, entre las brumas tenues del Otoño.
Su primera poesía, Las Ondinas, asevera la última observación. Al lejano porte alemán, al Rhin, a los lagos germánicos, ha ido a buscar sus figuras poéticas.
El paisaje donde vienen a reposar las ondinas ligeras, es de nuestro país: sugiere la playa Ramírez. menudo está allí, en verano, la poetisa cuando «el sol se oculta en lo infinito. 1) al bajar el heleno Apolo a su mansion de oro. iQué visiones grandiosas ven allí los temperamentos artistas! Ese mar tan augusto, tan sereno; ese cielo puro e insondable, hablan el más divino lenguaje, dicen la más preciosa nueva: paz, serenidad, belleza, salud, al ser que ame lo bello. Esto han dicho a María Vaz Ferreira: La gemela de esta joya merece transcribirse por en.
tero. Leedla, lector: es el lenguaje del alma nobilísima de la mujer intelectual. Ven tú, que tienes el mirar sencillo, los ojos claros, llenos de confianza.
Tú, que marclas tan firme por la vida, lleno de fé, de paz y de esperanza!
Tú, que puedes sentir las alegrías sereno, sin angustias; tú, que esperas que vuelva tras las sombras del invierno el sol de las alegres primaveras.
Ta, que si me haces ver que no me auias, la obcecada visión del bien perdido, me das de constancia la promesa con el cándido rostro sorprendido.
Junto a la costa donde la arena tibia y plateada bañan las ondas, las pasiones nobles, aconsejaría ella siguiéranlas los jó.
venes vates: sólo a la inspiración individualísima, a la si pesar de la razón yo dudo y ves pasar angustias por mi frente, con amable y solícita ternura me vienes a pulsar, tranquilainente. 1) Frase de un verso de Rafael Obligado El reino de la super mujer vendrá. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica