Socialism

226 Repertorio Americano que. advertir que, para Alighieri, a diferencia de lo la majestad protectora de las gentes, las ciudades, que dicen hoy los partidarios del imperialismo, la. los reinos y las instituciones. Quién velará sobre base de la dominación humana no radica en la fuer todos, rompiendo las minúsculas codicias de los poza, sino en la razón misma.
derosos y los desposeídos? Los Emperadores se han desvanecido ante las Repúblicas; pero éstas, gimen en desamparo, y el egoísmo arrecia, la desventura cunde y la felicidad de todos, lejos de estar próxima. La fuerza no fué la razón determinante del In mírase tan lejana, como en los días terribles del exifierno, como lo creen los disputadores, sino la razón lio de Alighieri. Hoy como entonces, llenaría las cárocasional; como los golpes del martillo son la causa celes del Infierno con los monstruos modernos; tan del cuchillo; pero el alma del herrero es su razón hipócritas como los de aquel siglo de hierro; tan eficiente y determinante. perversos como siempre; tan ávidos en las postrimerías de la Edad Media como en los comienzos del siglo xx. Quién ejercerá la imperial disciplina. Quién, como Carlomagno o Barbarroja, por tenerlo todo, El fundamento de la majestad imperial es, para dejará de codiciar algo. Quién salvará al mundo?
Dante, la necesidad, añeja a la sociedad humana, de realizar su fin, esto es, la vida feliz, vita felice; irrea7 lizable sin la ayuda del prójimo. Un hombre necesita de la familia, como la familia de otras familias más, sin las cuales carecería de lo necesario. como los Queda la otra gran autoridad espiritual. Subsiste vecinos no se bastan a sí propios, es menester que Roma. El Imperio ha desaparecido. El Sacerdocio la ciudad exista. Pero la ciudad reclama, para su está en pie. Guillermo Il y Francisco José de Austria fueron los últimos vencidos. El Papa aún domina trabajo y defensa, del auxilio de otras ciudades próximas. Por esta razón se fundan los reinos. como sobre trescientos millones de súbditos. Gregorio VII, el alma humana no se contenta con poseer un terriInocencio III, Bonifacio VIII, han muerto; pero un torio determinado, sino que desea siempre adquirir sucesor de su fortuna ocupa el solio de San Pedro.
más gloria y poder, nacen las discordias y las gue calípticas de la historia; la autoridad pontifical perLa autoridad imperial se perdió en las páginas apo. rras que se suscitan entre los reinos. Esas tribulanieren y maltratan a las ciudades humanas. Pobre Dante! El mundo necesita, empero, la autoridura. Triunfaron los guelfos sobre los gibelinos.
y, a través de las ciudades, a los hombres mismos.
Todo, entonces, coadyuva a disminuir o destruir la dad de un principio supremo. La Iglesia. La Asamdicha. Por esto es menester, agrega Dante, que un posteri ardua sentenza. Murió el rey. Viva el rey!
blea de Naciones. La Internacional Socialista? Al solo príncipe, dueño universal, y, en tal virtud, definitivamente poderoso. obligue a los reyes a contenANTONIO Caso.
tarse con sus reinos, de modo que la paz se derrame por el mundo, y en ella gocen las ciudades de reposo, los vecinos se amen, y el hombre viva feliz, DOLORA porque para eso nació. Por virtud de su naturaleza, Triste camino sin flores este poder supremo se llama, a secas, imperio. Es fué el suyo; mientras vivió decir, gobierno de todos los gobiernos. Di tutti li ni el olvidó sus dolores, comandamenti egli e comandatore.
ni el mundo en paz le dejó.
Mas si no tuvo horas buenas una al cabo le llegó, en que el olvidó sus penas En nuestra épo hemos visto desaparecer, como y el mundo de él se olvidó.
por arte de encantamiento, los últimos restos de la CADA LOCO.
majestad imperial. El «Santo Imperio Romano Germánico, ha desvanecidose, sin dejar rastros de su Lo de que la muerte a todos pasada opulencia. Hundiéronse los Hohenzoller en iguala es tan sólo el sueño Alemania, los Romanoff en Rusia y los. Habsburgo del pequeño, en Viena. Guillermo II, Nicolás II y Francisco José, que de la muerte fiado, como los Othones o los Federicos de la Edad Media, de ella espera demasiado.
son, no más, sombras fugaces de la historia europea, UNO DE TANTOS emblemas de la inconsistencia de nuestra fortuna, Ya comprendo tus triunfos, ya sé cuánto has subido: cetros y diademas deshechos. Ha muerto para siemsin cesar tus amigos te alaban por doquiera; pre la idea gibelina! Ya no puede soñar Dante. El mas lo que de ti piensan, ya también lo he sabido.
Convivio y sus silogismos inspirados, son también. Ah, los que te sirvieron, leales, de escalera!
para hablar como la Escritura. vanidad de vanidades. UN MARIDO JACTANCIOSO Dices que es la más buena de todas las mujeres tu mujer. Que en tu amor el tiempo no hace mella; No obstante, algo alienta en la idea imperial del pues, si tánto la quieres, gran florentino, algo muy hondo y glorioso, de que ya es tiempo, amigo mío, de que lo sepa ella.
carece la cultura contemporánea, y que puede conducirla al desastre. Quién ejercerá hoy, en la tierra, JULIO MERCADO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica