Repertorio Americano 221 El retrato de Sucre ERA RASE el General de mediana escon la pena de quien prefiere al tatura, aunque más alto que bárbaro degüello los combates de pequeño; delgado, sin ser enjuto de la razón en los pacificos campos carnes; la cabeza simétrica y sin de la tribuna y de la imprenta. Baprominencias; la frente vasta, en esralt, se admira de que Sucre hupecial hacia los lados, por donde biese tenido enemigos; a mí no me formaba grandes entradas en los sorprende: los resplandores del mécabellos negros, recios y ensortijarito hieren los suspicaces ojos de dos; la piel morena, menos en las la envidia y despiertan las malas partes habitualmente cubiertas por pasiones de quienes no pueden briel sombrero, de lo cual se desilar sino en el caos.
prende que le empretecieron los riLa envidia. reflejo tenebroso gores de la intemperie; las cejas de las virtudes, mar tóxico que predelgadas y perfectas: los ojos castende tragar al mérito, pero que taños, expresivos y dulces, excepto lo lleva en su superficie y lo hace en el fervor de la batalla en que flotar más visible; la envidia. cuervo se encendían y relampagueaban; que atraen los olores de lo que se la nariz larga, combada, no fea; la perfecciona y no los hedores de lo boca regular, los labios finos, pero que se corrompe; la envidia, digo, salientes, sin duda por la costumbre le hirió, picoteo en sus cualidades, de la rasura, a la que sometía tampero no penetró jamás en su corabién la redondeada barba y las terANTONIO JOSÉ DE SUCRE zón para roerle, ni en su espiritu sas mejillas, sombreadas apenas por Por Antonio Michelena. Para envilecerle. Amó a sus compauna estrecha y corta patilla. El enSegun retrato original. ñeros como a coadyuvadores de trecejo, ligeramente marcado, rara la empresa, aun cuando algunos vez se acentuaba, para mostrar el rostro ceñudo. Son de ellos le odiaron como represión viva de sus dereíase con alguna frecuencia, pues era hombre vivo fectos. De família noble y rica, amaba la independene insinuante, y descubría los dientes blancos e igua cia como madre de nobleza y de prosperidad, no como les. No reía sino difícil y momentáneamente: nunca causa del desbarato, del envilecimiento, de la plenifué propenso a las ruidosas demostraciones de la tud del mal en el vacío del orden. Las cualidades alegría, del pesar o de la cólera. Mesurado, amable, de Sucre prepararon el crimen que nos le arrebató: reflexivo, la discusión con los compañeros, la con la rectitud del alma no le permitió encorvarse para versación con los amigos, las órdenes a los subal ver la perfidia que rebullía a sus pies. Si el plomo ternos salían de sus labios en suave sonido, como al destrozarle la cabeza no le hubiese muerto en el la tranquila expresión de una inteligencia cultivada, acto, habría perecido seguramente poco después dide un criterio recto, de un corazón benévolo, en una lacerado el corazón por la ingratitud y la felonía.
palabra, de una alma superior. Dócil, subordinado, Al caer no mordió la arena de la lid; acaso besó la desprendido, no arriesgó jamás, como subalterno, el tierra que le fué tan querida.
feliz éxito de una batalla, empujado por las rivalida Poseyo una sola ambición: la de la virtud.
des, celos o caprichos, que movían frecuentemente Tenía no sé qué de atrayente y que al propio a algunos oficiales voluntariosos, tercos y soberbios. tiempo inspiraba respeto, en la fisonomia, en las maPrevisor, prudente, sereno en el peligro; humanitario, neras, en las miradas, en las palabras: era uno de generoso en la victoria, no prodigó nunca, como je esos hombres que en las cualidades del cuerpo y fe, la sangre de los patriotas, ni de los realistas, ni del alma llevan el diploma de la gran destinación precipitó acontecimientos, ni guerreó por el lustre de providencial. Si hubiese nacido en Europa, acaso hasu nombre, sino siempre para provecho de la Repú bría sido rey; como nació en América. le asesinaron.
blica y por amor a la libertad. Filósofo armado, más CARLOS TOBAR.
bien que militar, miraba la sangre sudor rojo de las magnas ideas y jay! de los mezquinos intereses. De la Gaceta Municipal, Quito. sé quién la tenga, y es mi deber y mi deseo recogerla.
Abuso de la amistad de Ud. para rogarle que me haga llevar esta niñita a Quito y la ponga en una casa en que la críen y la eduquen con mucha delicadeza y decencia, la enseñen cuanto se puede a una niña, y en fin, me la haga tratar tan bien como espero de Ud. Todo gasto lo pagará Ud. de mi cuenta.
La chiquita tendrá cerca de cuatro años, y creo que podrá darle razón de ella Angelita Elizalde.
Suplico a Ud. que llene este encargo y que dis.
disperse mis impertinencias. Suyo, SUCRE en el sobrescrito. Señor Coronel Aguirre. Privada. Qué fué de Simona Sucre. Quién fué Tomasa Bravo? Son dos problemas difíciles de averiguar después de un siglo. Tal vez existen descendientes del Gran Mariscal. DE GANGOTENA. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica