Lenin

42 Repertorio Americano Hermano Francisco El varón que tiene corazón de lys.
y las crónicas cuentan que la fiera cumplió leal, mas la comarca entera fue incapaz de ajustarle su ración.
Ven otra vez al llano en que vivimos, a esta vifia del mal do los racimos del pecado destilan tentación; y si una vez dejaste tus riquezas, abandona del cielo las bellezas y ven a esta moderna redención.
Francisco, poeta, amable profeta, sublime Francisco de Asís: mi lira pretende loarte, aphela cantarte con estro feliz. Do hallar la cadencia, la noble elocuencia que pueda grabar tu perfil, sl el verso resulta grosero, su ritmo severo, la palabra vil?
Mi idea embellece, mi lira ennoblece, a mi espíritu presta el fulgor, con que fuiste en la noche traidora sembrando una aurora de paz y de amor.
Mi mente ilumina con la luz divina de tu inspiración; a mi alma ponle alas, y por las escalas de tu evocación, pueda mi poema decir la suprema palabra de amor, para ti, el más santo de todos aquellos que cobija el manto de nuestro Señor.
Retorna, hermano, en la mañana clara, como en aquella en viaje hacia Cagbara, con los pájaros puedes conversar; como ellos no han sufrido evoluciones e ignoran nuestras civilizaciones, pueden tu simbolismo interpretar.
Desde que te marchaste, vive el hombre esclavo del prestigio y del renombre, siervo de un interés pobre y banal, ignorante de su alfa y de su omega, debilitado en una lucha ciega donde no brilla el sol de un ideal. A despecho de sabios y de artistas, del ejército de enciclopedistas, de Kant, Spencer, Comte y tantos más, estamos en el punto de partida sin saber el porqué de nuestra vida atada al poste de un dolor tenaz.
Hermano San Francisco, buen hermano, tan bueno como el buen Samaritano, tan paro como un lirio del Señor: mi canto, deslucido y vacilante, va buscando tu huella rutilante y el perfume celeste de tu amor, Se habla de limitar los armamentos y hasta de echar por siempre los cimientos de una era de paz universal, cuando todo ello es una vil comedia o el principio más bien de la tragedia que preparara nuevamente el mal.
para hacer que esta lira miserable al corazón de los humanos hable con aquella piadosa convicción que en cada cima edificó un convento, sobre el feroz instinto un sentimiento y una esperanza en cada corazón.
La Rusia de Lenin y de los Zares, esa tierra de historias singulares que está sirviendo como de crisol para probar las tesis más modernas, ya no vive, verdad, entre cavernas mas de hambre está muriendo bajo el sol.
Como un ave aterida que en desierta y oscura noche foese hasta tu puerta calor, amor y trigo a mendigar, así mi alma, en la tremenda duda de esta hora inquietante, amarga y ruda, llega a tu corazón como a un altar.
Vuelve, Francisco, el hombre va en la noche de su dolor, perdido en el derroche de su impiedad y de su desamor, anda desorientado porque no ama, porque no lleva en su interior la llama que disipa las nieblas del dolor. Francisco, hermano bueno, mientras fuiste por los caminos de la vida triste diciendo tu evangelio de piedad, y hablabas con las piedras y las flores y te hablaban los pájaros cantores, era otra, en rigor, la humanidad.
Ven y enseñia otra vez tu fe sencilla: en el surco reseco, la semilla riega de tu candor y tu humildad; sólo hay entre los hombres un abismo: su ancestral y misérrimo egoísmo, Bu pavoroso instinto de crueldad.
TG firmaste las paces con el lobo que en la comarca fué signo de robo, de sanguinaria y cruel obstinación, Alzándote por sobre los homanos Apellidaste unciosamente hermanos con la amable dulzura de tu voz. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica