380 Repertorio Americano Mírame, mar, y sabe lo que llevas, mirando a mis mejillas.
Página lírica de Gabriela Mistral Entre la carga de los rojos frutos, entre tus jarcias vividas y los viajeros llenos de esperanza, llevas mi carne lívida.
DOLOR As sombra, Más allá volarás con sólo frutos, y velas desceñidas.
Pero entre tanto, mar, sobre este puente mecerás a la herida. Vbanse los números 13, 14 y 23 del tomo en curso. COPLAS II. CANCIÓN DE LOS QUE BUSCAN OLVIDAR Era como una fragancia exhalando de mis huesos. Qué noche, mientras dormía, qué noche, me la bebieron! la azul llama del pino que acompaña mi destierro, busco esta noche tu rostro, palpo mi alma y no lo encuentro.
Al costado de la barca mi corazón he apegado, al costado de la barca, de espumas ribeteado. Qué día me la robaron, mientras por sembrar mi trigo, la dejé como brazada de salvias junto al camino. Cómo eras cuando sonreías. Cómo eras cuando me amabas. Cómo miraban tus ojos cuando aun tenían alma?
Lávalo, mar, con sal eterna; lávalo, mar, lávalo mar, que la Tierra es para la lucha y tú eres para consolar. Si Dios quisiera volvérteme por an instante tan sólo!
iSi de mirarme tan pobre me devolviera tu rostro. Si Dios quisiera volvérteme por un instante tan sólo. Si de mirarme tan pobre me devolviera tu rostro!
En la proa poderosa mi corazón he clavado.
Mírate barca que llevas el vértice ensangrentado.
Tal vez lo que yo he perdido no es tu imagen, es mi alma, mi alma en la que yo cavé tu rostr como uua llaga.
Para que tenga mi madre sobre su mesa un pan rubio, yendi mis días lo mismo que el labriego que abre el surco.
Lávalo, mar, con sal tremenda, lávalo mar, lávalo mar. me lo rompes en la proa que no lo quiero más llevar.
Cuando la vida me hiera, ia donde buscar tu cara, si abora ya tienes polvo hasta dentro de mi alma?
Pero en las noches, cansada, al dornirme sonreía, porque bajabas al sueño basta rozar mis mejillas.
Sobre la nave toda puse mi vida como derramada!
Mudala, mar, en los cien días que ella será tu desposada.
Tierra, tu guardas sus huesos. iyo no guardo pi su forma!
TG le pas echando flores; iyo le voy echando sombra. Si Dios quisiera entregárteme por un instante tan sólo. Si de mirarme tan pobre me deyolviera tu rostro!
Mádala, mar, con tus cien vientos.
Lávala, mar; lávala, mar, que otros te piden oro y perlas, y yo te pido el olvidar!
LOS HUESOS DE LOS MUERTOS.
III. CANCIÓN DEL HOMBRE DE PROA.
En mi tierra, los caminos mi corazón ayudaran; tal vez te pintan las tardes o te guarda un cristal de aguas, Los huesos de los muertos hielo sutil saben espolvorear sobre las bocas de los que quisieron. éstas no pueden bunca más besar!
El hombre sentado a la proa, el hombre con faz de ansiedad, iqué ardiente navega hacia el Norte; sus ojos se agrandan de afán. Pero nada te conoce aquí, en esta tierra extraña:. 10 te han cubierto las nieves pi te han visto las mañanas.
Los huegos de los muertos en paletadas echan su blancor sobre la llama intensa de la vida.
iLe matan todo ardor!
Los rostros que yo amo, los míos, quedaron atrás, y mi alma los teje, los borda.
encima del mar.
Quiero, al resplandor del pino, tener y besar tu cara, y hallarla limpia de tierra, y con ternura, y con lágrimas.
Los huesos de los muertos. pueden más que la carne de los vivos.
Aun desgajados hacen eslabones fuertes, doude nos tienen sumisos y cautivos!
El hombre que piensa en proa padece de ansiar.
iQué lento que avanza su barco y vuela fugaz!
CANCIONES EN EL MAR EL BARCO MISERICORDIOSO Araño en la ruin memoria; me desgarro y no te encuentro, iġ punca fui más mendiga que ahora sin tu recuerdo! mi alma quisiera la marcha tremenda quebrar, ique todos los rostros que amo se quedan atrás!
Llévame, mar, sobre ti, dulcemente, porque voy dolorida. Ay! barco, no te tiemblen los costados, que llevas a una herida, No tengo un palmo de tierra, no tengo un árbol florido.
Pero tener tu semblante era cual tenerte un hijo.
Al hombre que sufre en la proa, el viento del mar le anticipa los besos que espera, y arde de ansiedad.
Buscando voy eu tu oleaje vivo dulzura de rodillas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica