126 Repertorio Americano dad; pero ese es tal vez el más escabroso de los caminos, al hada Experiencia. Ella extendió el brazo señalando a y se necesita un valor a toda prueba.
los cortesanos y ordenó. Salid. Dime, viejecita, buena hada, dime los nombres de Calló la másica y salieron los cortesanos, las bailari.
los otros caminos que no sean tan espinosos!
Das y las mariposas. Mira y señaló la anciana otro. éste es el de la El hada se acercó al lecho mortuorio y empezó a ha.
ciencia, quizá tan espinoso como el primero, y casi todos blar así: los que lo siguen se extravian; se van por senderos impo Voy a decirte, principe, lo que no pode, en la pri.
sibles, por senderos que no pueden transitar los huma. mera ocasión en que nos hallamos, porque me descono.
pos. Es peligroso este camino; mete a los hombres hasta ciste y me insultaste. Desperdiciaste este consejo que yo los campos de Dios y allí se vuelven locos o retornan do. doy a los caminantes que me oyen a tiempo. Para ti ya loridos, vergonzosos y decepcionados. Este otro ca. es tarde! iQué mal hiciste en no escuchar mi voz!
mino.
Oye, príncipe, lo que yo digo a los caminantes que me No. no. gritó el príncipe, no me hables más, do escuchan: quiero oirte. Guarda tu lengua, vieja lechuza. Volvió a Escoged cualquier camino; aquel por donde os ponerse el antifaz y se marchó.
mande vuestro corazón; no el menos escabroso, que en Oye, prſacipel, gritó la vieja; acuérdate de la ven. todos encontraréis espinas y abrojos; mas no os lastimaganza de un hada.
rán sin duda si os revestís de la coraza del valor. Valor, luego se quedó murmurando para sí: Se asusta tan hijos míos, es lo que se necesita. Laazáos ciegamente, sólo con palabras. pobrecillo! Es un cobarde, es un marchad con el ánimo resuelto, sin mirar atrás y sin que vencido!
rer descubrir con la mirada si está lejano el punto a donde volvió a acurrucarse el hada Experiencia, para es queréis llegar. Sin querer saber de antemano si el resul.
perar las preguntas de otros caminantes.
tado de vuestra marcha será satisfactorio. Eso le quita El príncipe volvió al palacio de los placeres, pero sen. todo el merito a acción. Supongamos que el resultado tía un desconsuelo mortal. Se encerró en su cámara e iba fuera bueno: ibien para vosotros!
a arrojar fuera el antifaz, cuando vio con sorpresa que Sapongamos que fuera malo: Ibien para vosotros! Por.
era un imposible, porque la barba y los cabellos blancos que. tendréis el orgullo de no haber sido cobardes, de eran suyos, suyos. había envejecido.
haber luchado hidalgos, de sentiros fuertes. tendréis Miróse al espejo y vio que estaban apagados, sombrios el corazón en paz y eso en cierto modo es haber alcan.
sus ojos, que antes producían cambios en las mujeres y zado la felicidad.
en las rosas; su rostro estaba rayado de arrugas; era una Calló la viejecita, porque el principe no le escuchaba irrisión ver esas brillantes joyas sobre sus manos aperga. ya: había muerto.
mioadas; era desastroso contemplar su traje, becho para ajustaree up talle gentil, cubriendo su cuerpo encor.
Nena rubia: colorin colorado, este cuento se ha aca.
vado, bado. Coge la mufieca de la cunita de raso y de plumas y El príncipe, el viejo, hizo una mueca de burla a su arrúllala. arrallala y arrállala siempre; seguramente est figura representada en el espejo; opa moeca que le resalto muñeca será más tarde un baby tao rubio como tá; y horrible, porque era la sonrisa de una boca desdentada y lo arrollarás siempre; ino es cierto, nena, que lo arrulla.
rás sin miedo?
amarga.
Se llevó la mano a la cintura y saco su diminuto pasal Pequeño General! Ordena a los soldados que esperen de maogo bruñido, para realizar el altimo acto de cobar.
ahil Ponte en pie y grita: iPaso de vencedoresl. Es bueno día que casi siempre realizan los que se dejan vencer.
que te ejercites desde ahora, porque sé que mañana darás Colocó la punta afilada sobre el corazón. y lentamente voces de mando en medio de nubes de humo, de rugidos lo fué hundiendo, hasta que le faltaron las fuerzas y de cañones; de estruendo de bombas y tambores. No es cayó de bruces sobre la alfombra lanzando un grito de cierto, General, qué gritarás: Paso de vencedores. dolor.
Ponte en pie y ordena a los soldados de madera, nifio este grito, que resono siniestro en la noche, estre.
que sueñas con ser héroel mecióse el palacio entero: los cortesanos acudieron en Pequeñita andrajosa y despeinada: pequeñita de los tropel y hallaron a su principe, porque ellos si lo velan. ojazos tristes, de los ojazos con sueño, no te duermas.
joven: el hada Experiencia, con su magia permitía que Esfuérzate por po dormirte; tá sabes que tienes que velar solamente él se viera viejo, puesto que se sentía viejo.
a mamá enferma; sabes que tienes que darle la cucharada Los cortesanos hallaron a su pripcipe tendido sobre la a cada momento. pero tienes suefio. é ocurriría si te alfombra con los rubios cabellos en desorden, pálido, con durmieras? Descansarías, es verdad, pero al despertar en.
contrarías el desasosiego dentro del corazón. INo te palidez de jazmín.
duermasl, Petrificados de pánico, permanecieron un instante in.
móviles; luego lo transportaron agonizante a su lecho ¿Y tú? trabajar, gracioso limpiabotas! Sientes hambre magnífico, a su lecho de oro, que relucía como un astro.
y ahí a tu lado está la caja que produce pan; la caja amiga.
Lepántate! Upa, dos, y tres! quisieron que fuera bella su agonía: lo cubrieron de flores, encendieron en la estancia perfumados pebeteros Quiero oír tu vocecita alegre: Embolar, charolito!
Embolar!
y al compás de una másica suavisima, danzaban bailariUnal dos y tres!
nas a su rededor y volaban mariposas de colores.
Pero era terrible la agonía del príncipe; era angustiosa Ecco NELI su agonía: teoía los ojos desorbitados y be retorcia presa Noticia. Con el nombre de Ecco de la desesperación.
Neli empieza a firmar sus escritos La música se había hecho tan dulce, tan soave, que una distinguida y joven escritora de Colombia.
era capaz de calmar todos los dolores como un bálsamo; las bailarinas se acercaban al príncipe para quitarle la (Lecturas Dominicales, Bogotá. angustia con besos y era besado por las mariposas, De pronto se descorrieron las cortinas de la entrada apareció en el umbral la más extrafia figura: ana vieje.
cita encorvada, de ojos penetrantes de lechuza.
El príncipe se incorporó en el lecho: había reconocido se en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica