Repertorio Americano 195 puede impedirles que lleguen a ser como los moradores del Oeste del Medio, tal como está descrito en Artel. Un Congreso libre de intelectuales Por este motivo Rodo puede ser leído con provecho en Inglaterra tambiéd; su alabanza de nosotros dt be mante latinoamericanos perse en alto, en días como éstos, pues tenemos el único (Do Social, Habana. sentimiento de que Inglaterra ha llegado a ser como ese improvisado Oeste que Rod6 ha supuesto. bordo del Oriana, Alta mar, agosto 19 de 1924.
La idealidad de lo hermoso 10 apasiona al descendiente Señor Emilio Roig de Leuchsenring.
de los austeros puritanos. Tampoco le apasiona la idealidad de lo verdadero. Menosprecia todo ejercicio del pensamiento Habana.
que prescinda de una inmediata finalidad, por tano e infe.
Mi querido amigo: cundo. No le lleva a la ciencia un desinteresado anhelo de Le ofrecí a Ud. escribir algo durante mi gira por verdad, ni se ha manifestado ningún caso capaz de amarla por sí misma. La investigación no es para el sino el anteceEurops y ya ve Ud: cómo sólo a hora, presintiendo el hálito de nuestras tierras sobre las inmensas soledades dente de la aplicación utilitaria.
del Atlántico, a mi regreso, lo hago. es que despuée Así, el resultado de su porfiada guerra a la ignorancia, del prolongado letargo que, por razones que no es del ha sido la semi cultura universal y una profunda lavguidez caso sefialar, ha sofrido mi espíritu, vacilo un poco antes de la alta cultura.
de volver a joteotar tejer una tela, por humilde y débil. En efecto; es en ese improvisado Oeste, que crece forque sea, con el hilo de mis ideas.
midable frente a los viejos estados del Atlántico, y reclama Entre las ideas que venía cultivando, mal que bien, para un cercano porvenir la hegemonía, donde está la más antes de que se abriera en mi vida intelectual el paréntesis fiel representación de la vida norteamericana en el actus! a que me refiero, tal vez la que yo más quería era la idea instante de su evolución.
de cohesionar y homogeneizar, en lo posible, el pensa miento de nuestros intelectuales de nota. mi paso por. Todo elemento noble de aquella civilización: todo lo la Habana le hablé a Ud de esta preocupación mía, acerque la vincula a generosos recuerdos y fondamenta su digoica de la cual le había escrito al grap maestro Varona.
dad histórica, quedarán dentro de los viejos Estados donde El proyecto de reunir en un ágape de entusiasmo y de fe Boston y Filadelfia mantienen aún, según expresivamente a puestros hombres más distinguidos por la riqueza y la se ha dicho, el palladium de la tradición washingtoniana. generosidad de su intelecto, fué bien acogida por un Chicago se alza a reinar. su confianza en la superioridad grupo muy selecto de habaperos, como antes había sido que lleva sobre el litoral iniciador del Atlántico, se funda recibida por hombres como Vasconcelos y Saolo Capo.
en que le considera demasiado reaccionario, demasiado eu.
Diversas cartas y notas periodísticas se han producido ropeo, demasiado tradicionalista.
hasta ahora en torno a esa iniciativa, pero aún no puede. Inútil sería tender a convencerles de que la obra reali decirse que ha cuejado.
zada por la perseverante genialidad del arga europeo, desde Volviendo a las andadas esta vez con más fundadas que, bace tres mil años, las orillas del Mediterráneo, civili. esperanzas de alcanzar un resultado positivo quiero zador y glorioso, se ciñeron jubilosamente la guirnalda de a hora referirle algo de las impresiones que he tenido, en las ciudades helénicas; la obra que aún continúa realizán. relación con esa idea al proponerla personalmente a la dose y de cuyas tradiciones y enseñanzas vivimos, es una consideración de algunos de los hombres de pensamiento suma con la cual no puede formar ecuación la fórmula que habíamos juzgado dignos de participar de ese ban Washington más Edison.
quete.
Son, en efecto, dignos de ese banquete Unamuno, Es fácil juzgar un libro como el Ariel de Rodó en Francisco García Calderón, Leopoldo Lugones y Edgar tipa perspectiva errónea, y fatalmente fácil darle vuelta a do Ortega y Gasset, a quienes un feliz azar me ba permi.
upas páginas y decir que eso lo hablamos oído aptes tido ver; y como ellos tantos otros que, a pesar del vigor Pues Rodó fué un escritor situado a doble distancia de de su inteligencia y de la digoidad de su actitud, do nosotros, los iogleses fue un americano del Sur; y a ve logran imprimirles, por su aislamiento, la más ligera ces puede parecer que trabaja en asuntos que son claros y hoella de sus desigoios o aspiraciones o ideales a los que importa a su patria ideas que los europeos habían acontecimientos y las cosas que hoy se precipitan en presupuesto. Si parece menos griego en traje inglés que nuestro continente y fuera de él, alejándonos cada vez en castellar se debe en parte a su posición geográfica, más de la ruta anhelada.
Si hubiera sido siempre un hombre del Mediterráneo, un El caso es que sólo en París, y ya al terminar mi pensador mediterráneo, habría merecido en todo tiempo viaje, tuve oportunidad de hablar de puestro asunto, la atención de los lectores ingleses.
medio desvanecido en mi mente entre las evocaciones y (Trad. do The Times Literary los recuerdos suscitados por los paisajes, galerías y mu.
Supplement, Londres)
seos. Por carta pues se hallaba en Les Sables, donde después fuí a verle Francisco García Calderón me dio la gran noticia de que Unamuno acababa de llegar a París UNA CENTURIA LITERARIA acompañado por Dumay, el director de Le Quotidien, Prosa. y prosistas uruguayos)
que había emprendido un viaje especial para arraocar de las débiles garras de los ceroſcalos del Directorio presa 1800 1900 tan poble. Averigüé pronto el paradero del maestro, may cercano a mi hotel, y en seguida fuí a verle. Al llegar yo, Por Hugo Berbagelata. Paris, 1924 le esperaba en su cuarto Eduardo Ortega y Gasset, ca.
yeodo luego otros visitantes. Aunque casi no había modo Tenemos encargo de vender algunos ejemplares de esta magnífica antología. Precio del ejemplar 00.
de poder hablar largo y tranquilamente con don Miguel, pues llovían las visitas, mediante una cita especial le Aproveche la ocasión y hoy mismo solicite el suyo al consulté mi tema. El maestro, como podrá Ud. suponer, Sr. Admor. del Repertorio Americanos.
no requirió explicación Diogopa, y comprendió al ins.
tante los alcances de la idea y su inmediata utilidad, y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica