14: Repertorio Americano Página lírica de Martín Paz (1. Para el Repertorio Americano)
cañón y se desespera de conseguir el ideal. El pasado vuelve a cada mo.
mento sobre el presente y se diría que va a modelar el futuro. América, la América nuestra, se pregunta. Jamás terminará el drama mexicano. un movimiento de escepticismo, que alguna vez sorprendimos en el sem.
blante de puestros mejores amigos, es la síntesis de la opinión más favorable que para nosotros se reserva. Todos parecían decirnos, con cortesía en verdad exquisita, pero con apremio indudable. Hasta cuándo? la pregunta sutil, discreta o indiscreta, pero siempre cordial, con un sentimiento de profundo amor la re.
petimos ante la República. Hasta cuándo?
Mensaje CARLOS ESCOBAR ANTONIO CASO. Te acuerdas de cuando íbamos de paseo a la playa bajo las horas lilas que la tarde engalana?
Cuántas cosas del puerto el corazón no calla alora que palpita en tierra mexicaua.
Por mis sueños desfila la faja de la playa por la que en las radiantes horas de la mañana pasea el pescador, al hombro la atarraya, por entre las gaviotas de la paz comarcana.
Como me hallo tan lejos de aquella vida pura y la vida ha vertido en mi propia amargura el dolor que a mis versos da solo sus reflejos, visita, amigo, en nombre de todos inis pesares las muchachas de entonces, la playa y los palmares porque hacia todos vuela mi cariño de lejos. Revista de Revistas, México, El destino de un continente. Viene de la página Marina Con el potente estruendo de sus olas oscuras que adorvan con encajes de espumas el cantil, el mar hace surgir todas las aventuras de Simbad el Marino en mi alına juvenil. veo ir por el cuento la galera insegura por los reyueltos mares sobre un oleaje hostil, y desde el horizonte alzarse la verdura de una remota isla que encierra el mar afil.
Tras el sonante tumbo de sus olas serenas.
el mar hace peinar sus canosas melepas en el peine de rocas que parece el pretil, y en mi crece el deseo de partir algún día en an esbelto barco, hacia la lejanía, al país donde reina perennemente abril.
contra de la intervención que jamás justa y afirmamos con él y con el Dr. Zeballos que un pueblo debe ser independiente a pesar de viento y ma.
rea. Pero más que a los norteamerica nos debemos condenar a nuestros po.
líticos torpes que creen que una nación puede ayudar a otra desinteresadamente. Ya su más famoso presidente aconsejó a los norteamericanos no caer en este error. Yo creo que los yapquis no son imperialistas por carácter sino por necesidad. Si los alemanes fueran los dueños de este pedazo de América, acaso ya todo el Sur estaría en sus manos. No necesitamos nombrar a la India, El Egipto, e! Congo, El Norte de Africa, Corea, parte de la China, etc. para convencernos de esta verdad.
Seguiría hablando sobre bello tema, pero hay otro de tanta importancia y más bello de que hablar. La muerte de Guerra Junqueiro nos in.
pone la obligación de spalizar su obra y disertar acerca de hispano america.
pismo, quiero decir, de neo latinismo porque con él se nos va algo tan grao.
de como un continente. Mientras me entro en el espíritu de este gigante ibérico espero que el valiente libro de Manuel Ugarte vaya pasando por las mentes (no por las manos. o por me.
jor decir, vaya quedándose en las mentes, de los generalotes, politicas.
tros y pseudo capitalistas que dirigen los destinos de nuestra supuestas de mocracias latino americanas.
Mujeres de los puertos Mujeres de los puertos, mujeres ardorosas, que con amor le ponen a la vida un tapiz.
En los muelles les tiñen las tardes luminosas los trajes vaporosos con un suave matiz.
Sus ojos ven surgir lucero tras lucero acaso arrepintiéndose de aquel primer destiz, o tal vez recordando algún hombre extranjero que después de engañarlas se volvió a su país.
Así las han mirado mis ojos de viajero, con trajes vaporosos, tepibloroso el sombrero, los ojos excrutando la lejanía gris con ansias de partir quien sabe a qué país o esperando que lleguen, en un barco extranjero, mensajes de New York, de Londres o París.
ARTURO TORRES RIOSECO (Del tomo El Poema del Mar, por publicarse, Mérico, 1924. 1) De Honduras. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica