LiberalismSocialismUnited Front

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Repertorio Americano 361 diferenciación. La actual es la hora de la alianza Desde la extrema izquierda del socialismo a la extrema derecha del liberalismo monárquico constitucional, hay ciertas especies políticas, ciertos postulados comunes de gobierno, que a todos importa defender. Como dice el manifiesto de El Sitio, do es up par. ximo, pues España, quiérase o po, tido lo que se pretende, sino una está dentro del planeta, y ha de mar.
aliapza, un frente único liberal, que char con él y disuada a los vacilan.
encienda en la sociedad española log tes y a los pusilápimes de sacrificar apagados idealismos, que haga des. ante los Baales.
pertar la dignidad cívica, que infunda ANDRENIO la fe en lo futuro en un futuro pró. La Voz, Madrid. Página lírica de Gabriela Mistral DOLOR s sombra (Véanse los Nos. 13 y 14 del tomo en corso. EL RUEGO y ni pueden buírme tus ojos amorosos ni esquivar tu pie el riego caliente de mi llauto.
Señor, tú sabes cómo, con encendido brío, por los seres extraños mi palabra te invoca.
Vengo ahora a pedirte por uno que era mío, mi vaso de frescura, el panal de mi boca, Di el perdón, dilo al fin! Va a esparcir eu el viento la palabra el perfume de cien ponios de olores al vaciarse; toda agua será deslumbramiento; el yermo echará flor y el guijarro esplendores.
cal de mis huesos, dulce razón de la jornada, gorjeo de mi oído, ceñidor de mi veste.
Me cuido hasta de aquellos en que no puse nada; ino tengas ojo torbo si te pido por éste!
Se mojarán los ojos oscuros de las fieras, y, comprendiendo, el monte que de piedra forjaste llorará por los párpados blancos de sus neveras: itoda la tierra tuya sabrá que perdonaste Te digo que era bueno, te digo que tenía el corazón entero a flor de pecho, que era suave de índole, franco como la luz del día, henchido de milagro como la primavera.
POEMA DEL HIJO ALFONSINA STORNI, Me replicas, severo, que es de plegaria indigno el que no unto de preces sus dos labios febrileg, y se fue aquella tarde sin esperar tu signo trizándose las sienes como vasos sutiles. Un hijo, un hijo, un hijo! Yo quise un hijo tuyo y mío, allá en los días del éxtasis ardiente, en los que hasta mis huesos temblaron de tu arrullo y un ancho resplandor creció sobre mi frente.
Pero yo, mi Señor, te arguyo que he tocado, de la misma manera que el nardo de su frente, todo su corazón dulce y atormentado ly tenía la seda del capullo paciente!
Decía: jun bijo. como el árbol conmovido de primavera alarga sus yemas hacia el cielo. Un hijo con los ojos de Cristo engrandecidos, la frente de estupor y los labios de aphelo!
Que fué crüel? Olvidas, Señor, que le quería, y que él sabía suya la entraña que llagaba.
Que enturbio para siempre mis linfas de alegría. No importa! Tu comprende: iyo le amaba, le amaba!
Sus brazos en guirnalda a mi cuello trenzados; el río de mi vida bajando hacia él, fecundo, y mis entrafias como perfume derramado ungiendo con su marcha las colinas del mundo. amar (bien sabes de eso) es amargo ejercicio; un mantener los párpados de lágrimas mojados, un refrescar de besos las trenzas del cilicio conservando, bajo ellas, los ojos extasiados, Al crazar una madre grávida, la miramos. con los labios convulsos y los ojos de ruego, cuando en las multitudes con nuestro amor pasamos. un niño de ojos dulces nos dejó como ciegos!
El hierro que taladra tiene un gustoso frío, cuando abre, cual gayillas, las carnes amorosas. la cruz (Tu te acuerdas joh Rey de los judíos. se lleva con blandura, como un gajo de rosas.
En las noches, insomne de dicha y de visiones, la lujuria de fuego no descendió a mi lecho.
Para el que nacería vestido de canciones yo extendía mi brazo, yo ahuecaba mi pecho.
Aquí me estoy, Señor, con la cara caída sobre el polvo, parlándote un crepúsculo entero, o todos los crepúsculos a que alcance la vida, bi tardag en decirme la palabra que espero.
El sol no parecíame, para bafiarlo, intenso; mirándome, yo odié, por toscas, mis rodillas; mi corazón, confuso, temblaba al don inmenso; iy un llanto humildad regaba mis mejillas!
Fatigaré tu oído de preces y sollozos, lamiendo, lebrel tímido, los bordes de tu manto. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica