Liberalism

104 Repertorio Americano El centenario de Rojas Garrido (De El Tiempo. Bogotá. ACE hoy. cien años vió los ideales, en estos tiempos la primera luz en Agra.
secos y prosaicos, en que las do, Departamento del Huila, doctrinas se esfuman, en que el doctor José María Rojas el espíritu de sacrificio y de Garrido. La República con.
abnegación ha sido reemplaza.
memora hoy, pues, el primer do por un desenfrenado arri.
centenario de una de sus glovismo; en que la mediocridad rias más altas; de uno de los ha hecho su imperio, el ho.
varones representativos de una menaje a Rojas Garrido es época, la más fecunda y la oportuno y es simbólico. Es más poble; aquella en que sur una invocación, que puede ser gió una verdadera pléyade de fecunda, al pasado de glorias hombres ilustres que se fueron y de triunfos y de esperanzas.
sin dejar sucesores, como si Más de cuarenta años han con ellos se hubiera agotado pasado desde la muerte de el esfuerzo creador de nuestra Rojas Garrido. Se fué él cuanpatria. entre esa faladje de do el régimen liberal agovi.
estadistas, oradores, literatos, zaba, y caían sus doctrinas al filósofos y guerreros, que hu.
golpe de la reacción; se han bieran hecho la grandeza de sucedido los hombres y los cualquier país, Rojas Garrido acontecimientos; el olvido ha se destacaba en primsra línea.
cubierto muchas falsas glorias Poseyó él todos los atributos y ha condenado a muchos faldel Genio y dejó una estela sos profetas. La figura de Ro.
luminosa y una impresión pro.
jas Garrido, en cambio, brilla funda, no sólo en su generacada día con más fulgor. Verción sido en las sucesivas, que dadero mago de la palabra, sin haberlo conocido, sin hacuyo cuerpo era, según frase, ber experimentado la emoción de uno de sus adversarios, intepsísima de su imágica pa.
una caja de violín; filósofo de labra, sienten aún todo el invastísimas concepciones, ju.
flujo de su enorme prestigio.
José María Rojas Garrido rista eminentísimo y gran paDesde que se inició en la triota, que dedicó todas las vida pública, muy joven, ape.
horas de su existencia al ser.
nas cruzado el umbral de los veinte años, Rojas Garrido vicio de la República y del liberalismo, Rojas Garrido fué un vencedor. Nada resistía en los debates parlamen pertenece a la inmortalidad.
tarios, en los torneos oratorios de la tribuna pública, de Para completar este modesto tributo que rendimos la prensa o de la cátedra a su elocuencia formidable, a la hoy a la memoria del grande hombre, pada más oportuno 16gica implacable de su argumentación, al calor sincero que los siguientes a partes de un magistral estudio del de sus convicciones. Los más avezados enemigos, que se doctor Antonio José Restrepo: le oponían en columna cerrada, eran siempre batidos por el joven luchador, que supo clavar en las triocheras del «Rojas Garrido llena con su nombre sonoro los ámbitos de la adversario el perdón de todas puestras libertades. El República. Orador cual no ha tenido otro pinguno la fecunda conquistó para la República la libertad absoluta de la Colombia, magistrado integerrimo, profesor incansable de las prensa y de la palabra; él libro combates definitivos con. buenas ideas, periodista de combate y propaganda, legislador sig.
tra la pena de muerte; y a sus doctripas, a su constante Datario de las mejores conquistas de puestro Derecho público, batallar se debe sin duda el que en Colombia hayan cualquier guiñapo de su obra luminosa bastaría para la gloria de arraigado de manera definitiva las libertades y las garan todos los pigmeos que han escupido latinajos y mousergas sobre tías de que hoy gozamos, y contra las cuales pada podrán su tumba silenciosa. Como suelen vesperales arreboles posar sobre los embates, cada vez más débiles, de la reacción.
nuestras rugosas montañas su corona de vívidos colores, así plugo De él decía Juan de Dios Uribe las siguientes justísi. a la divina Poesía coronar aquella cabeza donde bervía el pensamas palabras: miento como lava y rebramaba el huracán de la elocuencia en ondas comprimidas de razones coronar aquella cabeza que no «Id por dondequiera en estos cuarenta años al en encaneció antes de inclinarse apenas para entrar en la bóveda, cuentro de una idea, y allí hallaréis al grande hombre, con los nimbos y resplandores de la Rima, el número, el Acento asociado, como trabajador múltiple, a la elaboración del y la Cadencia, como si la diviua hija de Apolo hubiese querido pensamiento. Como de lo alto de una montaña, se le ve darnos, a los sobrevivientes de aquel Maestro, único en el decir y dominar, sin que pierda punca su grandeza, ni aun en el conmover y convencer, un trasunto lejano, reconocible empero, los ipfortunios amargos con que la decepción quebranta de lo que fué la majestad del Castellano en boca de Rojas Garriel genio. Fué un inmenso caudal de magoíficas orillas, do. Majestad y dulzura de la lengua materna que no volvieran a porque, joven, apareció ya grande, y como grande avanescucharse más, y que tal vez se perciben, como tenues vibraciozó el pié intrépido en las sombras de la noche eterna. nes de un órgano tocado por el ángel de la patria, si en la callada noche y con atento oído, detenemos el paso bajo los sauces y En esta hora, en que parecen haber hecho crisis cipreses del Parque do los Mártires, donde tremola el pabellón (1) Sábado, de setiembre de 1924. Pase a la página 107. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica