Repertorio Americano, 219 381 Pero el viento del Norte iqué beso pondría en mi faz, si los rostros que amo quedaron atrás!
por una alondra que erige su canto nos olvidamos que es duro morir.
Abren violetas divinas, y el viento desprende al valle un aliento de miel.
Ahora no sólo comprendo al que reza; ahora comprendo al que rompe a cantar.
La sed es larga, la cuesta eg aviesa; pero en un lirio se enreda el mirar, Grávidos van nuestros ojos de llauto y un arroyuelo nos hace sonreir; El viajero de proa me dice. Qué vas a buscar, si en la tierra no espera la dichia. No sé contestar. No hay nada ya que mis carpes taladre.
Con el amor acabóse el hervir.
Aun me apacienta el mirar de mi madre. Siento que Dios me va haciendo dormir. Del tomo Desolación, Santiago de Chilc, 1923. Me llamaba en mis costas inmensas la lengua del mar, y en mitad de la mar voy llorando, caída la faz!
Miércoles de Ceniza SERENIDAD Te signa el bueno y grave de mi señor el Cura con el polvo añorante de la tierra florida, enorme madre prodiga que todo lo depura, que una vida cercena para dar otra vida. después de teper perdida lo mismo que un pomar la vida. hecho ceniza, sin cuajar, me han dado esta montaña mágica, y un río y unas tardes trágicas como Cristos, con qué sangrar.
Traza sobre tu blanca frente la cruz obscura con temblores seniles que evocan la partida, y su mano es cual una mariposa en la pura corola delicada de tu faz encendida. Te rebelas? Advierte que tu belleza es humo, que nuestra vida es sólo un efímero grumo y nuestra carne frágil es un préstamo apenas.
Los niños cubren mis rodillas; mirándoles a las mejillas ahora no rompo a sollozar, que en mi sueño más deleitoso yo doy el pecho a un hijo hermoso sin dudar.
No pienses en tus formas; paga lo que debemos, pues si de esas entrañias salimos a esas buenas entrañas tornaremos.
EDMUNDO VELásquez.
San José, Costa Rica.
Estoy como el que fuera dueño de toda tierra y todo ensueño y toda miel. iy en estas dos manos mendigas no he oprimido ni las amigas sienes de él. De sol a sol voy por las rutas, y en el regazo olor a frutas se me acomoda el recental: tanto trascienden mis abiertas entrañas a grutas, y a huertas, ya cuenco tibio de panal!
Soy la ladera y soy la viña y las salvias, y el agua niña. todo el azul, todo el candor!
Porque en sus bierbas me apaciento mi Dios me guarda de sus vientos como a los linos en la flor.
Vendrá la nieve cualquier día; me entregaré a su joya fría. fuera otra cosa rebelión. en un silencio de amor sumo, oprimiendo su duro grumo me irá vaciando el corazón!
Peligro en tocar brian suministrado, después de eva.
las lámparas eléctricas.
poración. tensiones mucho menos elevadas. Por otra parte, ise han obser. Viene de la ságina 376. vado en este caso las desviaciones progresivamente decrecientes del voltse refieren respectivamente a las me metro, que llegaban a ser práctica.
didas hechas con orina fresca, una mente nulas cuando la evaporación solución de jabón de potasa, lechada era completa. Pero tan luego como el de cal, una solución de sal de cocina, vapor de agua se ponía en contacto vino, una solución de jabón de sosa, con la ampolla, la tensión ascendía, y agua ordinaria, agua destilada y alco. el aliento era bastante para hacerla hol de 900.
subir unos treinta volts. El peligro Se ve que para la orina fresca, el subsiste, pues, en parte, aun cuando valor inicial de la tensión es el más las materias esparcidas sobre el vidrio elevado (76 y este hecho merece de la lámpara estén secas.
llamar la atención, pues el sudor que (Ibérica. Tortosa. las manos depositan en las ampollas eléctricas, tiene una composición parecida a la de la orina. Observemos también el rápido ascenso de la curva de la lechada de cal (193. La ten.
sión observada es ya de 132 a 40 milímetros del casquillo.
Estas medidas se han repetido en distintas condiciones, y han conducido siempre a los mismos resultados generales: a saber, que ciertos líquidos presentan todavía a notables distan.
cias del casquillo, y aunque se hallen extendidos en capas muy finas, ten.
siones relativamente elevadas, y hacen peligroso el tocar la ampolla.
Naturalmente, estos líquidos ha.
PALABRAS SERENAS Ya en la mitad de mis días espigo esta verdad con frescura de flor: la vida es oro y dulzura de trigo, es breve el odio e inmenso el amor.
Mudemos ya por el verso sonriente aquel listado de sangre con hiel. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica