Repertorio Americano 301 El hombre y la lápida EN Un todas partes tropezamos con la desiera así; pero aunque lo fuera, habría sido gualdad humana. El pueblo de las es. una noble estatua de perfiles antiguos que tatuas de una ciudad, forma una sociedad miraba al mundo nuevo.
tan mezclada como la que hallamos en el En mis recuerdos surge su figura de fil6hall de un hotel cosmopolita o en el vagón sofo y patriarca, no en un Pórtico o en una restaurante de un expreso. Hay estatuas Academia, sino en las asambleas algo beodonde se ha tallado una imagen memora. cias de las cortes de la Restauración. Quizá ble, y estatuas que son un epigrama.
1a especie de su frialdad surgió como un Como con las estatuas ocurre con los contraste con la gesticulación y la oratoria nombres de las calles. La conmemoración gritadora, pomposa y hueca. Me le reprecallejera forma un abigarrado pueblo, don. sento escuchando impasible el griterio de la vulgaridad se codea con el mérito. coro adverso, después de lanzar sus acusa.
Los motivos de la fama son muy diferentes. Se puede tener una calle, dar nombre a una calle, por haber escrito el Quijote y por haber sido concejal.
En la Gran Vía madrileña, Piy Margall continúa al Conde de Pe.
malver. Pi y Margall no escribió el Quijote, aunque fué uno de los más puros y elegantes prosistas de su tiempo un clásico. pero no es de la misma tribu espiritual que el Conde de Peñalver. El conde era una persona respetable, fué tal vez un buen alcalde, llevó a cabo el antiguo proyecto de la Gran Vía y tenía algún derecho a firmar una piedra de la obra; pero la proximidad Pi y Margall le perjudica.
terminado a que aspiran, La pasión por la verdad sabe que esa misma verdad que persigue no le será dada, que po será más que su verdad, la visión fugaz y parcial de una conquista inasequible. Mas esta pasión por la verdad, la pasión noble por excelencia, es el decoro del espíritu, la lealtad consigo mismo y con los demás hombres, el servicio divino que la inteligencia rinde a su ley.
El pragmatismo aspira a conciliar la verdad con la práctica a experisas de verdad.
Esta tiene en sí misma su propio pragmatis.
mo. El primer fruto de la pasión por la verdad es el ennoblecimiento. del carácter. La verdad imprime carácter como un sacramento. Pone en sus servidores y elegidos la marca del sacerdos in allernur.
El Pi y Margall enamorado de la verdad desde la juventud, que se negó a servir a las ficciones triun.
triunfantes, explica el probo cia, dadado, el hombre de vida privada intachable, el gobernante austero, que siguió rindiendo culto a la deidad que no envejece.
ANDRENIO. La Voz, Madrid. El centenario del gran repúblico español Pi y Margall Valladolid, mars 1924.
EL En la nueva avenida Pi y Mar.
gall se ha descubierto la lápida pomivadora, eligiendo para la ceremonia el aniversario centenar del nacimiento de aquel gran repúblico. Fué un acto modesto, celebrado casi en familia, a las nueve de la mañana, como si se degeara la intimidad o el incóg.
nito. Madrid, a las nueve, se des.
pereza. Me recordaba esta ceremo.
nia tan matinal el entierro de un amigo, señalado también a hora muy temprana. Indudablemente, la familia no quiere que vayamos al entierro, se dijeron los amigos, y no fueron. Quizá la sobriedad de la ceremonia conmemorativa de Pi y Margall fué un homenaje apropiado a la austeridad de aquel gran hombre, que recordaba con sus costumbres la sencillez de las repúblicas antiguas. Por lo menos, la libro de las desafinaciones que a veces se producen en los actos de más aparato. 29 de abril próximo venidero se cumplirá el primer cente.
pario del nacimiento de aquel varón insigne y sabio, ejemplo de austeridad y de todas las virtudes cívicas, que se llamó Francisco Don FRANCISCO PI MARGALL Pi y Margall cos hombres, en efecto, producen al evocar su ve.
ciones implacables, o tal vez oyendo sin nerable figura, respeto más profando para pestañear una voz tonante y declamatoria su obra y para su persona. Nadie le aven.
que asesta sobre él la gruesa artillería de tajó en civismo y ningún otro supo colocar los lugares comunes, que ni le desconcierta más alta su honradez.
ni le excita a la interrupción.
Ignoro qué actos habrán de celebrarse, en Su estilo, en los últimos escritos, tiene la fecha indicada, en nuestro país para enal.
cierta impasibilidad escultórica, marmorea. tecer sus doctrinas y honrar la memoria de Mas en los Estudios sobre la Edad Media, quien, como él, fué la concreción del más en La reacción y la revolución, se percibe la puro y exaltado amor patrio y sacrificó su llama de la emoción. El hombre de hielo entendimiento y su vida en idear la máxima tuvo su pasión, la pasión más rara y exqui. prosperidad de España. Hombre de su tiemsita: la pasión de la verdad, que es la más po, sus concepciones políticas fueron, no desinteresada; la pasión sin premio. Por obstante, las de un precursor que se adelan.
Por ella sacrifican algunos bombres elegi tase dos siglos a la vida de la Humanidad, dos los bienes de la tierra, el reposo, la po En su programa de 22 de junio de 1904 pularidad y hasta a veces la vida. Todas las proclamó como principios fundamentales, otras pasiones, las nobles y las viles, tienen en el orden humano, libre el pensamiento, su señuelo y su recompensa en el bien de. la conciencia y los cultos, y garantidos. la Le llamaban el hombre de hielo. Parecía que a sus enemigos les exasperaba la austeridad inatacable de Pi y Margall, y que buscaban el desquite presentándole como un hombre insensible, encerrado en su ato.
pía, indiferente a las palpitaciones de la emoción humana, apa estatua viviente. No Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica