Repertorio Americano 2091 275 Repítole que voy a barrarle lo que apertura de las cámaras del moblaje, Mas, una sorpresa mucho mayor pasó y nada más.
ipmediatamente anteriores a la del nos aguardaba: Cuando se dió con el hondo pozo sarcófego, fué un deslumbramiento. iDel vaso destapado exhalose un que conduce a la puerta de la cámara Figúrese que ocho meses después no vago, pero distinto perfume que remortuoria, mi ayudante, a causa de su se había acabado de inventariar el con frescó el ambiente!
invalidez, no pudo tomar parte en la tenido en muebles, estatuas, adornos. Recuerdo haber leído eso con extracción de los bloques de piedra y vajilla. No se recuerda hallazgo más asombro, dije.
que lo obstruían, ni descender como valioso, desde el que se hizo con el Sin duda, reposo Mr. Neale; y el lord, los invitados y los dos jorpahipogeo de la reina Hatshepsut; y ese yo mismo lo mencioné en una desleros agregados al grupo, en las Tut Aoj. Amon, sa descendiente, re.
cripción publicada por la Monthly cufas o espuertas egipcias. Estaba sultaba digno, por cierto, de clausurar Review. Nadie ignora que Egipto fué pálido, aunque impasible, y. sólo crei el victorioso período de aquella décima el país de la química, ciencia cuyo notar que me sefalaba con los ojos a octava dinastía, con que los reyes te. mismo nombre parece derivar de la atención de uno de los jornaleros banos dieron a Egipto su máximo Chem o Quem, como llamaban los prontos a iniciar la bajada: hombre esplendor hace más de tres mil años. hebreos a la nación egipcia, según se maduro ya, pero vigoroso. Luego, La extenuación de largos meses de ve por el salmo CV: el de la recapii 11.
acercándose con respeto: tarea, que en los últimos días llegaba lación; y la flota de Hatshepsut, nos Olvidabas el talisman, dijo, en a doloroso agotamiento, desvanecióse indica hasta qué punto era grande en tregándome el sello de cornalina. ante esa maravilla casi eterna.
su época la importancia de los perEfectivamente, tabiame ocurrido Nurca se agradecerá bastante la fumes.
eso al substituir mi traje habitual por munificencia con que lord Carnarvon Con todo, la duración de aquel cuer: el recio. yestido de campafia que es puso toda su fortuna en tal empeño, po volátil resultaba extraordinaria; o. menester adoptar para los desceusos, costoso como dioguno, edemás, y el mejor dicho, su cautividad de treinta y que constituye una de las torturas entusiasmo, el esfuerzo, el desinterés siglos en una perpetuación casi in.
de esa angustiosa operación.
con que le sacrificó su propia vida.
mortal. Así se me reveló el motivo de Quien no lo ha realizado, tampoco Pero vuelvo a mi estricta parración. la preferencia que los antiguos griegos puede apreciar lo que significa el des. Llegaba el momento, entre todos y romanos dabas a los vasos de ala.
lizamiento, en gran parte al tanteo, solemne, de derribar el último tabique, bastro, para guardar perfumes. Recor.
por las dilatadas galerías donde el aire agaz ligero, por cierto, que nos sepa. dará Ud. que, en griego, los preciosos confinado durante siglos, el polvo im. raba de la cámara del sarcofago. Es vasitos perfumarios llamábanse ala.
palpable y la temperatura de horno, siempre algo lúgubre, y hasta no exen. bastros por antonomasia. Seria una prolopgan hasta la agonía una deses to de cierta inquietud, esa profanación de les tantas cosas que Grecia y Roma perante sofocación.
de tan largo sueño.
aprendieron de Egipto.
Nada más distinto del maravilloso Cuando apareció, pues, tras el pol.
Pero más extraſa aún que el perfu. paseo arqueológico que sugiere al lec. po leptamente desvanecião del postrer me fué la frescura que difundió en tor la narración del descubrimiento. azadopazo, en la vaga obscuridad, más torno. Digo mal frescura, pues cra El descenso del pozo sepulcral es peli. bien teñida que alumbrada por los más bien una especie de frío sutil, groso, además de siniestro. Hay que haces eléctricos, la celda ritual con su semejante al del mestol. El caso es precaverse mucho de las rozaduras enorme féretro solitario, fué como si que yo y el lord cos estremecimos bajo contra los cantos filosos de las pare. desde su bajo y estrecho ámbito de esa especie de helada delgadez que se des, pues bajo el clima de Egipto, la cueva nos diese en la cara la respira. desvaneció como un suspiro instan.
más pequefia herida puede acarrear ción de la sombra. Algo inmensamente táneo.
consecuencias fubestas.
augusto dos sobrecogió.
El lord se ipclinó y aspiró fuerte.
Obligado usted a reducir su equipo Pero ya lord Carnarvon trasponía mepte con su pariz en la boca del vaso.
para deslizarse entre los derrumbes esa última puerta. Era su derecho. Vale la pena, dijo, conservar el casi infaltables que ha producido por tan justamente ganado. Dió una rá. recuerdo de tan antiguo perfume.
presión y desnivel el paulatino desio. pida vuelta por la cámara mortuoria, Hubo en la puerta un ligero atro.
rodamiento de la montaña, su reduci inclinóse sobre el sarcofago, sin tocar pellamiento que llamó su atención, y da caramañola sólo alcanza a disimular lo, y salib para dejar paso a las ilustres yo aproveché la coyuntura para inten.
la sed provocada por una transpiración personas de la comitiva, pues en el tar lo propio.
excesiva. Pero, lo más atroz, es el re estrecho recinto no ían más de dos. En ese instante el felah a quien.
cio traje que debe uno conservar para Entonces poté que del lado de afue.
había hablado Mustafá interpásose no herirse, y en previsión de la salida ra, es decir, donde yo me encontraba, como una sombra, heciéndoine con la con retardo bajo uno de esos bruscos había junto a la puerta dos vasos de cabeza y los ojos up cpérgico signo de fríos que sobrevienen en los arenales alabastro cerrados con tapas cópicas Degación.
apenas declina el sol: otro de los ries. de la misma substancia.
Por más que dicho acto me asom.
gos peculiares a la comarca, Dijérase Lord Carnarvon se acercó a uno, brara, no le hice caso alguno e insistí.
que, hundido en la fúnebre excava. movió, ipstiptivamente, sin duda, la Entonces, arriesgando un además de ción, lleva Ud. sobre los hombros todo cubierta alabastrida, y ésta cedió gi. audacia increíble en aquellos tímidos el peso de la siniestra montaña que rando, pues hallábase atoruillada con pajeados, asió mi brazo con brusque vió al entrar, como descolgándose en la perfecta maestría de esos trabajos dad, al paso que murmuraba en árabe, deoso manto de arena sobre las tumbas egipcios. Suavemente, sin un crujido, para que sólo yo pudiera oir y en.
enterradas a su vez bajo la infinita fué desprendiéndose apte puestros ojos tepder: desolación de aquel Valle de los Reyes. estupefactos. Atórat el mbut! El perfume de la Pero el prodigio de la tumba des.
muerte!
cubierta era tal, que hubiera valido, Entretanto, el lord acababa de tapar Go, mayores penurias.
Del tomo próximo en adelante, nuevamente el vaso.
No voy a ensayar su descripción, ni espere, bus Cuando, algunas semanas después, a recordar la ilustre comitiva; cosas que los Suplementos del REPERTORIO; serán cosa de mucho valor. Coleccionados, le hapude ver de nuevo ambos recipientes, popularizadas, por lo demás, en todos rán a fin de afio un tomo de lecturas variatodo se había desvanecido, y sólo con.
los magazines. Sólo le diré que la das y escogidísimas de 384 páginas en 40 seryaban en el fondo Una mancha. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica