Repertorio Americano. 95 ¡Vamos ya, que la caña está lista!
Sobre mi canción recuesta el corazón y rompamos a andar por la pista, para que nos mire, y se muerda la lengua de gusto, siquiera una bora, el diablo pensativo de Nuestra Señora, que es tan artista!
para volver, retomará mi vara, y entre mi mano se hará pan, la espiga, y el verde abril florecerá a mi encuentro vereda de olorosas margaritas mientras que canta el ruiseñor del alma la más dulce de todas sus cantigas.
Madrid, 13 de febrero de 1924.
Paris, 12 de enero de 1923.
ADIOS ESPAÑA EL MADRIGAL DE LISBOA Para dejarte, llevo entre los labios la más dulce canción que hall6 mi rima; para dejarte, llevo entre mis sueños el blando palpitar de tu caricia; para dejarte, siento que me aprietan los invisibles brazos de tu vida; para dejarte, siento que están secos los mares que me apartan de tu orilla.
Flor y serpiente.
Fragancia. Albor.
Amor, Curva del Tajo: la serpiente. sobre el boa de la corriente, el lis: la flor, Lisboa, 21 de febrero de 1924.
Para volver, iré de puerta en puerta implorando a las gentes por tu vía. Envlo de la Aulora. En favor de los débiles Yo voy rimando mis angustias, yo voy cantando mis dolores, nada se saca de gemir; saber ahondar en lo riente, saber cantar lo doloroso, es ser artista y es vivir.
De todo triste soy amigo, de todo débil soy ayuda, todo caído llegue a mí, que yo he de darle algún consuelo y ante las penas más hirientes, yo he de impulsarle a sonreir.
No cesa el riesgo con temerle, no pasa el mal con lamentarle, sico elevándose gentil y resistiendo sus ataques con entereza y valentía, hasta vencer o sucumbir.
Yo he padecido como pocos; tengo abrasadas las entrañas a puros golpes de sufrir; y sin embargo guardo en ellas unos rosales de ternura, que siempre logran producir.
Naturaleza quiso darme un vitalismo de alquimista, que me permite convertir cualquier espina que me clavan en unas flores de indulgencia, disculpadoras del desliz y del delito más horrendo; todos ansiamos ser mejores, nadie desea delinquir; los que delinquen son vencidos por la miseria, la incultura y por un medio muy hostil, Ser delincuente significa ser ignorante, pobre, enfermo, sencillo, cándido, infeliz.
En muchos casos los más buenos se ven forzados al delito, sin que lo puedan impedir, porque la 16gica inflexible del gran desorden que orden llaman los aprisiona en su redil.
Yo soy un fuerte, pero tengo hondas piedades para el débil, que bien quisiera ser viril; sin dada el débil no es culpable de haber pacido sin vigores: pada sucede porque sí.
Sólo los fuertes verdaderos son comprensivog y clementes con el vencido en cualquier lid.
Hay más grandor y mas potencia en el perdón y en la disculpa que en despreciar y perseguir.
Mi fortaleza es evidente porque no humilla ni desprecia, y sólo quiere refundir a los endebles en forzudos, todo lo tosco en bello y fino, tras incesante resurgir.
Yo no apostrofo a los que penan, sino que gozo en defenderlos; cada cual nace para un fin, y yo he nacido para Uarme en versos, prosas, voces y actos, como la esencia de un jardín que a todo el mundo reconforta con inyecciones de esperanza, con un elixir juvenil.
Mis enemigos más feroces quedan trocados en amigos, en cuanto lleguen a sufrir. en cuanto incidan en desgracia, en cuanto sean acosados y ya no puedan resistir, Los falsos fuertes que acorralan a sus hermanos en flaqueza, fingiendo empaje varonil, son mis mayores enemigos, contra los cuales no me canso de protestar y combatir.
Son rojo y rosa los colores que yo prefiero sobre todos, y no tan sólo para mí; yo quiero el rojo para darle coloraciones redentoras, un tono enérgico y motri a las arterias de los Alojos que sus penurias y tormentos nunca lograron destruir, Yo quiero el rosa porque lleva ona corriente de alegría, por ser un plácido matiz que va regando ensoñaciones, dulzuras, risas, entusiasmos, tonificantes del vivir. 1 Yo voy rimando mis angustias, yo voy cantando mis dolores, nada se saca de gemir; saber ahondar en lo riente, saber cantar lo doloroso, es ser artista y es vivir. Arriba, seres doloridos; haced esfuerzos pertinaces; vuestras flojeras exprimid, sacad su zumo y condensadlo en un manojo de arrogancias; haceros fuertes en la lid!
Yo voy rimando mis angustias, y voy cantando mis dolores, haced lo mismo sin gemir. BLÁZQUEZ DE PEDRO Panam Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica