298 Repertorio Americano MALDICIÓN DE CORCOVADO Hurtáronle a un corcovado una ropilla, y como era hecha a su medida y como para una tortuga hecha, cuando echó menos el hurto, no hizo mayor diligencia que decir contra el ladrón. Plegue a Dios que bien le veoga.
ALVARO CUBILLO DE ARAGÓN (El invisible principe del baúl, acto y viéndose injustamente las carnes acribilladas, dijo llorando el rocín. No tienes tú culpa, no, sino quien uñas le dió a un animal tau ruin, El león, airado y fiero, le quitó con el oficio las uñas, y al ejercicio le hizo volver de arrïero.
Pues hombre que oficio empuñas, sabe templado ejercello, pues a tantos, por po hacello, has visto quitar las uñas.
JUAN RUIZ ALARCÓN (La crueldad por el honor, acto 29. escena LA ZORRA EL LEÓN Murmuraban del león que tenía mal aliento de boca, y él descontento de tener esta opinión, como es rey este animal, mando que todos le oliesen la boca, y luego dijesen si le olſa bien o mal.
El que llegaba decía. Mal le huele a vuestra alteza. el, con enojo y braveza, le mataba y le mordía.
Fué la zorra y preguntada. Huéleme mal? respondió. Tengo romadizo yo y no he podido oler nada.
JACINTO DE HERRARA de konar y amistad, jornada 27. COMEDIMIENTO ASTUCIA cuatro o cioco chiquillos daba de comer su padre cada día: y como eran tantas porciones iguales, un día se olvidó de uno.
EI, por no pedir (que es grave desacato de los niños. estábase muerto de hambre.
Un gato maullaba entonces, y dijo el chiquillo. iZape. De qué me pides los huesos, si aún no me han dado la carpe?
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (El pintor de su deskokra, jornada 3, escena XXI. 23. Darwin se siente avergonzado Mientras estábamos en esta finca faltó poco para que fuera testigo de uno de esos actos atroces que sólo poe den ocurrir en un país de esclavos, Con motivo de una querella y un pleito el amo estuvo a punto de separar todas las mujeres y niños de los esclavos varones y venderlos en Río en pública subasta. Si esta enormidad no se realizó fué porque lo impidió el interés, y no el menor sentimiento de piedad. Realmente, no creo que al amo le pasara por las mientes que era inhumano separar a 30 familias después de haber vivido juntas por muchos años, Y, no obstante, aseguro, a fe de hombre veraz, que en sentimientos humanitarios y afectuosos aventajaba al común de los hombres. Cabe, pues, afirmar que la codi.
cia y el egoísmo producen en la inteligencia la ceguera más absoluta. He de mencionar aquí una anécdota de escasa importancia, por haberme impresionado en aquella ocasión más hondamente que cualquier relato de crueldad. Cruzaba una corriente en una barca de pasaje con un negro extraordinariamente estúpido. Al intentar ha.
cerme comprender alcé la voz e hice, varios gestos, entre ellos el de pasarle la mano por la cara. El hombre debió de creer, a lo que supongo que yo estaba furioso e iba a pegarle, porque al momento, con aire asustado y medio cerrados los ojos, dejó caer las manos. Jamás olvidaré la sorpresa, disgusto y vergüenza que me causó ver a un hombrachon fornido aguardar en aquella postura hu.
millante una bofetada que, según se figuró, pensaba yo descargarle. Este hombre había sido por la esclavitud arrastrado a degradación inferior a la del más iodefenso animal.
CARLOS DARWIN. viaje de Nn naturalista alre dedor del mundo: Rio de Janeiro. EL RUIN CON MANDO Junto cortes el león, estando enfermo una vez, para elegir un juez a quien la jurisdicción de sus reinos encargase.
Los animales, atento a que es tan manso el jumento, pidieron que el gobernase.
Tomó, al fin, la posesión; y por dalle autoridad, junto con la potestad, Bus uñas le dió el león.
Parabien le vino a dar luego con grande alegría un rocía, que ser solía su amigo; y él, por usar del poder, dos uſaradas le dió al amigo inocente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica