213539 Repertorio Americano Tarjeta de luto AMIGOS DE MAGALLANES Casilla 1476 Santiago Santiago, 14 de febrero de 1974.
Sr. García Monge.
San José de Costa Rica.
Mi querido amigo: Usted habrá sabido la muerte de nuestro grande y querido Magallanes. Abí le envío la fotografía del poeta en su último lecho. Ud. que tanto lo quiso, le inandaré para el Repertorio lo mejor que sobre él se haya escrito en estos días y los tristes detalles de su muerte inesperada.
Por suscrición de sus admiradores habrá un monumento de Magallanes a la sombra de los árboles de nuestro Parque Forestal Será tallado en piedra viva de nuestro Chile Austral para que, como la obra del poeta, resista el peso de los siglos.
Lo abraza de corazón, MEZA FUENTES.
La correspondencia a los Amigos de Magallanes. a la misma casilla del poeta.
Cabeza yacente del poeta chileno MANUEL MAGALLANES MOURE.
III Manuel Magallanes Moure CON ¡Cómo es extraño comer cuando se está triste! llan sus plumajes al huir veloces am. Cómo es doloroso sorprenderse paradas por tu bondad y tu recuerdo! riendo cuando la pena vigila!
ON mi escopeta, seguido de un Si hay un enfermo, los pasos se ha. flaco perro forastero, trepo cada II cen leves, las voces se atenúan. Mas, vez más altas y empinadas colinas, y si ronda el recuerdo de un muerto, cruzo unos tras otros, enmarañados y He dejado dormir la escopeta y be siempre es grande cualquier escaso quietos boscajes, en olorosas y som requerido los pinceles olvidados. el ruido, excesivo el más leve inovibrías quebradas.
mismo paisaje del cazador es ahora miento.
Septado bajo los arrayanes, en los más amplio y penetrante, más rico y cada instante dos culpamos de blandos helechos que orillan las aguas hermoso, y aquel recio andar de gue. ingratitud. Nuestro afecto herido y de upa vertiente, contemplo pasar por rra, torbase en un paso blando y sos absorbente sólo quedaría satisfecho si sobre las copas de los árboles, el lento tenido, grata caricia, midiendo la be.
en vez de condolernos, también nos.
vuelo de las nubes.
lleza de la tierra, otros entrásemos para siempre en el El hálito de las hojas caidas y el de Todo es motivo de caza para el pin. silencio y la quietud definitivos.
los troncos podridos; las peregrina. tor. Desde los candelabros de los ciones de las hormigas; las rojas avis quiscos y los cardones espinudos; des.
IV pas que amasan lodo para sus pidos; de las rocas, herméticos cofres, de la las arafias que acechan; los gordos soledad olvidados y escritos por los Si estamos muy cerca de los demás, abejones que zumban libando flores líquenes, hasta las heredades campeel ruido de las voces ajenas nos perdesconocidas, me traen una alegría sinas; los viejos caminos con viandan turba; si muy lejos, nos privamos de que culmina cuando un bando de tor. tes y trombas de polvo; el enorme la música en que ellas, con la distan.
cazas se detiene en un árbol muerto, anfiteatro del mar con la gradería de cia, van convirtiéndose.
que elėya por sobre los demás su ra. las olas, y sobre ellas las albas tánicas He dejado todo y he venido a las maje mondado y blanquecido como de las espumas que visten y agitan playas, y escribo en el sitio único dop.
una osamenta. El estridor de las alas las sirenas al entregar al viento el in. de las olas y los gritos de los nifios, al abatirse hace que mi corazón y mi menso coro del jubilo oceánico.
la brisa del bosque y el clamor de perro tiemblen con el más delicioso Todo es motivo de caza para el pin. todas las cosas convergen entrelazados calofrío. Mi escopeta se alza sin que tor: desde el cielo a la tierra; y todas para formar la más armoniosa y total nadie la requiera, desde mi escondrijo las cosas vénse reducidas para el a sinfonía.
paseo su caſión, buscando el sitio pro. una sola: la luz, la madre luz que los ¡El sitio, Manuel, que tá hubieses picio para que todas las aves juntas revela, en forma, esencia y color. 1Oh elegido para meditar en la belleza de caigan.
luz! tá circulas inmaterial, animán. la vida, lo escojo yo ahora para enUna torcaza lanza el primer arrullo dolo todo como la sangre del tiempo tregarme más profundamente a la y las demás la siguen en ese íntimo incontenible.
tristeza de tu recuerdo!
musitar. Avanzo la cabeza para dis. Manuel, sobre el pequeño cartón va tinguirlas mejor, y una invisible seda revelándose, ante mi asombro que de arañia se prende a la mano que crece, un paisaje que tá también pin.
acaricia el gatillo y la retienie tan sua. taste.
En la baja marea el reflejo de las vemente como sólo lo haría una leve Te fuiste; ioh hermano! y las cosas húmedas arepas copiaba su silueta y maso invisible.
al permanecer iguales o indiferentes, tal si se deslizaran suspendidos en ¡Comprendo, Manuel! iCae la esco. van adquiriendo en tu ausencia para el aire en lento vuelo, apareadas en peta y las torcazas me deslumbran los que bien te amaron, el terrible vuelo de amor, contemplaba venir con el relámpago tornasol que deste. gesto de la belleza imperturbable. Pasa a la vaning Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica