150 Repertorio Americano Página lírica se queda más solo y 16brego.
Las esquilas lloran más, bajo la luna de oro.
13 de Juan Ramón Jiménez AZUCENA SOL Nada me importa sufrir, con tal de que tú suspires, por tu imposible yo, tú por mi imposible.
Nada me importa morir, si tu te mantienes libre, por tu imposible yo, tú por mi imposible.
dormía sus vagos tonos, bajo el cielo gris y rosa del crepusculo de otoñoLe dije que iba a besarla; bajó, serena, los ojos y me ofreció sus mejillas, como quien pierde un tesoro. Caían las hojas muertas, en el jardín silencioso, y en el aire erraba aun un perfume de heliotroposNo se atrevia a mirarme; le dije que éramos novios,. y las lágrimas rodaron de sus ojos melancólicos.
He venido por la senda, con un ramito de rosas del campo.
Tras la montaña, nacía la luna roja; la suave brisa del río.
daba frescura a la sombra; un sapo triste cantaba en su flauta melodiosa; sobre la colina había una estrella melancólica.
He venido por la senda, con un ramito de rosas. ADIOS!
14 Primero, icon qué fuerza las manos verdaderas. La verja se ha cerrado.
Se cruzan solitarios el corazón y el campo ¡Con qué porfía, luego, las manos del recuerdo!
ARIAS TRISTES 1 PENAS BLANCAS EL Ha querido la lupa. iesa lupa de llantos!
acercarse a la tierra. Para qué. Quién lo sabe. Para darme tristeza. Para qué? itG lo sabes?
ha querido la luna acercarse a la tierral¡Tanta fiori itanto nardo, tanta clara azucena!
llena el valle del mondo de bladcura y de esencia. Para qué? Quién lo sabe. Para darme tristeza. Para qué? itú lo sabes?
tanta flor llena el mundo de blancura y de esencia?¡Para qué, aquella tarde, enlutada de blanco, entre risas y lágrimas, me besaste en la tierra. Para qué? iQuién lo sabe. Para darme tristeza. Para qué? itú lo sabes?
entre risas y lágrimas, me besaste en la tierra?
Río de cristal, dormido y encantado; dulce valle, dulces riberas de Alamos blancos y de verdes sauces. El valle tiene un ensueño y un corazón: sueña y sabe dar con su sueño un son languido de flautas y de cantaresRío encantado; las ramas so folientas de los sauces, en log remansos caídos, besan los claros cristales. el cielo es plácido y, blando, un cielo bajo y flotante, que con su bruma de plata acaricia ondas y árboles. Mi corazón ha sofiado con la ribera y el valle, y ha llegado hasta la orilla serena, para embarcarse; pero, al pasar por la senda, lloró de amor, con un aire viejo que estaba cantando no sé quién, por otro valleTodo el campo estaba lleno de humo blanco. La cabaña tenía a su puerta fiesta de tamboriles y flautas.
La luna grana nacía sobre la ermita. Las cabras iban, bajo las estrellas, a las vecinas majadas; y por los caminos, verdes de luciérnagas, lloraban sus esquilas, como si llevasen dentro mis lágrimas.
Yo nunca había subido a la colina; y mi alma, lánguida al son, triste a ella, de tamboriles y flautas en el campo soñoliento, eternamente sonaban, muy lejos, sin estinguirse, las esquilas de las cabras. lánguida, ansiosa de huir, entre la dulce añoranza estrellas, música, lunade la campiña aldeana; se fué, dentro de mi cuerpo, y subio. a una luz plácida, vió que al otro lado había un valle verde y con agua.
JARDINES LEJANOS 2 Bajo al jardín. Son mujeres. Espera, espera. Mi amor coje un brazo. Ven! Quién eres. miro que es una flor. Por la fuente; sí, son ellas. Espera, espera, mujer. Cojo el agua. Son estrellas, que no se pueden cojer!
ELLA ¡Qué sé yo. Para darte tristeza!
El pastor, lánguidamente, con la cayada en los hombros, mira, cantando, los pinos, del horizonte brumoso; y el rebafio sopoliento levanta nubes de polvo, y llora con sus esquilas, bajo la luna de oro.
La aldea del valle está quieta en humo blanco. Todo lo que era alegre al sol, sueña no sé qué amores llorosos.
Ya no se ve el río oscuro, perdido en sí mismo. Solo, en la ciega paz inmensa, se siente que tiene fondo.
Flota el humo blanco. El valle 7 ADOLESCENCIA En el balcón, un instante nos quedamos los dos solos, Desde la dulce mariana de aquel día, éramos novios. El paisaje soñoliento No era nadie. El agua. Nadie?
Que no es nadie el agua. No hay nadie. Es la flor. No hay nadie?
Pero. no es nadie la for. No hay nadie. Era el vieuto. Nadie. No es el viento dadiel. No Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica