Repertorio Americano 287 Guarias del crepúsculo 5 vues E: TERNAMENTEmientras palpite mi alma sobre la tie.
rra viviréis en mi memoria, con tros fulgores quiméri. COB, anocheceres de Cartago. Os unís en mi espí.
ritu al melancólico recuerdo de las guarias, que en esa hora pro.
funda aromaron mis días fantásticos.
En la serena belleza del valle de Guarco, en la mansión de las nieblas errantes, frente al Irazú, moria yo de amor en mi última Guarias de Turrialba primavera florida, Moría de intensidad feliz, y de en. cendido soñar, y de emoción sobre.
humana, con el alma suspensa en lo infinito y con el pensamiento saturado Guarias blancas, de un soprosado de eternidad. todo se revestía ante de rubor de doncella, de hojas ammis ojos de formas irreales, de perfi. plias y suaves, que florecéis junto al les vagos, de misteriosas ensolacio mar: manos ducales que se os pare!
nes. Lo móvil y lo inerte, el ser y cen, en canastas de frágiles mimbres el objeto, nie daban la absoluta ex cuidan de vuestra vida fugaz.
presión de su septido recóndito. las voces amigas, y los enca.
jes de las nubes, y la visión azul de las montañas, y el perfume de las guarias eran un mismo ritmo de placer y de música en la plenitud amorosa de mi corazón. Pero las que yo amo sois vosotras, tiernas, primorosas, lápguidas guarias moradas, más humildes que todas, más sencillas y más tristes. Os vi en las tar: des frías de marzo próvidas de inverosi.
mil abundancia, cu!
brir en el monte las ramas de poró; balan.
ceándoos en ligeras guirnaldas en los co: rredores de los subur bios; prendidas, como inmóviles mariposas de amatista, sobre los. senos cápdidos y la cabelleras oscuras de las muchachas de los campos. Guarias amarillas, soprosadas y blancas, símbolos fragantes de la pla cida vida familiar en la inolvidable tierra de Costa Rica: vivís en mí como si fuérais parásitas de mi corazón, adheridas. a mis recuerdos como las yedras a los árboles.
Pero mi sentimiento más hondo, mi emoción más íntima es para vosotras, guarias moradas, humildes guarias del crepúsculo, Estáis estrechamente upidasi a imis inmortales horas de amor en la mágica ciudad, a mis remembranzas y a mis ilusiones, a cada minuto de aquellos dulces días que jamás volverán. 2.
En la iglesia de Nuestra Se.
fiora de los Angeles, en los rezos de la tarde, inmensos ramilletes de guarias de colores exordaban los altares. Languidecían en el recipto sagrado; y confundido con el del bumo del incienso su olor evocaba el fúnebre olor de log cipreses y las imágenes del Silencio y de la Muerte. 8 Jóvenes amigos que suspirando mis versos me conduciréis mafia.
pa en vuestros hombros a la re.
región de la perenne pazi do me prodiguéis tardíos elogios, ni con vabas palabras exaltéig mi obra y mi vida: 10 cubráis mi féretro de rosás purpúreas ni de romanticos laureles. Ni lágri.
mag, ni oraciones, ni dolientes músicas. Nada de homenajes ba.
pales, de fórmulas efímeras: sólo quiero sobre mi sepulcro un fresco ramo de guarias moradas, FROYLÁN Torcios Guarias de Turrialba, de pétalos de color de oro antiguo, de amarillas sedas venecianas, que esparcís en la noche vuestro aroma de ensueño. en grandes jarrones os ví brillar en las estancias de los hogares ventu.
rosos.
Guarlas moradas 20 de junio de 1924. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica