82 Repertorio Americano Trofeos de amor.
tiene los atributos de los pueblos modernos, que van de HABITABA rástica vivienda de palmera, levantada en cio ideal que hace de todos una sola realidad, relájase al extenderse, y, si la raza no fuere homogénea, como pasa entre nosotros, claudica a veces, en los episodios siempre nuevos, siempre pomerosos, de la tragedia civil.
Del tomo Cuentos y Parábolas, Buenos Aires, 1922. Del envío le quedamos agradedecidos al Sr. GONZÁLEZ, que es entre los escritores jóvenes del Paraguay, uno de los más reputados.
Costa Rica representa las virtudes más estimables de la convivencia humana. Su obra carece del penacho pom.
poso que otras naciones ostentan en el Continente; pero acuerdo con su momento histórico y no a descompás.
el centro de la isla. uno de esos montículos per.
Educa a sus hijos en el bien y la libertad. Hirió de didos en las verdes llanuras. Todas las mañanas, abando.
muerte ya, como el San Jorge de las leyendas caballeres. pando su refugio, la esperaba en un recodo del camino cas y hagiográficas, la hidra espantable de la discordia para acompafiarla hasta la fuente. La ofrendaba con or intestina. México, así habías de hacer! Sabe que la vida quídeas de leves pétalos, blancas como plumas de garzu es «cotidiana. como dijo el poeta, consecutiva, ordena.
o doradas como estrellas. iCuán impregnada de pasión, da, superior. No arremete, quijotescamente, para reali.
sonaba en sos oídos, la voz de aquel Hércules de ásperos zar quimeras inasequibles; no se gasta en empresas des.
cabellos!
concertantes; no hace ir por un lado la voluntad nacional Tus ojos son degros como una pena y sonrien cual y por otro el entendimiento; no divorcia et ideal y la, húmedas auroras, y tu frente circundada de rizos semeja realidad, oi sufre los espasmos y el frenesí de México o medguante lupa orlada de ligeras pubes le murmuro un de Venezuela; pero sabe guardar, bajo el paño de la distante día.
prudencia, el oro puro del ensueño, y civiliza y cree y Regresaban, juntos, hasta las cercanías del rancho.
triunfa. Porque, en nuestro siglo, Don Quijote, que Deteníase, de pronto, dejándola marchar con su menudo murió cuerdo ya, después de hacer confesión general de paso por la senda tapizada de gramillas. Las mórbidas sus culpas, en el último capítulo de la vida milagrosa turgencias del cuerpo combipaban, a través de las blancas que le prestó Cervantes, ha resucitado, y no cesa de aco. enaguas y del typoi ornado de banduties, sensuales y meter Duevas empresas, pero sin exponerse demasiado a primorosas estrofas como jamás labraron los más sütiles ocupar la celda de una penitenciaría o el lecho miserable poetas del amor. Segalala con la mirada icon esa mirada de to manicamio.
tepaz de sus pardos ojos! prendado del ritmo de sus ca.
deras y del garbo de su porte. Por eso es modelo de Repúblicas la pequefia Repú. Gozosa, sonreía la mafiana como una mujer. Por vez blica discreta. Nosotros tenemos plena fe en ella. La primera, no se encontraron. Sufriendo el agridulce penar amamos con predilecto orgullo. La mostramos a nuestros de aquella que ama y que espera al elegido, llegó a la amigos y a maestros enemigos, los «civilizadores) anglo.
fuente, lleno de agua su rojo cántaro de barro y pásose sajones, como se muestra el relicario en que se guarda, bañar. Se sumergió en las clara, linfas y desbordante de cop ternura, la joya mejor. Cada vez será más grande, repentina alegría, gorgeó una risa tan musical como un dentro de su artística pequefiez. 1Ojalá México pueda, canto de ave.
algan día, mostrarse al mundo, como la pación centro. 1Ana Maria!
americana, dechado de virtudes modernas, emblema de El imprevisto llamado abogó en su garganta aquel ventura y de paz!
gorgeo de piño o de pájaro ¿quién distingue las infan.
ANTONIO CASO. tiles risas dei canto de las aves? Púdica, envolvió el día de su cuerpo en la noche de su cabellera perlada de agua, como en manto tachogado de estrellas. Luego de vestirse Revista de Filosofía recogió los húmedos cabellos, enseñando la blancura de la nuca, resaltante bajo la grave corona de las treoza9.
CULTURA, CIENCIAS, EDUCACIÓN Rato después llegó el desconocido, la dijo palabras doradas y sabrosas como las mieles de la selva, desfioró su boca con voluptuosos besos, estrechó su cintura con el Publicación bimestral dirigida por brazo hercůleo.
JOSE INGENIEROS y ANÍBAL PONCE Cuando se alejó, oyó una voz bronca de pasión y de de celos. Sabe, Ana María, que la mujer del Isleño, no Aparece en volumenes de 150 a 200 págs.
puede ser de otro. Estudia problemas de cultura superiore ideas generales que excedan los límites de cada especialización científica.
Suscripción anual: 10 moneda argentina Exterior, oro.
JEI Isleño!
Sonaba en toda la comarca el sobrenombre famoso.
El Isleño se internaba, de tiempo en tiempo, en las pe.
ligrosas selvas, rastreaba la huella de las fieras y obse quiaba a sus amigos con piel de jaguares caídos a los golpes de su daga. Quién no oyó Darrar pintorescos episodios de su vida aventurera? Calpable de vengar con la muerte los altrajes de un rival, peregrinaba errante por todos los valles, sin hogar y sin afectos, montado en su alszán hermoso como un joven centauro de la Hélade refugiado en los bosques guaraníes.
Conocía los misterios de las grandes selvas milenarias Redacción y Administración Belgrano 475 BUENOS AIRES Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica