76 Repertorio Americano ¿Juana de Ibarbourou se entristece? la suprema delicia de la más casta impudicia: dormir desnuda en tus brazos. HAY Esta noche, en deso udez dormida, Santiago de Chile, 1923. claro en sus imágenes, manifestaron en impudicia casta, va por cierto bien AY en poesía un factor sin el cual su kencanto único en la lírica caste lejos de aquel cinsomnio de la Agus. 10 confieso resbalan encima llana. De improviso, con esa legiti tini. que afiebra noches negras, de de mi sensibilidad todas las cualidades midad del genio, que diríase que no gras, que llevan en la frente una rosa restantes: el encanto. Las cualidades Dace, sino que existió siempre, ocupó de solo.
que mi cerebro reconoce y, aprueba un trono.
Podrían multiplicarse las citas para desempeñan a mi ver el papel del Eu atención a su temperamento demostrar el yerro. Quien deseara em.
brazo o la mano al poner la cuerda fruitivo, se la ha califcado ante todo prender un estudio comparativo, en.
tensa y curvar el arco propulsor; mas de poetisa sensual. No se puede concontraría cien casos, vería como la el encanto es la flecha del poeta, la que tradecir el aşerto. Solo que se hace trágica Agustini espiritualizaba su viene a hincarse en el corazón y a preciso fjarlo en sus verdaderos tér fuego en el tormento y el delirio; hechizar el espíritu con el calofrío di. minos, pues a tal punto suele por ahí. mientras Juana, la espontánea y feliz, vino.
llegarse en la definición, que aturdi.
lo hace en el amor y aun en la candi.
En general, mido la excelencia de damente se la entronca o une al re. dez con poder frenético de plenitud un artista, sea cualquiera su género, cuerdo de su compatriota Delmira solar y no con molicie de alcoba tapi.
por el encanto que en su obra tiemble Agustini. po; ya en esto hay error, zada gruta de oro y gemas raras), y por la proporción en que ese tem.
poca distinción de jerarquía y matiz. Radiosa e inefable, se dignifica en el blor la traspase y anime de maravilla.
Las poesías de ambas uruguayas, sentimiento, vertiente de sus versos si bien para con algunas artes per.
son en efecto, sensuales; pero en tono vehementes, pero sanos, que corren mito a mi criterio cierta elasticidad, diverso y aun opuesto. Delmira Agus como el agua helada y clara en el ca.
frente a la poesía me vuelvo inflexible.
tipi tuvo como tónica o dominante de lor de un mediodía campesino.
Porque el arte no imita; pondera.
sus poemas la sensualidad del sexo, Para no apartarnos del libro causa Porque cuanto más se aleje de la simen cuya flama entraba con cierto pru.
del actual comentario, Rata salvaje, ple imitación y en la ponderación más rito y se retorcía en imaginaciones atendamos a la nota más sensual que suba, mayor será la pureza artística morbosas; y Juana de Ibarbourou en él descubrimos, como la Prima.
de una labor. Y, finalmente, porque suelta sus cinco sentidos, como cioco vera: en la poesía no caben grados. La poecervatillos, ep apsia panteista, ávidos Como un ala negra tendi mig cabellog sía debe. ponderar desde su origen pero castos, ardientes hasta el fresobre tus rodillas.
mismo sus motivos, desde el choque nesí muchas veces, mas los cinco vie. Cerrando los ojos su olor aspiraste, primero de ellos con el espíritu del nen a nosotros al cabo con la misma diciéndome luego: poeta; pues motivo o sujeto no han de brasa encendida entre los cuerneci. Duermes sobre piedras cubiertas de masgos?
ser en poesía sido el pretexto, y desa.
llos: el sentimiento, limpio y patural. Con ramas de sauce te atas las trenzas?
parecer en seguida para dejar a la con.
Con fruición, pos dan su presente de ¿Tu almohada es de trébol. Las tienes tan cepción del poema volar sola, inde. amor; y sus voces, sus olores, sus (negras pendiente, libre y pura.
visiones, su tacto y sus paladeos nos porque acaso en ellas exprimiste an zumo retinto y espeso de moras silvestres?
Así, aun cuando un poema evoque hinchen de salud y juventud. Nada ¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
y nada más el natural, lo hará como sabremos por ellos que no sea noble, Hueles a arroyuelos, a tierras y a selyas.
un lago refleja el paisaje: encantánsencillo y sano. Qué perfume usas? riendo te dije: dolo. sólo a este milagro de encan. Recordáis este magnífico delirio de. Ninguno, ninguno!
tamiento se llamará poesía.
la Agustini? Dice: Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme Me gustaría defnir aquí, discursi, de mejillas claras y de sangre nueva.
vamente, el encanto. Pero resulta lar. yo te amo, Invierno. Te quiero y soy joven, por eso es que tengo Yo te imagino viejo, las mismas fragancias de la primavera. go, tema de un ensayo. peligroso, yo te imagino sabio, ya que al intentar razonamientos sobre como un divino cuerpo de mármol lo esrarecido, nos hallamos con fre. palpitante. para no pasar por alto su obra cuencia como la paloma de Kant: nos anterior, citemos esto, lo más fogoso.
Amémonos por eso!
de ella quizás: estorba el aire para mejor alzar las Sobre mi lecho en blanco, alas, y, suprimiendo el aire, el apoyo tan blanco y vaporoso como flor de Tomame ahora que aún es temprano para subir no falta. El encanto es. inocencia, y que llevo dallas nuevas en la mano.
genio. He ahí todo.
como espuma de vicio. he aquí también que ante la poe.
Tómame ahora que aún es sombría sía de Juana de Ibarbourou, el anaPues en cambio esta limpia muchaesta taciturna cabellera mía.
lista se halla en primer término con cha montaraz dirá rendidamente al Ahora, que tengo la carne olorosa, el encanto, y ha de citarlo y apotarlo amado: y los ojos limpios y la piel de rosa.
antes de entrar en pormenores. Esto quiere decir que la genialidad es su máxima condición, Si Ud. desea un libro instructivo, al alcance de los niños, busque Surgió en el Uruguay la voz de esta gran lírica y en el acto se impuso, y fascino, tendió celajes nuevos en el cielo de América y trajo una tremo.
lación desconocida puestras almas.
por Juan Carazo, Vale 00 el ejemplar. 18. 00, la doceUna alteza de tono, una voluptuosidad na. Solicitelo a REPERTORIO AMERICANO Librería Tormo.
eglógica, una rusticidad elegante, upa pompa sencilla y noble, una fresca En Heredia, al señor Inspector de Escuelas, don Remberto voz de plata y un destellar de oro Briceño.
De la vida de las plantas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.