44 2840 Repertorio Americano Bolívar, puesto que era poble, era agradecido; con su generosidad habitual fué munificiente. coo su bene.
factor, y siempre, en todas las cir. Viene de la página 59. cunstancias, recordó lo que debía al español.
hacia mí, como gigantes y. negras li Contra el fulgor del ocaso las blan.
Al General Páez le escribe desde bélulas de muerte, la figura de aquel cas gaviotas vense begras como cuer.
Caracas el de julio de 1827: Mique desconocido y de su sombra.
vos en vuelo; y los mariscadores que rido General. Usted sabe cuántas son ¡Di un grito al creer reconocerte! regresan, parecen cortejo de pegros las consideraciones de amistad que Trémulo me incorporé y el descono. eplutados.
debo a Iturbe, y, estando ya al partir, cido al ver que me descubría, alzó Cuando el sol se hunde, el mar no puedo menos de recomendarlo a turbado su sombrero.
queda en un desamparo definitivo.
usted como a mí mismo. Véalo usted ¡No, no eras tú, Manuel; pero en su El marasmo de las aguas comienza siempre como una persona que tiene sombra venías; hundido en la tierra a entrar en agonía. iTanta desolación mil derechos sobre su afectísimo de como te encuentras, avanzabas por se vuelca sobre el mar que tú amaste, corazón, Bolívar, entre las arenas olvidadas y deshechas que ahora él parece prolongarse hasta Ya Cristóbal de Mendoza, en la por aquel misterioso resplandor! las mismas riberas de la muerte y misma fecha. Estando ya al partir no besar sin ruido sus negras y remotas puedo dejar de recomendar a la bon.
VI orillas!
dad y consideración de usted a mi amigo Iturbe. Véalo usted siempre La tarde inmensa tiene upa dulzura VII como una persona muy estimable. El que tú conociste.
mejor servicio que recibirá Iturbe será El mar duerme y cabrillea lánguido La luz de un faro lejano se encien.
el que no se le piegue su pasaporte en un torpasol de un verde lila res. de, y la luz de la estrella vespertina cuando se quiera ausentar. plandeciente. Oleo de mansedumbre comienza a titilar con la misma pulAsí pagaba Bolívar, al despedirse ciñe las aguas, redondeando el incon sación de congoja que oprime a mi de su tierra patal, para nunca más tenible vaivén. Las olas avanzan len. corazón.
volver, el beneficio que había recibido tas y solemnes. Espumas de infinito Tendido en la arena, penetrándome de tan hidalgo amigo en calamitosos afloran y se alzan en dádivas que padie el hielo de las sombras, esperaré en días de su vida. La ingratitud, partija recibe y pronto caen con el desmayo las playas hasta que todas las estrellas de villanos, no podía manchar el gran de las tristezas inconfesadas.
se enciendan, corazón de Bolívar.
El cielo se ahonda, y el sol enroje. acaso en la muerte como en las cido, al incendiarlas, agota en las sombras que me rodean y crecen, CORNELIO HISPANO pubes todas las formas posibles del también comiencen a revelarse para (El Tiempo, Bogotá. mundo.
ti, millones de luces desconocidas. VIII En Panamá.
Es media noche; todos los míos duermen; sólo yo y el mar velamos.
Todos los tuyos viven, Manuel; sólo tú y el misterio formáis en torno de nosotres un ruido más vago y más profundo que el que hace el mar en las negras noches interminables.
PEDRO PRADO.
Tu EMPRANO acudió al conjuro de la sombra, el que, hace algunos años, había exclamado en su alada lengua lírica: Si antes amé la sombra, hoy la luz me hace falta.
Para ALFONSO REYES. Extensión inmensa y azul.
21:¡Oh! tristeza de la tarde sobre el silencio amarillo del ma. La cintura de América hizo sopreir al Espafiol.
Los secretos del paisaje. mulas con orejas ephiestas de música; la cruz que mira el horizonte; el. Español ora Isabel la Católica y América son motivos 19. 09 líricos para su barbarie; kur la sangre, el calor, la Gebre amarilla; los monos parodian en la cumbre de los cocoteros. la visión de los hombres nuevos.
El Indio esconde la servidumbre de la raza en los senos de la hembra.
Nada más simple: en tanto las carabelas de Magallanes van hacia España. arrollando el mundo.
Europa, América, las Islas Filipinas, Europa.
Cuatro puntos nuevos: trazad la geografía. Oh. disculpad, Vasco Gama de Balboa: el paisaje ha cambiado!
Llevo en la sangre algo de indio y algo de español.
Un hombre rubio me habla en inglés: la geometría del Canal. este hombre rubio, mi lirisno son presagios de desgracia.
Francis Dracke, las piraterías las iremos a hacer en la luna. Oh. disculpad, Vasco Gama de Balboa:el paisaje ha cambiado. LEON PACHECO París, 1924.
Dicen que murió serena y blanda.
mente, como si sólo entrara en el sueño.
Aún más: fué registrando cómo avan.
zaba poco a poco en su cuerpo la su.
prema rigidez, cómo le huía la tierra basta y grosera en que amo y sufrió. hoy es ya sólo un recuerdo. Pero tiene la viva fijeza, la honda persis.
tencia del recuerdo fuente, del mapa.
dero inagotable de enseñanza, de ad.
miración, de entusiasmo por el arte esquivo que él supo dominar con pulso firme.
Fué el poeta de las esperas anhelan.
tes en heure exquise verlepiaua, de la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica