Joaquín García Monge

Repertorio Americario 243 Este es el ejemplo de Francia. No digamos lo que ocurre en Nuevo descubrimiento otros países. Pero aqui.
Una pausa, subrayada por un gesto de desaliento, y luego: de América Aquí prosigue mi interlocutor. no preocupa nada de esto. No hay libros para aprender el español, o, si los hay, Una entrevista con Américo Castro son tan malos que más valía que no los hubiera. así resulta que España no ejerce la influencia que debiera en América. Del Heraldo de Madrid. Madrid)
Esto sólo se podria conseguir con maestros capacitados para enseñar allí el español. No será también interrumpo que se nos mire allí con quedan todavía algunos hombres muy pocos que, en alguna prevención y prefieran los profesores indígenas?
recoleto apartamiento, velan la débil lámpara de nuestra cul No lo crea usted protesta, no ya sólo con los labios, tura para que su parva luz no acabe de extinguirse. Son a pero también con ojos y manos Américo Castro En los paimodo de aquellos monjes medioevales que en los siglos bárbases americanos no cabe una disposición más favorable para ros acogieron en la paz de sus claustros y salvaron de naunosotros. esto ocurre lo mismo en las grandes naciones, fragio cierto el tesoro intelectual de Europa.
como la Argentina, que en los pequeños Estados, como Costa No pertenecen, por lo común, estos hombres, a esa estirpe Rica. Mire usted.
de sabios hoscos y sórdidos que guardan su ciencia como los Levántase Castro, y de un montón de periódicos escoge avaros sus dineros, y puesto que ceden alguna, lo hacen con dos o tres ejemplares.
tan rudo gesto y agrias palabras que no hay quien la trague. Aquí tiene continúa mostrándomelos unos números del Trátase, por lo contrario, ahora, de gentes muy cumplidas y REPERTORIO AMERICANO, semanario de cultura hispánica.
corteses, de amable y generosa condición, que a nadie niegan Es, en efecto, una revista de no muchas páginas; pero ésla parte de sabiduría que pide, sino antes le requieren a comtas de copiosa y muy trabada lectura, donde a los temas espartirla, y se la aderezan y aliñan del modo que la haga más grata, leve y sabrosa. Viene de aquí que en torno a estas fipañoles, en general, se unen páginas firmadas por nuestros escritores contemporáneos y breves antologías de los clásicos.
guras se agrupen juveniles coros, de donde han de salir luego las voces más puras. Dirige esta publicación sigue hablando el profesor un costarriqueño que, a pesar de serlo muy de corazón, es tamTipo representativo de este linaje de españoles es Amébién ardiente hispanófilo. Hablo de don Joaquín García Monge.
rico Castro, cuyo nombre cobra ahora rango de símbolo. El. Pero. y el Estado español. No sabe esas cosas. No señor Castro, en efecto, retornó no ha mucho de un largo hace nada?
viaje, cuya relación, si la hiciere, pudiera titular: Nuevo des Aqui las cosas se hacen ellas solas, a pesar de la inhicubrimiento de América. El deseo de saber algo de tan lebición (cuando no resistencia) oficial. Si hay escritores, si hay vantada empresa nos ha llevado hoy a visitar al joven cateintelectuales, si hay artistas es por obra y gracia del Espíritu drático.
Santo.
Me recibe léste en su despacho del Centro de Estudios Yo, el más humilde de los autodidactos, asiento mudamente.
Históricos; clara y holgada pieza que se abre a la bella calle Por eso, a pesar de la abstención de nuestros Poderes de Almagro más bella que nunca en la dulce tarde otoñal públicos, se va logrando intensificar la enseñanza del español que tan bien se acuerda con el ambiente reposado y señoril en América. aquí conviene recordar un hecho curioso.
de esta vía.
Como el folletinista que en el punto más interesante detiene En el rostro y traza de Américo Castro se declara la huella su relato, así Américo Castro hace un breve silencio en el de la raza más fuerte y más voluptuosa, más viril y más delisuyo, en tanto que, luego de ofrecerme otro, enciende un cicada, más acometiva y más ensoñadora que ha dominado en garrillo. Muy luego viene la continuación: España. Su tez pálida y mate, enmarcada por suave barba En 1890, la República de Chile necesitaba organizar sus negra; su fino perfil, su silueta ágil y ligera, de concierto con estudios hispánicos de filologia. Por entonces no había en Es su expresión meditativa y su pausado ademán, hacen evocar paña doctores ni acaso iniciados en esta disciplina. Qué una de aquellas figuras arábigas que, inclinadas sobre alamhicieron entonces los chilenos? Muy sencillo: acudir a dos alebiques y retortas, o mirando a los cielos en las noches estremanes, filólogos famosos, que habían dedicado las más de sus lladas, o, simplemente, escuchando la voz de su propio espí vigilias a desentrañar los secretos de nuestra lengua. Estos ritu, arrancaron al Misterio sutiles y hondas confesiones, que sabios profesores eran los señores Rodolfo Lenz y Federico luego tradujeron en extraños signos.
Hansen. Lo que escribieron forma una montaña de papel im De modo que lo que usted quiere de mi. insinúa el preso. Vea usted, para muestra, estos botones.
profesor.
Vuelve a levantarse Castro, y de un estante abrumado por Lo que yo quiero de usted declaro es oir algo de lo el peso de libros y folletos extrae una pila de ellos que coloca mucho que tendrá que decir de su viaje a América, y más ante mí. Voluininosos tomos, luengas monografías, revistas, concretamente, de la famosa cuestión de los americanismos en memorias, componen una copiosísima bibliografía hispánica.
nuestra lengua y de la medida en que puede aceptárseles y escrita en alemán.
darles asilo. Esto comenta con su tanto de ironía mi visitado para Como buen hombre de ciencia, Américo Castro es amigo que digan que estas cosas filológicas son cuentos de vieja, del método.
Vuelve a colocar en su sitio los intrincados tomos y sigue. Procedamos por partes dice Ante todo fijémonos en Hasta que Altamira fué a Chile en 1911 no se escuchó que antes de hablar del español en América conviene aludir alli la voz de un español autorizado. Ni Menéndez Pelayo, ni al español en España. es lo cierto, lo tristemente cierto, que la señora Pardo Bazán, ni siquiera Melquiades Alvarez, que en España no se estudia el español. Es un caso único este de habían sido invitados a dar allí algunas conferencias, aceptaun país que no se interesa por su idioma, que no enseña su ron el requerimiento.
idioma. En París, sin ir más lejos, hay 11 escuelas oficiales Doce años más tarde, en 1923, la Argentina siguió el ejemdedicadas exclusivamente al estudio de la lengua francesa. plo de Chile y organizó, a su vez, los estudios hispánicos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica