Bourgeoisie

1 como REPERTORIO AMERICANO Num. 13 DU SAN JOSÉ, COSTA RICA 1924 Lunes 16 DE JUNIO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Los operarios de la sociedad futura blancas no se tropezaban, vivían en muodos diferentes y desconfiaban el uno del otro. El hombre de las manos blancas, el intelectual, se echaba atrás ante la rudeza del obrero. El obrero Una página conmovedora de Tor. El movimiento, iniciado al principio miraba al hombre de las manos blan1 bre de las manos blancas. Puede leerse extendiéndose a las populares. Verdad en castellano en la elegante versión que hubo una propaganda revoluciode Icaza que lleva el título de Senilia. naria, propaganda doctrinal y propaEl peón le dice al hombre de las ganda emocional de mártires o testi.
manos blancas: gos: mas la guerra, con sus desastres. Vete. Qué quieres? No eres de y dolores, dió la demostración con.
los nuestros. Mis manos son degras y cluyente contra el zarismo.
callosas; huelen a alquitrány a estiércol; las tuyas soo blancas. qué huelen?
El hombre de las manos blancas se Huélelas! le contesta el hombre, dolía de la indiferencia del peón, del de las manos blancas.
hombre de las manos curtidas y su. Parece que huelen a hierro dice, cias. El peón tenía disculp Descon sorprendido, el peón.
baba del hombre de las manos blancas. Sí, huelen a hierro replica el porque pocos hombres de manos blan.
otro. Seis años he llevado cadenas cas se habían acercado a él con efu.
por defenderte.
sión fraternal, hablándole en su lenEl peón no se convence. Pasa el guaje.
tiempo. Un día, el peón se encuentra También en nuestra sociedad, más con otro peón.
pacífica que la rusa, porque es una. Sabes que hoy van a aborcar al sociedad vieja y cansada, el peón y el hombre de las manos blancas que se hombre de las manos blancas han es.
acercaba a nosotros? dice uno.
tado separados. Lo estáo todavía, aun. IEi se tiene la culpa! Se habrá que menos. Entre ellos se ha mante.
rebelado es la respuesta.
nido una barrera ilusoria de clases. ambos convienen en que se ofre El hombre de las manos blancas, en ce una buena ocasión para proporcio. su miseria de levita, era un señor, narse un trozo de soga del ahorcado. o en el diminutivo caricaturesco, un Expresa dramáticamente Turgue. señorito; el de las manos curtidas, un neff en este apólogo el dolor y la de. obrero. Al hombre de las manos blan.
sesperación de los intelectuales rusos cas se le catalogaba entre la burgue.
renovadores al sentirse solitarios en sía. Era un apéndice de la burguesía, medio de un pueblo apático y embru. y si participaba de las inquietudes y tecido, que no los comprendía y des. las aspiraciones económicas del obre.
confiaba de ellos. La educación polí. ro, se le tachaba de desertor. iTriste, tica del pueblo ruso se ha hecho a irrisorio señorío el de un levitín raído, fuerza de guerras; a costa de inmen. librea de una pobreza avergonzada!
sos sacrificios de sangre. La guerra su salario se le disfrazó bajo el ha sido el instrumento de la revolu. nombre equívoco de honorarios. Más ción. Las guerras contra Napoleon práctica y veraz, Inglaterra llama sa.
hicieron liberales y revolucionarios a lario hasta al estipendio que perciben muchos oficiales y nobles por el con. los ministros, y salario es: remunera.
tacto con Europa (Rusia uo era más ción fija del trabajo. El nombre de que medio Europa: barniz europeo, honorarios parece substraer al domi.
fondo asiático. De ahí vinieron las nio económico la remuneración de las conspiraciones de tiempos de Alejan. profesiones liberales, cuando la ver.
dro y de Nicolás I, que ha pintado dad es lo contrario: que están sujetas Merejkowski en sus novelas. La gue a la ley de la oferta y demanda; y, en rra de Crimea fué otra sacudida; la general, al juego de las causas eco.
del Japón, otra. La conmoción defini. nómicas.
tiva la produjo la gran guerra de 1914. El peón y el hombre de las manos cas como a un charlatán. Uro y otro pecaban por incompresión. La tosquedad y el corto horizonte del obrero eran, en parte, un pecado del intelectual, que no se había cui.
dado de llevar a las masas el pan del espíritu di de luchar por su educación.
En el narcisismo del intelectual, en su falta de calor colectivo, en su fri.
volidad, tenía culpa también la indi.
ferencia del pueblo, su prevención contra el hombre de las manos blancas, no deformadas por el trabajo wa.
terial. Estaban lejos los dos corazo.
nes. Mas las distancias han ido acor.
tándose. Ya los partidos obreros no son sólo agrupaciones de trabajadores manuales. veces marchan bajo las mismas banderas los peones y los hombres de las manos blancas, y hasta cuando no caminan en las mismas filas empiezan a mirarse coa curiosi.
dad y a coincidir con simpatía, El peón y el hombre de las manos blan.
cas son aliados naturales, porque son los dos productores: el uno, de los bie.
nes físicos; el otro, de los intelectuales, y las dos sociedades deben ser gober.
nadas por los productores, que labran el bienestar presente y preparan el futuro.
Cada uno de ellos tiene que aprender del otro. El intelectual debe aprender.
del obrero la disciplina y el espíritu de asociación, que han hecho de las masas proletarias partidos poderosos.
El obrero debe aprender del jutelectual la estima de los valores estéticos espirituales, que son el decoro de la civilización y ennobleceu la vida hu.
mana.
Estos dos hombres estáu llamados a ser los operarios de la sociedad ft.
tura. De su comunicación leal resulta.
rán graodes bienes. Mediapte ella, el arte podrá adquirir un sentido social y humauitario que le libre de ser una mera voluptuosidad del espíritu. en el alma de la multitud podrá desarro.
llarse a la vez el apetito de formas más elevadas de cultura y de justicia, que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica