Repertorio Americano 139 LA EDAD DE ORO 63. Creso en poder de Ciro.
Los persas, duefios de Sardes, se apoderaron también dios de los griegos, que me alucinó con esperanzas hala.
de la persona de Creso, que habiendo reinado catorce güeñas; porque. quién bay tan necio que prefiera sin afios y sufrido catorce días de sitio, acabó puntualmente, motivo la guerra a las dulzuras de la paz? En esta los según el doble sentido del oráculo, con un grande impe: hijos dan sepultura a sus padres, y en aquella son los rio, pero acabó con el suyo. Ciro, luego que se lo presen padres quienes la dan a sus hijos, Pero todo debe haber taron, hizo levantar una grande pira, y mando que le sucedido porque algún numeo así lo quiso. pusiesen encima de ella cargado de prisiones, y a su lado Libre Creso de prisiones, le mando Ciro sentar a su catorce mancebog lidios, ya fuese con ánimo de sacrif. lado, y le dió muestras del aprecio que hacía de su per.
carle a alguno de los dioses como primicias de su botín, sona, mirándole él mismo y los de su comitiva con pasmo ya para concluir algún voto ofrecido, o quizá habiendo y admiración.
oído decir que Creso era muy religioso, quería probar si alguna deidad le libertaba de ser quemado vivo: de Creso HERODOTO.
cuentan que, viéndose sobre la pira, todo el horror de su (Los Nueve Libros de la Historia. situación no pudo impedir que le vipiese a la memoria el dicho de Solón, que parecía ser para él un aviso del cielo, de que nadie de los mortales en vida era feliz, Lo 64. La molinera mismo fue asaltarle este pensamiento, que como si vol.
viera de un largo desmayo exclamó por tres veces: 10h Por la senda llana, los dos, tras, tras, tras, Solón! con un profundo suspiro. Oyéndolo el rey de Pervan un rucio y una viejecica errante: sia, mandó a los intérpretes le preguntasen quién era van los dos ligeros, dale que le das, aquel a quien invocaba. Pero él no desplegó sus labios, antes que anochezca, mudos; tras, tras, tras, hasta que forzado a responder, dijo: Es aquel que yo detrás la viejuca y el racio delante.
deseara tratasen todos los soberanos de la tierra, más bien que poseer inmensos tesoros. como con estas Tras, tras. La viejuca va para el molino: expresiones vagas no satisfaciera a los intérpretes, le vol ochenta años cuenta, Ibien complido estol!
vieron a preguntar, y él, viéndose apretado por las voces y está alegre, en este goce matutino, y alboroto de los circunstantes, les dijo: que un tiempo tras, tras, y es tan fresca como el blanco lino el ateniense Solón había venido a Sardes, y después de puesto en las mañanas a secarse al sol.
haber contemplado toda su opalencia, sin hacer caso de ella le manifestó cuanto le estaba pasando, y le dijo cosas Va sin cabezada, en libertad franca que no sólo interesaban a él sino a todo el género hu. el rucio lustroso de parda color; mano, y muy particularmente a aquellos que se conside no le herraron nunca, nunca asb retranca: ran felices. Eotre tanto la pira, prendida la llama en sus y tras, tras, le aguija la viejuca blanca extremidades, comenzaba a arder; pero Ciro luego que con un verde tallo de retama ep flor.
oyó a los intérpretes el discurso de Creso, al punto mudo de resolución, reflexionando ser hombre mortal, y no Viendo a esta viejuca corcovada y lenta, deber por lo mismo entregar a las llamas a otro hombre, tras, tras, iqué recuerdos de antigua quietud!
poco antes igual sugo en grandeza y prosperidad. Temio mi abuelica ciega se me representa: también la venganza divina y la facilidad con que las yo era de seis años, ella era de ochenta; cosas humanas se mudan y trastornao. Poseído de estas quien me hizo la cuna, le hizo el ataúd.
ideas, manda inmediatamente a pagar el fuego y bajar a Creso de la hoguera y a los que con el estaban; pero todo tras, tras, tú sigues, lindo borriquito. Para mis rapazas traédmelo aquí!
en vano, pues por más que lo procuraban, no podían vencer la furia de las llamas.
Nada más gracioso, nada más bonito: Entonces Creso, segúa refieren los lidios, viendo mucuando fué la Virgen camino de Egipto, a lomos iría de un borrico así.
dado en su favor el ánimo de Ciro, y a todos los presen.
tes haciendo ipátiles esfuerzos para extinguir el incen.
Tras, tras, ies ya tarde, molinera santa!
dio, invocó en alta voz al dios Apolo, pidiéndole que si Nacen las estrellas, clara muchedumbre.
alguna de sus ofrendas le había sido agradable, le soco.
Tras, tras. que mafiana, cuando el gallo canta, rriese en aquel apuro y le libertase del desastrado fin que madre molinera, corre y se levanta, le amepazaba. Apepas hizo llorando esta súplica, cuando vestir los dietos y encender la lumbre.
a pesar de hallarse el cielo sereno y claro, se aglomeraron de repente nubes, y despidieron una lluvia copiosi. Tras, tras, y el pollino que se pavonea, sima que dejó apagada la hoguera. Persuadido Ciro por Icómo trisca, al logro del camino llano!
este prodigio de caáo amigo de los dioses era Creso, y ganas me dan, viendo su humilde ralea, cuán bueno su carácter, hizo que le bajasen de la pira, y de irme a la parroquia blanca de la aldea, luego le preguntó. Dime, Creso. quién te indujo a para bautizarlo y hacerlo cristiano.
emprender una expedición contra mis Estados, convir.
tiéndote amigo en contrario mío. Esto lo hice, señor, Tras, tras, tras y la molinera abuela respondió Creso, impelido de la fortuna, que se te mues. va toda empolgada, como a un festival: tra favorable y a mí adverba. De todo tiene la culpa el porque la empolvaron la cara y la tela, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica