142 Repertorio Americano No pensemos, como el sublime Leconte de Lisle, que ha callado el himno melodioso de la santa bellezali, y que hayamos perdido para siempre en la edad negra, el ca.
mino feliz de Paros.
Con Shelley, espíritu hermano de Leconte, digamos a todo poeta, sabio y amante de su arte: moptándose aún más, al alma del Universo que hablaba por su intermedio. Mas la distancia que nos separa de esa edad de oro de la poesía y de los poetas, es casi ipsalvable. La poesía ha de volver a ser lo que fué, por dos razones profundas: primera, la ciencia encierra arte y poe.
sía; segunda, la vida de Goethe prueba que la ciencia y la poesía pueden coexistir en un hombre. 1) La humapi.
dad, más de acuerdo con su íptima naturaleza, será entonces más feliz. La sabiduría de la época llamada docta por los clásicos, volverá a florecer, y la poesía, vuelta a enaltecer su carácter sagrado, místico y social, brillará como una de las formas de la alta cultura. Los versos de Guyau, no serán los últimos de un filósofo. Vestido de deslumbrante in mortalidad, has llegado a ser uno de nosotros. le dicen; para ti es para quien aquella esfera lejana sin rey, a lo largo oscila ciegamente; en insuperable majestad silenciosa, solitaria, en un cielo de sueño ocupa tu alado trono, ob estrella de nuestra multitudo. Vivre est avancer.
La pensée est en nous large comme amour, désire en autrui se verser sans relache; ainsi que la verta, art se sent généreux.
Les hauts plaisirs sont ceux qui font plereurs (a)
Grande es la gloria del poeta y corta su ventura; po.
cos de ellos ríen, muchos lloran el bien perdido de la ideal belleza, y la poetisa, como Leconte, exclama, olvidando quizá la triunfal llamada del príncipe de los ele.
gíacos. El ferrocarril que aplasta el corazón de las selvas; el faro que agujerea la roca donde usaba sonar la voz de las sirenas; el cristal milagroso, descubridor de las man.
chas que empañan la faz de la bella viajera nocturna, todo eso me hace exclamar con la simpática Melusina daudetiana. Oh tantas civilizaciones. qué habéis hecho de tantas poesías. Esperanza, no desesperación desea la sociedad del porvenir en la poesía y en la literatura, y aquí puelve el armonioso Shelley, que en Adonais reveló poéticamente la religión de la verdad, a dejar sentir su capto sublime e inspirado: así, como en último análisis la religión es una preocupación sobre el origen y fin de la vida, el arte es la preocupación de la belleza y de la plena emoción de un más allá más completo que la vida actual, Para hacernos vibrar con el todo bello que constituye el Universo luminoso, dispone el arte de colores, líneas, sonidos y, ante todo, de la palabra, instrumento de la poesía.
Para acabar de convencerme de que este concepto sublime de la poesía no es fruto del entusiasmo pi del ensueño, he buscado la respuesta de los artistas, y ya sean ellos positivistas, teósofos, idealistas o naturalistas, todos evidencian la misma verdad, vestida de túnica distinta. Conducir a la humanidad a una noción de más en más clara y segura de ella misma; explicarle, en tanto que le sea posible, el misterio del mundo, y en todo caso darle ante ese misterio la poble inquietud de los pensa.
dores; pintar con sus cuadros eternos los aspectos modernos de la Natura, y con su fondo permanente la faz moderna y variable de la vida, tal es, segtia mi opinión, el dominio y el deber del poeta. 3)
Un crítico dada sospechoso de ideas religiosas, inclinado al positivismo, es quien habla el divino lenguaje que acabamos de oir.
Excelsior con el ideal, en el arte, como en la vida, es el mejor medio de cumplir con la verdad. (1) Véase HERDERT Srencer: La Educación, págs. 63. 64. 65. 67, 72, 737 89.
Lo dicho respecto de Goethe es aplicable a Goyad, Taine y otros hombres de ciencia contemporáneos.
El sociólogo italiano Guillermo Ferrero se ha revelado un gran poeta social últimamente. 2) Estrofa del poema La maldtolle. 3) PETIT DE JULLEVILLE: Histoire de la langue a la littérature francaise Les foltes, pág. 80. Dar HENRY CHANTAVOINE. Como un poeta oculto en la luz del pensamiento cantando himnos espontáneos, hasta que el mundo es forjado en armonía con esperanzas y temores de lo que antes no se (cuidaba. leyendo este verso profundo, dejo a la más ilustre poetisa de América. Sus versos me han proporcionado quizá los más elevados placeres mentales: la reflexión o meditación, y la admiración por añadidura.
ALBERTO NIN FRÍAS Buenos Aires, 15 de marzo de 1924.
Noticia: Juicio que mereció a María Eugenia Vaz Ferreira este ensayo: Su juicio es hermosísimo como todo lo que Ud. escribe, es bello, interesante y erudito. He encontrado mucho de valiosamente leído y verídico. 1) Estrofa de Hypatia, de Leconte de Lisle. Las paredes agrietadas permitían ver cias a misteriosas grietas abiertas en Estrellas la claridad de un cielo azul que pron. las frágiles paredes y en el pajizo to se fué cubriendo de estrellas multi techo. desde entonces si antes, Extraviado en la montaña encontré colores, lejanas, vacilantes. El can. nunca la fantasía hilandera tejió en al fin, cuando anochecia, un sendero sancio había abatido mis párpados, y mi pensamiento una ilusión más abierto en la falda; y a pocos pasos, Boné entonces que toda mi vida no amable.
una cabaña. Había fuego en el hogar, era sino una solitaria choza perdida pan en la mesa y amor y paz en los en un rincón de la montaña, junto a RUBÉN COTO corazones. De fuera venía rumoroso la canción de un manantial amigo, y y perfumado el viento. Una fuente que desde el fondo de la humilde vi.
decía su canción breve. Una piña de vienda era dable extasiarse en la con cinco años recitó una oración sencilla, templación del cielo azul y del temLector: Si quiere usted proteger eficazviente al Repertoriu AmeriPronto el silencio reinó por entero blor fosforescente de las estrellas cano, suscríbase! Las cuatro entregas menbajo aquel techo de cañas y de hojas. multicolores, vacilantes, lejanas gra suales: 00. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica