Violence

Repertorio Americano 47 Anécdotas francohispanoamericanas, o los recuerdos importunos diplomática italiana? O, mejor dicho: el Sr. Peretti de la Roca, como hombre de mundo y de tacto, sabe ante quién cuenta sts anécdotas y que sólo un diarista de proviocia pueda creerle que Castro do sepa dónde está Bélgica y que el ministerio de Relaciones Exteriores de Italia le mande la valija diplomática al ministro de Francia en (De El SOL, Madrid)
Ex La Dépeche, de Toulouse, correspondiente al 25 de Méjico. l Amérique. lo siguiente: Volviendo a Castro, diremos que en sus muchos con.
El Sr. Peretti de La Roca, que acompafia al Sr. He. flictos con los países de Europa y con los Estados Unidos rriot en Londres, ha hecho una gran parte de su carrera casi siempre tuvo razón, aunque casi nunca supo tenerla.
én la América latina. Cuando estuvo en México le ocurrió Le sobraron altanería y violencia. Le faltó vaselina, di.
recibir el correo de la Embajada italiana: el servicio de la plomacia.
valija diplomático en Roma se lo había enviado, bajo la en punto a anécdotas, las hay más divertidas que fé de su nombre sonoro y mediterráneo.
la citada por La Dépêche, de Toulouse.
En Venezuela conoció al dictador Castro, que trataba Aquélla, por ejemplo, de que fué protagonista como sabemos a los mercaderes, a los acreedores y las Taigny, enviado extraordinario y ministro plenipotenacreencias europeos. Completamente iletrado, despreciaba ciario de Francia en Caracas.
a Europa tanto como la desconocía.
Se estaba en tiempos de anormalidad política y el Pre(Un día cuenta el Sr. Peretti. cuando se le presen. sidente tenía sus razones para sospechar de la parcialidad taba una reclamación de Bélgica, exclamó. Bélgica? de algunos consules y diplomáticos en favor de la revo. Dónde queda Bélgica? Enséñenmela en el mapa. cuan. lución. Sospechábase, principalmente, del cónsul de do la vió en la carta, se contentó con responder. Dema Francia, enamorado de la hija de un jefe enemigo del siado pequeña: no pago.
Gobierno. Este consul, probada su complicidad, tuvo el Antes de la guerra solían verse con frecuencia en los excesivo pundonor de suicidarse.
periódicos de París sueltecitos jococarsis como el anterior. El Gobierno dictó la orden de que nadie, fuera de las Ese privilegio va quedando ahora para los diarios de pro personas que pidiesen permiso, subiera a bordo de un buvincia.
que francés recién llegado a La Guayra. Para que la orden La ignorancia que resplandece en el sueltecito no es se cumpliese, fué colocado, al pie de la escalerilla del la del ex Presidente Castro, sino la del periodista de To. buque, un policía: losa. iOjalá hubiera sido Castro tan iletrado como su su. Se presentó el Sr. Taigoy, ministro de Francia. IEI cesor, muy admirado oficialmente, en Francial Su elo policía le requirió el permiso! En vez de solicitarlo, o de cuencia nos habría perjudicado menos.
manifestar su carácter oficial, el belicoso Sr. Taigay dió Dios me libre de defender al ex. Presidente: no lo me: un empujón al agente policiaco y pasó adelante.
rece. De los nueve años que duró su gobierno, los cinco bordo, toda la tripulación se moría de risa, admi.
primeros do fueron ni malos ni buenos. Durante los otros rando los bíceps de su excelencia el Sr. Taigoy.
cuatro epfermó. Goberno desde su alcoba de valetudina.
Se participó al Gobierno, a Caracas, lo ocurrido: rio. Débil por la dolencia, quiso mostrarse enérgico: erro. Bueno, dijo Castro. Si el señor Taigoy ha penetrado cayó, pasó.
en el barco en esa forma violenta, será que tiene interés Pero, enfermo o sano, en los primeros años de su go en regresar a Francia. como debemos complacerlo, que bierno o en los últimos, siempre stipo sostener una vigo. Do se le permita desembarcar, ni siquiera para dar ex.
rosa política nacional contra la insolencia de diplomáticos cusas.
y empresas extranjeros. Los diplomáticos cayeron: las el excelentísimo señor Taigoy tuvo que seguir viaje empresas extranjeras se inclinaron ante la Ley. Pudo de. a Francia entre la rechifla no de la indignada gente de a cir «no pago. e hizo bien, cuando las reclamaciones ex. bordo. sino de la diplomacia y de la Prensa universales, tranjeras se convertían en negocios de los diplomáticos. Obró bien el Presidente Castro? Obró mal, muy mal. tal punto, que los Estados Unidos, por ejemplo, recla. on gran país como Francia no se le puede tratar de ese maban más de 82. 000. 000 de pesetas por una deuda de modo ni a un pequeño país tampoco aunque ocasional.
sólo 000. 000. Casi en las mismas proporciones reclama. mente este representado por un botarate, que hace gala ban Francia, Alemania, Bélgica, y, sobre todo, Italia. de sus «biceps) de circo, contra las autoridades de la na.
La historia de las reclamaciones europeas será el día ción ante la cual está acreditado, como el excelentísimo que se escriba bien documentada y en conjunto, la his. Sr. Taigoy, toria de la ignominia europea y de la estupidez americana. Castro obró como un bárbaro; pero, cobro de otra ma.
Con la mitad del dinero pagado injustamente por recla. nera el señor Taigoy?
maciones, habría para comprar y sostener tina marina de Anécdota por anécdota, correspondemos con esa a La guerra que las hiciera imposibles.
Dépêche, de Toulouse. Se la cedemos para su anecdotario.
Tal vez el Sr. Peretti de la Roca cuente las anécdotas añadiremos, a guisa de moraleja, que no es con que le atribuye el periodista. Los diplomáticos tratan de historias verídicas o apócrifas que hieran el sentimiento ser amenos. veces lo consiguen. siempre lo son más pacional de un pueblo o de una raza, como los periodistas que los provincianos que escriben en diarios lugarefios. defenderemos mejor los ideales que nos sean caros.
También spelen los diplomáticos ser anecdóticos, como Conviene sacrificar el buen humor, en gracia de la los generales y las (cocottes. justicia. y aun de la mera civilidad.
Pero esta vez quizás atribuye el repórter al diplomá. BLANCO FOMBONA tico anécdotas ajenas o quizás de su propia cosecha; po se da sino a los ricos. el Sr. Peretti resulta, en este sen.
tido, millonario. Es, en efecto, Peretti de la Roca, Doctor CONSTANTINO HERDOCIA uno de los altos funcionarios de más talento en el Quai Orsay, y uno de los que mejor conoce los asuntos y a MEDICO CIRUJANO los hombres de nuestra América.
Enfermedades de los ojos, oídos, nariz y garganta. Horas de ¿Cómo va a imaginarse este hombre tan distinguido oficina: 10 a 11. 30 a. y de a 5, contiguo al Teatro Variedades.
que nadie vaya a tomar en serio su historia de la valija Toléfono aumoro 1443 Do la Facultad do Medicina do Paris Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica