Liberalism

56 Repertorio Americano ΕΙ General Herrera cuando la muerte parecía ya dueña de todas las salidas y lo cercaba con círculo de hierro menos fuerte que su valor y su fortuna!
Pero no son sus dotes de guerrero las que más cos seducen; por sobre ellas resplande cen las de hombre civil, que fue revelándose cada día más al través de los laureles y de la gloria de su espada. En su campaña de Pana.
má, al lado del Jefe de un ejército vencedor, brilla con fulgor de intensidad creciente el patriota, el hombre de corazón generoso que aspira a civilizar la guerra, a impedir que ella cave abismos de odio entre hermanos, a eupoblecerlo con el calor de la hidalguía Un año después, a los oídos de Herrera llegó en su retiro de Pamplona la noticia de que sobre Panamá había caído el zarpazo del Norte, y se trataba de arrebatar a Colom.
bia su más rica región. El ilustre caudillo había saboreado la amargura del Tratado violado, y sentía que el Gobierno no había comprendido la abnegación que implicaba el holocausto del Wisconsin, y que éste no había dado los frutos de justicia y de verdad que él esperaba: sin embargo, no vacilo.
Otra vez callaron en su alma todas las voces que no eran de amor patrio, y se apresuro a ofrecer sus servicios al Gobierno conservador para defender la común heredad, y a pedir a los liberales todos que lo imitaran y que ante el peligro extraño depusieran todo resentimiento y pensaran sólo en el interés nacional.
El Manifiesto que la ozó entonces bastaría para inmortalizarlo, si para ello no fuera suficiente el Tratado del Wisconsin. y termina con palabras que deberían grabarse en letras de oro sobre los muros del Capitolio naciopal, como el más alto grito de patriotismo, como la más noble y necesaria aspiración del alma nacional: Que los que soñaren en descembrar u bollar impunemente el suelo colombiano prevalidos de puestras querellas domésticas, sepan que ante el peligro de la patria, conservadores, nacionalistas y liberales perdemos esas denominaciones para llamarnos únicamente colombianos. o sería posible escribir un juicio exacto sobre el General Herrera en momenlos en que aún parecen escucharse sus últimas palabras, reveladoras del temple heroico de su espíritu, cuando todavía no se han enfriado del todo esas manos fuertes de con.
ductor de pueblos. El fatal desenlace ape.
Das si permite meditar con amargura en la pérdida suprema que ha sufrido la República, en la desgracia irreparable caída sobre el liberalismo, que pierde en su Jefe al más grande de sus prestigios y al más insigne de sus servidores. lo largo de la vida del General que llegó a la vejez con sus energías intactas y con un vigor titánico que por muchos días logró mantener a raya al mal formidable que lo acosaba, se destacan como rasgos característicos, al lado de sus excelsas dotes de guerrero, su perfecta y diamantina honradez, su ardien. te patriotismo y su amor ilimitado por la causa liberal. Hijo de su esfuerzo, escal6 sin ajena ayuda las más altas posiciones, se impuso a todos por sus méritos incontestables y en trayectoria maravillosa, de modesto Oficial de la guardia colombiana pasó a ser no Eblo el más grande de nuestros prestigios militares, sino también el primero de nuestros hombrea civiles, y el Jefe indiscutible, y en muchas horas unánimemente seguido, de una colectividad política que correspondió a sus servicios con una devoción sin par en puestra historia. jamás la calumnia pudo hacer mella en su re.
putación granítica, que era un timbre de honor para la Nación y le mereció ser considerado con justicia como el más alto modelo de desinterés y de austera probidad.
Bien conocidas son de todos sus dotes de caudillo, de organizador militar, de estratega; en las campañas en que tomó parte realizó a maravilla el ideal del Jefe, por su visión prodi.
giosa y su talento; por su valor y su serenidad; por su entereza indomable, a la cual daban los reveses mayor firmeza; por ese iodato don de mando que le rendía las voluntades y que en la hora de la tormenta crecía con ésta hasta superarla; por ese corazón leonino que en un instante crítico le hacía jugarse la vida sio vacilar y le permitía reprimir insubordi.
naciones violentas armado sólo de su fiereza incontrastable, y de su auténtica superiori.
dad. Cuántas anécdotas de su vida de sol.
dado nos lo pintan, erguido en su audacia intrépida, desafiando los más negros peligros, atreviéndose cuando todos vacilaban, restableciendo la disciplina cuando el pensarlo siquiera era ya temerario, aprisionando la victoria cuando el desastre parecía seguro, lleno de fe cuando los más creían todo perdido, y sonriendo con estoica tranquilidad.
Si toda la vida fue el General Herrera liberal irrevocable, lo fue como colombiano que consideraba esa politica la más fecuoda y benéfica para la República. Los que no lo conocían, creían ver en él un rígido bonibre de partido, combativo e intransigente, y falsificaban así su verdadero carácter.
Nadie más amigo que él de la conciliación y de las transacciones decorosas; nadie que más rápidamente abandonara el punto de vista parti(Gral. BENJAMÍN HERRERA darista cuando el interés general estaba Call, 1849. Bogotá, febrero 29 de 1924.
de por medio. Entró en 1909 con leal(Dibujo de LEUDO. Cromos, Bogotá. tad y entusiasmo ardorosos en la unión republicana que dió en tierra y de la misericordia. Dos documentos publi con la dictadura y fue Jefe de esemovimien.
camos hoy, que lo muestran lleno de gran to, al que llevó a la victoria con la elección deza, rindiendo honores al compatriota del Dr. Carlos Restrepo para Presidente vencido; pidiendo desde su altura de trian. de la República. Conocemos todas las intifador al Jefe adversario medidas para aplacar midades de esa batalla política, referida por los furores de la contienda. más tarde, sus distintos autores, y nos consta hasta que cuando vio que a su ejército vencedor le punto supremo la dirigió Herrera, y cómo cerraba el paso una lúgubre amenaza de suya fue la victoria, ganada con mayor esintervención extranjera, y que su triunfo fuerzo, con más tesón, con más extraordipodía ser peligroso para la unidad de la Daria habilidad de las que fueron necesarias patria, el guerrero se eclipsó para que ha. en Peralonso o Aguadulce. fue el director blara sólo el patriota, y a la patria sacrificó de ese enorme movimiento político que se Herrera algo más que su vida: la victoria que llamó la Coalición, otro esfuerzo magno para le sonreía ya, el ideal perseguido a través de formar una falange progresista con elemen.
mil combates y que él no vacil6 en ofrendar tos de diversos campos y destinada a servir ante la imagen de la República, cuya muti a la patria sin otra divisa que los tres colo.
lación no supieron evitar los que de tal res del pabellón nacional, sacrificio fueron usufructuarios. Pas4 a la página 59. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica