190 Repertorio Americano Dietario en Zig Zag Comentario al margen El drama en el teatro de Oscar Wilde: Un pequeo dedos se encuentran entre la juventud de las hojas. JanA cada mirada codiciosa la púrpura del fruto se en.
ciepde más.
Pareja enamorada. Quién cogerá el vedado fruto? Se levkota a la vez el brazo de ella y el brazo de él. Sus de. TI.
tos arrancan el fruto; juntas lo muerden sos bocas, llante y paradojal.
iQué bien sabe el fruto robado!
El drama en la Vida: Un gran accidente vibratorio, El árbol ríe con todas sus hojas infantiles la travesura!
y un ropaje pobre, vulgar, entrecortado.
El drama en el Arte: Una acción profunda, intensa, Rincón de puerto. Noche clara. Sube a las estrellas cargada, y un ropaje medido, justo, purificado.
una canción muy triste.
De Joseph Joubert Miramos al cielo acongojados y lo sentimos lleno tam.
bién de la congoja obestra.
En política es necesario dar siempre a roer un hueso Hay una estrella en el azul que tiembla como una a los revoltosos. Pensamiento inmoral, por lo humano. por lo dema.
lágrima en un párpado. Caerá sobre el mar?
siado humano.
Unas sombras dudosas en la noche. y un beso foerte lo mortalidad que dice dolor y pasión, He aquí un nombre que vence al olvido: Fran. Hay sombras que únicamente pueden besarse en la cisco Rao.
sombra. Cuál fué la gesta; cuál fué la obra de Rao?
Mató una culebra que «desde la boca hasta la punta El mar llega hasta las tapias de un jardin desbordado de la cola tenía de luego veinte y dos pies, y en lo más de rosales.
grueso de ella era más gorda que dos pufos juntos de las Respiramos la rara mezcla del perfume tierno de las menos de un hombre mediano y la cabeza más gruesa rosas y del perfume cruel del salitre del mar.
que tin puño. Así lo consigna Gonzalo Hernández de Oviedo y Val. Uo caso corriente: un suicidio.
dés en su Sumario de la Natural Historia de las Indias, Faé en una verde cala abrigada, de cara al Medite.
øgregando al nombre heroico de Francisco Rao, y a la rráneo de un azul más que azul.
manera homérica, anatural de la villa de Madrid. No hemos podido explicarnos por que el suicida apre Después de Rao muchos habrán sido los matadores de taba contra su pecho los Dialogos de Platón.
culebras, tal vez más monumentales que la que inmorta.
Nuestros ojos han visto las páginas del Banquete lizó al ilustre madrileño, pero no siempre andan apare.
manchadas de sangre.
jados los elementos que son necesarios para que sobre el RAMÓN VINYES héroe caiga la lotería de la inmortalidad.
Barnaquilla, Colombia. Porque no hay duda de que si bien el hecho de matar una colebra es uno, y en justicia estricta los que matan culebras de igual tamaño que la que mató Rao deberían Juan Crisóstomo Lafinur.
teper la gloria de Rao, las circunstancias son diversas, y la inmortalidad se debe a las circunstancias. Viene de la página 184J En primer lugar se necesita un cantor o an consigna.
dor a quien también las circunstancias inmortalicen. pues, la felicidad poética de Lafiour, que supo cantar su En segundo lugar se necesita que el cantor se sienta devoción al ilustre general, con tanta gracia, Baturalidad herido de admiración por el hecho heroico y se deter. y sentimiento que aventajó a todos quienes lloraron en mine a captarlo o a consignarlo.
verso la misma muerte. en tercer lugar que el libro o el mármol en donde La aurora anunciaba to espléndido día. Pero ese el nombre quede no desaparezca por alguna fortuita joven paso por la vida como do meteoro. Su curso procircunstancia.
voca acerba polémica; la prensa clerical lo ataca, acusán.
Hasta hoy la suerte de Francisco Rao ha sido feliz. dole de materialista; él replica en El Argos y tiene partiY lo sabemos matador de culebras e hijo de Madrid, darios y defensores; pero tanto se le hostiliza dentro y como sabemos al Telamonio Teukros matador del bravo fuera del Colegio, que su ánimo se amarga y al to re.
guerrero Imbrios, hijo de Mentor y rico en caballos. suelve abandonar la cátedra y Buenos Aires, en busca de ¿Que no es mucha la inmortalidad que se encuentra tolerancia. Por donde quiera que pasa, en torno suyo se entre la espesa selva de esas ediciones de Clásicos Espa: repueva la polémica. Aunque se defiende briosamente de fioles, perdedoras y apretajadas? Tampoco es mucho me? 80s adversarios, en periódicos por él mismo fundados, tar a una culebra. una inmortalidad es una iomortalidad aquéllos son más poderosos que él. Le expulsan del co.
por pequefia que sea; un nombre escrito o recordado con legio de Mendoza, donde había reanudado su enseñanza más o menos esplendor. Porque nombres como el de y le obligan a pasar a Chile; y allí también acorralan a Rao, para la mayoría, son Gonzalo Hernández de Oviedo este «Apóstol del Diablo. como llegaron a llamarle por y Valdés. y Homero.
el delito de haber explicado científicamente un terremoto Por nuestra parte, confesamos que la inmortalidad y no como castigo del cielo; y habiendo lamentablemente oscura es la que siempre nos ha tentado.
perecido en un accidente en 1824, aun lo persiguen y. Ojalá que este Dietario en Zig Zag dos fuera el escarnecen, atribuyéndole apócrifas retractaciones, equivalente de la culebra «de veiptidos palmos de luego ¡Muerte sobremanera deplorable! Estaba en la plepi.
y de cabeza más gruesa que un puños que mató en la: tud de su talento, de su entusiasmo y de sus fuerzas. De dias el hijo de la villa de Madrid Francisco Rao.
haber vivido algunos decenios más, en Chile hubiera fra.
ternizado con nuestros ilustres proscritos del periodo de Apuntes rápidos la tiranía, y Sarmiento y Alberdi habrían tenido en él, a Primer fruto de un árbol piño.
quien tapto dollan lag desgracias de la patria, un vale.
El árbol, que oculto travieso su primer fruto a los de roso compafiero de causa. De haber vivido algunos afios la casa, lo muestra alegre a los que pasap.
más, este poeta en cuyos versos a la manera clásica, la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica