54 Repertorio Americano Chutanayta SOBRE la rosada arena de un río seco puse los sobre.
satisfecho de la labor realizada hasta ahora en el campo social dos contesto in nediatamente. Creemos haber hecho todo lo que hemos podido; pero tenemos el propósito y el deber de hacer todavía Cuento puneños muchísimo más. Por de pronto, el ministerio de la Pre. De Nosotros, Buenos Aires)
visión Social va a ensanchar su base y aumentar sus atri.
buciones, pues nos proponemos lleven a él todos los ser.
vicios que dependen actualmente de los ministerios de pelos, coloqué la montura a guisa de almohada y me Abastecimientos y de Sanidad, cuyos departamentos se. tendí a descansar. Era la tarde; silbaba recio el viento de rán suprimidos. sin dejar de impulsar la labor de todas la Puna. Antes de cerrar los ojos al sueño, miré el ca.
nuestras secciones, tenemos especial empeño en que mino de herradura, el largo y fragoso camino en zig zag, pronto sea ley el proyecto que está estudiando actual.
que iba oodulando de un morro hasta otro morro, de una mente la Comisión parlamentaria de seguros sociales. El falda a una cumbre, que bajaba y subía. Yo lo había Estado, que ha de exigir muchos sacrificios a los ciuda andado varias veces, caballero en una mula serrapa y topé danos durante el período de puestra organización nacio. por él, arrieros y pastores y mujeres que iban a pie, hi.
pal, no debe permitir que nadie sea víctima de la miseria iando a paishca; en ese camino, yo percibí el olor de mief di sufra privaciones injustas. esto es precisamente lo de las flores de la chigua montés.
que tratará de evitar la pueva ley.
Sin darme vuelcos, soñando con las minas de borato, El Sr. Habrman nos hablaba con gran entusiasmo de me dormi. Nadie escuchó mi soliloquio: los planes del Gobierno. Nadie podía dudar oyéndole de La tonelada de borato me cuesta cuarenta pesos en que los había engendrado un convencimiento profundo y Abra Pampa; el flete hasta Buenos Aires no vale menos los iba a aplicar una voluptad firme.
de cuarenta y cinco pesos. Venderé la tonelada a ciento FABRA RIBAS ochenta. Compraré camiones para transportar el mine.
Praga y Junio do 1924.
ral. Un burrito carga cincuenta kilos, una llama, veinti.
cinco. Dentro de un año yo habré ganado quince mil pesos.
Una voz interior, acaso la pálida voz de la conciencia, El noctámbulo me dijo tímidamente, como para no despertarme. Carlos. te estás aprovechando del trabajo de los El cortejo pasó bajo la lluvia, pobres. No hace mucho, Sajama murió helado. te acuer.
en una tarde fría oscura, das? Fuiste de mañana, tempranito reparar el nu camino recto de la sepultura, mero de costales de borato que los mineros habían apila.
Dicen que la muerta era rubia.
do el día anterior; en el camino te fijaste en un bulto cubierto de nieve. qué pensaste? Pobre Sajana! Despaés, El domingo anterior estuvo paseando tú bien lo sabes, con el pie le diste un golpe; el bulto con su novio guapo y sonrientecayó al suelo. Sajama aún tepla asida su barreta de Ya el viernes, entre mucha gente mipero.
y entre cuatro cirios, la estaban velando.
Le respondi despacio. Es cierto. me pareció ver la cara amoratada de Un año ha pasado lento y sombrío, Sajama, sus manos morenas, huesudas, frías; me pareció para el novio joven y taciturno, verlo tendido sobre el suelo blanco, la boca entreabierta, que ahora se muere de frío.
los ojos cristalinos, adormilados. Les pagas un peso por día, isólo un peso! Los po.
Está pálido y no quiere cantar.
bres trabajan con el pico, con la pala, con la barreta, a Con su guitarra va, como vigia nocturno veces sobre la pieve, soportando una temperatura de y nerviosamente se pone a tocar.
veinte grados bajo cero; mientras tá duermes tranquilo arrebujado en tus mantas, los ipfelices dan diente con Oculta herida diente; tá saboreas riquísimas viandas; ellos sentados a la redonda en un fogón sólo comen calapare y mote y Como una ascua roja me va quemando, coquean para matar el cansancio, para matar el frío. Te ignorada de todos, mi profunda herida; acuerdas de Chutanayta, el llamero?
y siempre, día y noche sangrando, Quise despertarme al ver la cara sangrienta de Chu.
en silencio por ella, se me va la vida.
tapayta. Chutapayta lo azotaste; después, le prendiste Honda, muy honda me va doliendo, fuego al techo de iro de su choza.
esquiva a consuelos y a ternuras, Yo respondi: porque altivamente paso sonriendo Es cierto.
con mi pálido ramo de amarguras. Chutanayta no quiso cargar las llamas de su tropa con borato de tu mina, porque tú pagabas doce pesos por mis inquietudes no llega la melancolía: tonelada y en vez de dinero, le dabas vales. Para trans.
que tiene vigor de torrente mi herida portar una tonelada de borato hasta la lejana Abra Pam.
y como una agua azul de armonía, pa, Chutanayta cargaba las cuarenta llamas negras de su en silencio por ella, se me va la vida!
tropa.
De nuevo se me representó el rostro ensangrentado de CLARA DIANA Chutanayta.
San José, de Costa Rica. Lo azotaste. Era un esclavo? Como po hizo ademán de coger una piedra para cargar con ella su honda pasto.
Lector: Si quiere usted proteger eficazmente al Repertorio ril, le diste duro; luego, cegado por la ira, le prendiste Americano, suscríbasel Las cuatro entregas menfuego al techo de su choza. La Collaguaima y sus hijos, guales: 00.
hayeron cerro arriba. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica