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166 Repertorio Americano Los amigos del César como escritor público. Admirable ponderación y espíritu de jas.
ticia, que reconoce lo que hay de grande y universalmente humato basta en los adversarios.
Este sentimiento indujo a Alejandro Grant a querer patenti(De La Vox, Madrid. zárselo de un modo concreto y tangible a su antiguo amigo Macdonald. Cómo? Le ofreció un automóvil y medios de sostenerlo, NON la lealtad de los amigos del César ocurre algo muy distinto. que no estaba bien, a su juicio, que quien había llegado a la cima que con la honestidad de su mujer: es mejor que exista sin de la democracia inglesa hubiese de andar laego, cuando sonase parecerlo. En la vida de los hombres públicos hay dramáticas pa la hora de abandonarla, en tranvías, omnibus y metros, como radojas: pueden hacer de Mecenas o de simples protectores de la cualquier hombre de la calle. Los cargos públicos, en su opinión, invalidez y la indolencia, ser dadivosos con propios y extraños de imponen cierta com postura social hasta cuando se han dejado.
su personal hacienda o de la confiada a su gobierno por los pue Con esto no sólo quería honrar al amigo, sino velar por la dignidad blos; pero si, inversamente, son ellos objeto de mecanismo o de de la más alta función del Estado después de la Corona Resistiócualquier favor privado, por legitimo que sea, pronto se hará sus se Macdonald. No me concebía. dice como propietario de an pecto de prevaricación o simonía civil. Todo hombre público sabe automóvil. Iba contra la sencillez de mis hábitos. Exquisitas paque tiene enemigos, y vive en guardia; pero con frecuencia son labras que no comprenderá tanto advenedizo político. Por fin más peligrosos para sa reputación sus amigos y entusiastas, y no cedió, no sabemos si persuadido por las razones de su amigo o por lo advierte hasta que ya no hay remedio. De estos pequeños dra. el temor de ofender su desinteresada generosidad. Concertaron el mas está llena la historia de todos los tiempos, y de ellos han trato. Los intereses de 30. 000 libras en acciones de una fábrica de sido víctimas hombres eminentes y otros que, en verdad, no te Grant servirían a Macdonald para sostener un automóvil, y a su nían mucho que perder. Los primeros conmueven, como nos está muerte, o antes si prescindía del vehículo ese dinero volvería a conmoviendo la pesadumbre que, por causa de una amistad entro Alejandro Grant o a sus herederos.
metida en exceso, y por una fortuita coincidencia, sufre estos días, Hasta aquí dada hay vituperable. Pero cuatro meses después un hombre tan austero y tan necesario en los consejos de las na: de ese convenio de amistad el Rey de Inglaterra concedió el tí.
ciones como Ramsay Macdonald.
tulo de barón a Alejandro Grant, desde entonces sir Alejandro.
Comprendemos su náusea cuando ha dicho. Me enferma el Aquí empiezan las insidias de la suspicacia, fundándose, sin duda, corazón tener que hablar de esto. al explicar el origen de las en lamentables precedentes de la política inglesa. Los dos parti.
30. 000 libras esterlinas en acciones de una fábrica que aparecen dos, el liberal como el conservador, venían utilizando esos títulos a su nombre, y cuya noticia ha volado por la Prensa del mundo que el Monarca otorga anualmente a los hombres que se supone entero, con esta delectación difamatoria con que se difunde cual. más conspicuos del país para renovar las enormes reservas de nuquier escándalo, aunque sea aparente o inventado, en que va en merario que siempre había en sus cajas con destino a las elecciovuelto el nombre de algún político de la izquierda. Qué no se ha nes y a otros gastos constantes de propaganda. Se hacía baron a dicho de las supuestas rapiñas de los actuales gobernantes rusos! un hombre de letras o de ciencia; pero también, a la vez, a tal o casi todo falso. Ahora le ha tocado el turno a Ramsay Mac cual hombre de negocios, que, a cambio de esta distinción honodönald, y sobre él han caído los cuervos de la maledicencia inter. rífica, contribuía con largueza a los fondos secretos del partido nacional. Ahí es nada, 30. 000 libras, 150 00 duros a la par! Buena que a la sazón ocupaba el Poder. La costambre era por demás vicogantura para sacar túrdigas al pellejo del primer gran gober ciosa y fué causa de fuertes protestas y escándalos en yarias ocanante socialista que tiene eu sus manos el timón de la primera siones. Hilaire Belloc escribió y habló larga y rudamente contra potencia europea. Le levantaron las urnas al plinto del Poder; no estas formas de simonía política, que eavilecía por igual a los enpudiendo abatirle en nombre de un orden bistórico anárquico y noblecedores y a log ennoblecidos. Ahora, por lo visto, se ha quecaduco, ahora quieren roer su pedestal privado con los colmillos rido aplicar un antecedente ominoso a un caso sin malicia, en que de la insidia. Pero él mismo ha explicado noble y balmente el se ha complicado la generosidad de un amigo con la vanidad de suceso, y es justo divulgar sus palabras.
un fabricante y la inocencia de un hombre de gobierno.
Alejandro Grant era un viejo amigo de Ramsay Macdonald. Con razón dice Macdonald que el honor conferido por el Rey Casi desde la infancia unían a ambos hombres lazos de sentimiento.
a su amigo tiene con su acto de amistad con él tanta relación como Los dos son escoceses. Los dos nacidos en dos pueblecitos próxi. el hombre de la luna. Pero es de temer que no conveza a sus mos, los dos salidos de la nada. El padre de Grant y un tío de adversarios, que son muchos y desean destruir por todos los meMacdonald fueron amigos y compañeros de trabajo manual, como dios la fuerza que ahora gobierna en Inglaterra, personificada en guardas, en un ferrocarril de Escocia. Grant siguió otra trayecto él más que eu otro hombre, porque no querrán convencerbe, sino ria política que Ramsay Macdonald. Pudo romper la argolla del aprovechar este incidente para arbiar su pureza. Sin embargo, salario que ataba a su padre, y que al nacer traía potencialmente la lección puede ser provechosa y la moraleja salta a la vista: al cuello. Fué un industrial de éxito, y con la fortuna adoptó una ¡César, cuidado con tus amigos! Una amistad poco discreta, sobre actitud política antisocialista. Pero eso no le impidió no es in todo cuando coincide con ambiciones de vanagloria social, aunque frecuente el casb admirar las cualidades de talento y carácter esté libre de otros intereses más bastardos, como es también frede Macdonald, su elevación de la obscuridad a la luz y el presti cuente en los que miman y agasajan a los políticos, puede ser gio, y cuando fué llamado a presidir los consejos de la corona más funesta para un hombre público que la hostilidad total de.
británica, el hombre más orgulloso y feliz de Escocia fué sir todos sus enemigos. Amigos del político, do abuséis de vuestras Alejandro, ha dicho el propio Macdonald.
obsequiosidades, no sea que por querer ayudarle labréis sa ruina!
El triunfo de aquel self made man, de aqael hombre que se Lo dicho: la verdadera amistad con el hombre público debe serlo había hecho a sí mismo, pesaba en su admirativa amistad, mantey no parecerlo.
pida y madurada en el corso de muchos afios de frecuente convi.
LUIS ARAQUISTAIN vencia en el común rincón escocés, más que la discrepancia política. El culto del hombre de mérito, del héroe en cualquiera de sus formas, independientemente de su particular ideología, es un sentimiento muy arraigado en la raza británica. Lo que allí se llama el carácter, el hombre en su totalidad, singularmente en sus normas de conducta, prevalece en la estimación pública sobre sus ideas, sobre su vida intelectual, que se relega a muy segun.
do rango. Hace poco murió Massingham, un periodista radical de indómita violencia y de ejemplar rectitad; pues toda la Prensa inglesa, incluso la más conservadora, fué unánime en enaltecerle Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica