Repertorio Americano 45 Estos motivos y el deseo de contemplar y ver mundo. apreciáis en tan poco, amigo ateniense, la prosperidad hicieron que Solón se partiese de su patria y fuese a visi. que disfruto, que ni siquiera me contáis por feliz al lado tar al rey Amasis en Egipto, y al rey Creso en Sardes. de esos hombres vulgares. a mí, replicó Solón, me.
Este último le hospedó en su palacio, y al tercer o cuarto hacéis esa pregunta, a mí, que sé muy bien cuán envidía de su llegada dió orden a los cortesanos para que diosa es la fortuna, y cuán amiga es de trastorpar los mostrasen al nuevo huésped todas las riquezas y precio. hombres? Al cabo de largo tiempo puede suceder fácilsidades que se encontraban en su tesoro. Luego que todas mente que uno vea lo que no quisiera, y sufra lo que no las hubo visto y observado prolijamente por el tiempo temía.
que quiso, le dirigió Creso este discurso. Ateniense, a Supongamos setenta años el término de la vida hu.
quien de veras aprecio, y cuyo nombre ilustre tengo bien mana. La suma de sus días será veinticinco mil y dos.
conocido por la fama de tu sabiduría y ciencia política, y. cientos, sio entrar en ella pingún mes intercalar. Pero si por lo mucho que has visto y observado con la mayor dili. 100 quiere añadir un mes cada dos años, con la mira, de gencia, respóndeme, caro Solón, a la pregunta que voy a que las estaciones vengan a su debido tiempo, resultarán dirigirte: Eotre tantos hombres. has visto alguno hasta treinta y cinco meses intercalares, y por ellos mil cio.
de ahora completamente dichoso. Creso hacia esta pre cuenta días más. Pues en todos estos días de que constan gunta porque se creía el más afortunado del mundo. Pero los setenta afios, y que ascienden al número de veintiseis Solon, enemigo de la lisonja, y que solamente conocía el mil doscientos y cincuenta, no se hallará uno solo que lenguaje de la verdad, le respondió: Sí, señor, he visto por la identidad de sucesos sea enteramente parecido a un hombre feliz en Tello el ateniense. Admirado el Rey, otro. La vida del hombre ioh Creso! es una serie de calaiosta de nuevo. por que motivo juzgas a Tello el midades. En el día sois un monarca poderoso y rico, a más venturoso de todos? Por dos razones, señor, le res. quien obedecen muchos pueblos;. pero no me atrevo a ponde Solón; la una, porque floreciendo su patria, vió daros aún ese nombre que ambicionáis, hasta que no sepa prosperar a sus hijos, todos hombres de bien, y crecer a cómo habéis terminado el curso de vuestra vida. Un sus pietos en medio de la más risueña perspectiva; y la hombre por ser muy rico no es más feliz que otro que otra, porque gozando en el mundo de una dicha envidia. sólo cuenta con la subsistencia diaria, si la fortuna no le ble, le capo la muerte más gloriosa, cuando en la batalla concede disfrutar hasta el fin de su primera dicha. de Eleusina, que dieron los Atenienses contra los fronte cuántos infelices vemos entre los hombres opulentos, al rizos, ayudando a los suyos y poniendo en fuga a los paso que muchos con un moderado patrimonio gozan de enemigos, murió en el lecho del honor con las armas vic. la felicidad?
toriosas en la mano, mereciendo que la patria le distin. El que siendo muy rico es infeliz, en dos cosas aven: guiese con una sepultura pública en el mismo sitio en que taja solamente al que es feliz, pero no rico. Puede, en había muerto. primer lugar, satisfacer todos sus antojos; y en segundo, Excitada la curiosidad de Creso por este discurso de tiene recursos para hacer frente a los contratiempos. Pero Solón, le preguntó nuevamente a quien consideraba des. el otro le aventaja en muchas cosas; pues además de que pués de Tello el segundo entre los felices, no dudando su fortuna le preserva de aquellos males, disfruta de que al menos este lugar le sería adjudicado. Pero Solon buena salud, no sabe qué son trabajos, tiene hijos hopra: le respondió: dos argivos, llamados Cleobis y Biton. dos en quienes se goza, y se halla dotado de una herAmbos gozaban en su patria una decente medianía, y mosa presencia. Si a esto se afiade, que termine bien eran además hombres robustos y valientes, que habían su carrera, ved aquí el hombre feliz que buscáis; pero obtenido coronas en los juegos y fiestas páblicas de los antes que uno llegue al fin, conviene suspender el juicio atletas. También se refiere de ellos, que como en una y no llamarle feliz. Désele entre tanto, si se quiere, el fiesta que los argivos hacían a Juno fuese ceremonia le nombre de afortunado.
gítima el que su madre hubiese de ser llevada al templo Pero es imposible que ningún mortal reuna todos en un carro tirado de bueyes, y éstos no hubiesen llegado estos bienes; porque así como ningún país produce cuanto del campo a la hora precisa, los dos mancebos, no pu. necesita, abundando de unas cosas y careciendo de otras, diendo esperar más, pusieron bajo del yugo sus mismos y tepiéndose por mejor aquel que da más de su cosecha, cuellos, y arrastraron el carro en que su madre venía del mismo modo no hay hombre alguno que de todo lo sentada, por el espacio de cuarenta y cinco estadios, hasta bueno se halle provisto; y cualquiera que constantemente que llegaron al templo con ella.
hubiese reunido mayor parte de aquellos bienes, si des Habiendo dado al pueblo que a la fiesta concurría pués lograre una muerte plácida y agradable, éste, señor, este tierpo espectáculo, les sobrevino el término de su es para mí quien merece con justicia el nombre de di.
carrera del modo más åpetecible y más digno de envidia; choso. En suma, es menester contar siempre con el fin; queriendo mostrar en ellos el cielo que a los hombres pues hemos visto frecuentemente desmoronarse la for.
a veces les conviene más morir que vivir. Porque como tuna de los hombres a quienes Dios había ensalzado más. los ciudadanos de Argos, rodeando a los dos jóvenes Este discurso, sin mezcla de adulación ni de cortesa.
celebrasen encarecidamente su resolución, y las ciuda. nos miramientos, desagradó a Creso, el cual despidió a.
danas llamasen dichosa a la madre que les había dado el Solón, teniéndole por un ignorante que, sin hacer caso sér, ella muy complacida por aquel ejemplo de piedad de los bienes presentes, fijaba la felicidad en el término filial, y muy ufana con los aplausos, pidió a la diosa de las cosas.
Juno delante de su estatua que se digoase conceder a sus HERODOTO.
hijos Cleobis y Biton, en premio de haberla honrado (Los Nueve Libros tanto, la mayor gracia que piogúa mortal hubiese jamás recibido. Hecha esta súplica, asistieron los dos al sacrif.
cio y al espléndido banquete, y después se fueron a dor.
mir en el mismo lugar sagrado, donde les cogió un sueño tan profundo que nunca más despertaron de él. Los ar.
givos honraron su memoria y dedicaron sus retratos en Delfos considerándolos como a unos varones esclareci.
dog. estos daba Solón el segundo lugar entre los felices; pyendo lo cual Creso, exclamó conmovido. Conque de la Historia. vane Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica