Repertorio Americano 359 neda se ha de mezclar un metal duro al oro fino?
El corazón sin disciplina nos pierde, se destroza con sus propias fuerzas. estas fuerzas no lo olvidemos se saben colocar en segundo término para gobernar a su sabor el juego. Disimu.
lándose, operan sobre la imaginación, la conducen al logro de razonamientos gratos. Pero debemos relacionar los actos con sus móviles gepuidos, po.
nerlos frente a sus causas originales y medir sus consecuencias definitivas.
Así apdaremos seguros y andaremos lejos, fecundos pero felices. hay tiempo para todo, nos recor do Dario: con una dolorosa mediocridad. Ha teni.
do su arte el callado y divino madurar de la rosa y ya se ve en su obra el círculo perfecto, gozo de la mente y de los sentidos.
El conocimiento de las almas le viene de suventud azarosa: entibiaron su sangre todos los climas de la América; rozaron su corazón los ambientes más diversos: este hijo de una dama de la aristocracia limeña ha sido sucesivamente obrero, comerciante, oficinista y escritor. Como la buena arcilla de que Dios moldeó al primer hombre, hay en su vida polvo de todos los senderos y de todas las cosas.
Sin ser uno de esos novelistas líricos que hac arruinado la novela en nuestros países, abgándola en floresı, ha sabido ser realista e idealista a la par: es su realismo el del paisaje cuando se copia es la pupila humana, donde se suaviza y se abrevia exquisitamente. hay además del gran escritor de nombre definitivo en Eduardo Barrios, un noble varón. Se ha depurado el alma como el estilo más macerado, y esa obra consciente, que su raza ya mira con orgullo, es el reflejo del escondido proceso espiritual, que conocemos los que hemos tenido largamente su vida junto a nosotros, como la rama extendida so bre la frente del que sestea a sus pies, protegida por ella. Qué suave y amiga sombra nos has dado, hermano Eduardo Barros, noble corazón!
GABRIELA MISTRAL (Pictorial Review, New York, Ya nos los dijo el Eclesiastés: tiempo hay de todo: bay tiempo de amar, tiempo de ganar, tiempo de perder, tiempo de plantar, tiempo de coger, tiempo de llorar, tiempo de reír, tiempo de rasgar, tiempo de coser, tiempo de esparcir y de recoger, tiempo de nacer, tiempo de morir.
Página lírica de Carlos Luis Sáenz EDUARDO BARRIOS Santiago de Chile, diciembre de 1923.
HAGIA SOFIA (La Nación, Buenos Aires. tu luz no se ha hecho todavía en su entraña donde roe la «frailuna aristocracia. Eduardo Barrios don MIGUEL DE UNAMUNO.
Todo sigue igual, palabras que un cable del 8, VIII, 24 pone en boca do Primo de Rivera. Hagia Sofía, se mancil16 la espada. ita pluma es hoy la que redime al mundo, abriendo el surco espiritual, profundo! armas y letras ya no van aupadas!
Templo de oro tenías en Salamanca. iya en los antiguos memorables días, por tu causa también Fray Luis sufría! pero hoy la España está débil y manca!
Hagia Sofía, vuelve al hispano el seso. que en este siglo, la ignorancia armada, contra tu magoa luz no puede pada. y tu eres la creadora del progreso!
Para baldón de un pueblo y de una raza, pueblo que fue pujante cual ninguno, raza que tiene un Maestro en Unamuno, la bárbara razón hoy te amordaza. Hagia Sofía, torba a Salamanca, vindica a España en Miguel de Unamuno, ya que su verbo, libre cual pioguno, del pueblo bispano su energía arranca!
La razón del señor de horca y cuchillo. AGO se echan a la hoguera los tesoros de la Sabiduría; aún los moros tiñen su lanza en sangre de sencillos!
Heredia, agosto de 1924. LA NOCHE DE ABRIL Su altima novela, El Hermano Asno, ha sido recibida por la crítica hispanoamericana con tan encendido elogio que Vicente Salaverri lo ha llamado el primer novelista sudamericano. Es este libro un relato tejido en torno a la vida de un convento franciscano, Tiene la perfección de forma que revela la madurez de un arte. La narración se desenvuelve como una madeja de seda, sin artificio, con una sencillez muy humana.
En la novela anterior, Un Perdido, Barrios, como los grandes novelistas rusos, se entra en la marejada de la vida, buceador vigoroso. Es una obra densa de acontecimientos, boblemente desnuda: el estilo se olvida para dejar el relato solamente erigirse como un inmenso bajo relieve, quemante de verdad y torcido de dolor. Un Perdido tuvo dos ediciones en Chile y una en la Argen.
tipa, en la colección de Grandes Novelistas Americanos que publica Manuel Gálvez. La novela precedente, El niſio que enloquecio de amor, es un delicadísimo poema en prosa, pero mantiene sa rango de novela por la psicología sutil, y el manejo hábil de la fábula. Ha publicado, además, comedies dramáticas, sin duda las mejores de nuestro teatro: Vivir y Lo que niega la Vida.
Eduardo Barrios es un escritor joven: treinta y seis o treinta y ocho años. No es su caso el de la mayoría de los escritores sudamericanos, en los cuales el primer éxito se estanca o se continua Al exégeta magno de el Quijote quien tú le acordaste el don divino del aticismo en lenguaje latino, la sinrazón lo confino a un islote!
Ya se entepebrece toda la pradera y la noche crece, desnuda y señera.
Hagia Sofía, tu noble aristocracia padece mengua en nuestra madre España, Se pierden los pinos en el cielo oscuro; ciegos los caminos, en sombra los muros.
Cielo anubarrado como una alma hostil!
ini una hoja se mueve. Dulcemente llueve sobre los collados, la noche de abril!
San José, abril 23 do 1914. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica