World War

Repertorio Americano 281 ¿México bárbaro? Fernando accedió gustoso a concu.
chaquetilla. Susana no perdió un de.
talle de lo que hacía Mantel; le ena moraba su hombría, su elegancia varonil y severa. Fernando estaba Damos a nuestros lectores un capítulo inédito de la novela Lo Imprevisto, desconcertado; no entendía el mérito que en breve publicará Xavier Icaza, de México. Los capítulog anteriores, re. de Manuel, ni, por lo mismo, el entu.
sumidos, dirían: siasmo de la concurrencia y menos Susana recibe una carta de su esposo (comisionista francés, soldado en la todavía el de Susana. La alegría era Guerra Mundial. La carta la retrae bruscamente a la realidad: dificultades general: el sol quemaba las cabezas y económicas, eu sed de lojo la habían convertido en amante del rico banquero hacía hervir la sangre; los caballos Rentzal.
Susana se preocupa: la carta anuncia el próximo término de la guerra, el piafaban; las muchachas hacían gui.
consiguiente regreso de su esposo; sin embargo, su carácter frívolo la hace fios a los hombres; Susana oprimia olvidar sus preocapaciones. Grave enfermedad de su hijita 18 lleva con su más y más la mano de Fernando, 809 amante a pasar una temporada a ANSALDO, rancho inmediato a la ciudad de México. En él, hace vida tranquila: pasea por el campo, hace caridades, piecesitos buscaban inconscientemente acompañada de Hesiquio, el administrador, antiguo estudiante fracasado, los de él. Sólo Fernando no partici.
lleno de despecho, pero hábil e hipócrita cortesano.
paba de la embriaguez general, se En el campo, se relaciona con una honrada familia de rancheros: doña septia aislado, hasta algo incómodo; Lupe, Lupita, Challo, todas buenas, afables, comprensivas, que saben discul. bruscamente arrancó su mano de la de par a Susana, tratarla con cariño.
Durante su permanencia en ANSALDO, les llega como huésped Fernando, Susana y su rostro tomó una expre.
sobrino y ahijado de Rentzal: es un estudiante puritano, tímido, torpe, ingesión de engafio. Susana sobrió y en su nuo. Susana se propone esacarlo de sus casillası, avivarlo, flirtear con él. Con interior pació un sentimiento de des.
el pretexto de hacerlo conocer el país, lo lleva al jaripeo, muy apropiado para precio hacia Fernando: no parecía desarrollar sus planes. hombre; otro la hubiera galanteado; era el colmo que ella tuviera que in. El jaripco a Susana, de la que muchose marmu. sipuarse.
raba ya; las muchachas, a Fernando; Apareció up ranchero en un caba.
unas le hallaban guapo, otras, desa. llo bruto: el caballo reparaba, saltaba, rrir al jaripeo: las fiestas charras brido. Los comentarios provocados por se paraba de manos, giraba bruscaeran de lo que le interesaba del México la llegada de la pareja se mezclaron a mente, el hábil charro Do se despren.
pintoresco; los charros, los toros, la los de la tragedia: las mujeres se mo. día: la bestia y el ginete parecían revolución resumían su concepto de faban de Macario, le defendían los México; de la revolución su aspecto hombres; los viejos comparaban el co formar un solo ser; se diría que un centauro de dos cabezas retozaba en agrario, el que desde el extranjero rrido con otros. Preludiaron de nuevo la arena. Las palmas estallaron de a parecía más importante. Su act ud las jaranas y las tarpas. El pueblo pro. nuevo. Apenas se apagaron, un toro al regresar era la del inglés que llega testó: Ya es mucha canción, grito al. apareció en el redoodel como una a una colonia: después de dar por adguien; los trovadores do insistieron. exhalación. Arremetió contra las tamitido que se trata de un país inferior, El grupo de charros se animó; Clara blas y después, con la cabeza enhiesta, se estudia, por curiosidad, el carácter suspiro satisfecha: había aparecido en se paró al centro, provocativo, busdel pueblo, sus costumbres: lo pinto Manoel en el mejor de sus enteros, el cando pelea. Varios rancheros respon.
resco les atrae.
Se celebraba la fiesta del patrono retinto quemado. Todas las miradas dieron al desafío del toro. El toro.
se fijaron en ella, y después en Ma. persiguió a uno, los otros le azuzaban del pueblo. En las afueras, se había nuel y en su caballo, en su traje de con chiflidog, a gritos, con la reala.
improvisado un corralón; las raiche.
cuero, en su chaguetín recamado de Intentaron lazarlo; el toro se defenras más guapas fuogirían de madrinas, plata, en su botonadura reluciente. dió; uno de los charros, que se había en un tablado, cubierto con lona; en Fernando pedía explicaciones a Sa. animado con tequila y cognac, junto otro, unos trovadores «amenizarán el 58pa: Susana se apresuraba a satisfacer 90 cuaco a las arcas del toro y lo co.
acto, cou escogidos números de su 80 curiosidad; le tomaba la mano, leo. Faé una lucha magoífica entre repertorios, como al descuido; él, al advertirlo, la habilidad y la fuerza, la cólera y Acababa un romance, de los que el procuraba apartarla; ella la retenia, le el ansia de tritofar; dominó el hom.
pueblo llawa corridos o tragedias, guiſaba los ojos para subrayar sus bre entre la ovación delirante de los cuando llegaron Susana y Fernando frases.
rancheros y gritos de terror en las con Hesiquio: El ranchero de Clara apareció gar mujeres: el toro rodó por tierra y el boso en su retinto. Caracoleó el entero; ginete sobre él. Los otros charros act.
La de Macario Romero jugó la reata con elegante y firme ha dieron a ayudarle; lazaron a la bestia, bilidad. El aplauso estalló cálido, es. el triunfador se levanto cubierto de Lupita, una de las reipas, luego que pontáneo; se oyó la diada, se repitió: polvo, de sangre y de sudor. Las ja.
los divisó, los hizo invitar al palco: la ovación era interminable. El cha.
ranas sonaron y saltó la copla opor.
subieron; Fernando estaba en ascuas; rro, seguro en su caballo, saludaba a tuna, brillante: Susana se divertía en mortificarlo: lo todos y miraba orgulloso a su ran.
obligó a saludar a todos; lo presentó chera. Clara se arrancó una amapola, Bien baga Ponciano el faerte como a un pariente de en esposo. Fer. se la arrojó, després de besarla.
que los toros bien colea Dando asentía siempre; Hesiquio son. Manuel, con maestría, hizo arrao.
y viva la niña Meche refa burlesco. Dofia Lupe sentó a Su car violento a su retinto y en el aire quia Ponciano li ha podido.
sana junto a ella; Susana le hizo sitio cogió la flor y la prendió feliz en el a Fernando; Lupita supo componérse. ojal de sa chaqueta. La ovación fue Susana se hallaba absorta en ese las de modo que Hesiquio quedara a delirante; un chasco pidió la oreja; la espectáculo fuerte y pintoresco; quiso su lado; Challo avizoraba con ansia másica repitió la diada; el ranchero se conocer al ranchero: Hesiquio se lo entre el grupo de charros que aguar. retiró del redondel cejando airosa. presentó. Fernando estaba escandali.
daba su turno para el concurso; entre mente su bestia, con el sombrero an. zado: iba a saludar a can indio bar.
ellos, debería encontrarse su ranchero. ho en una mano, con la amapola como baro. Doña Lupe notó el estupor de Las señoras se comían con los ojos mancha de sangre en la solapa de la Stulz aunque sin explicarse la causa. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica