Repertorio Americano 311 AV tablado de la publicidad, más que co.
las disputas diarias de la moda, que él mo guías o intérpretes de un profundo seguramente desdeña. la moda, eter.
malestar colectivo. Alomar es de los na diosa de los incapaces de originali.
pocas que no flaquean ni se extravian, dad. dice en su libro. No forma parte siempre uno mismo y siempre puevo; de grupos di busca un puesto al sol político sin mezquinas ambiciones, de la clasificación por generaciones; hombre público sin histrionismo, doc.
no sabemos si está dentro o fuera de to sin pedantería, demócrata sin ple.
esa pintoresca fecha del 98 o de algu.
beyez, aristócrata o aristárquico, como na otra fijada con cómica exactitud el dice, sin pueril soberbia, religio.
cronológica.
so sin fe del carbonero, artista sin Está sólo como individuo, lejano, torre de marfil, más revolucionario en sus fantasmagóricas Baleares, al en el espíritu que en la letra, may borde del aumeroso sendero mediterrá.
español y muy universal; en una paDeo, entre el cielo y el mar, entre las labra: el ciudadano perfecto, hombre civilizaciones clásicas y el mondo mo.
de ágora y de academia, de acción y derno, con el cordaje de su alma de pensamiento, juez siempre justo marina vibrando a todos los vientos en cuestiones de Derecho y siempre del arte y la política, que también es, comprensivo en asuntos de belleza.
en esencia, un arte. Y, sobre todo, las Nada humano le es extraño: admiraflechas de su arco son puras, sin vene.
ble fusión de un intelecto poderoso y no pi hiel, sin sarcasmo, sin sátira, un sentimiento hiperdelicado.
sin iropía, sin pinguna de estas fuertes Costa tenía algo de los profetas especias personalistas que muchos pa.
bíblicos: desmesurado, épico, atronaladares buscan con morbosa delectador y, en el fondo, algo campesinoción y dan la medida lamentable vara con su política de calzón corto, muy de medir del punto en que se estima hombre de la tierra. Alomar es ideal.
o teme a un hombre público. Alomar mente ciudadano de Atenas, de Roma, es siempre grave, objetivo, religioso de la ciudad, como tipo de civiliza.
como sus propios ideales. Tal vez mición. Costa era realista: escuela y ra a Madrid con ojos de humorista, despensa, cultura y economía, relación contrastando lo que aquí se quiere ser del hombre con las cosas intelectuales con lo que se es; pero nunca nos dela.
y materiales. Alomar, idealista: se afa.
ta su prosa este sentimiento de los da por elevar la vida a rango civili.
contrarios; su bondad excluye todo zado, por dignificar las relaciones del pretexto de risa, acaso dominado por hombre con el hombre, Costa es inol.
el dolor histórico de ser español.
vidable. Alomar, imprescindible. Se.
Hablando del hombre, he dejado de guimos, desde lejos, a Costa; convivihablar del libro. Pero de qué sirve mos, en toa misma Polis imaginaria, GABRIEL ALOMAR un libro sino para conocer al hombre con Alomar, Hombre de montaña, de que lo escribe, su visión del mundo y tierra adentro, el uno; hombre del (Por BAGARIA) de la vida. Qué es el Quijote sido una mar, isleño, el otro. nos integramos autobiografía recóndita de Cervantes?
en ambos.
dirán bella y precisamente, lo que to.
Todo buen libro es, por mucho que Me placería glosar algunos de los davía flota obscuro e informe, ávido quiera ocultarlo, y acaso más cuanto capítulos e ideas de La política idea. de luz y contorno, en puestra con. más lo oculte, autobiográfico. Cuando lista; pero dos consideraciones me ciencia. De este último linaje es, para en un libro no se sienta palpitar la sandetienen: una, que no podría hacerlo este lector, Gabriel Alomar: un espí. gre y el alma y el nervio de su creador, en las actuales circunstancias, marca. ritu fraterno, que se adelanta en pe. no vale la pena de pasar de la primera damente si quisiera comentar algunas netración y claridad.
página. Busquemos el libro que habla de las partes ahora más sugestivas del Reputo la Alomar como uno de los como un hombre, no como otros libros.
libro, como la tercera y la sexta; y valores más altos de la mentalidad es. cuando lo encontremos, como en La otra, que al que esto escribe le parece. pañola contemporánea por su sensibili. Política Idealista, fatalmente acabare.
ría glosarse asimismo, pues, salvo muy dad proteiforme, por su amplio y pro. mos hablando con preferencia del secundarios detalles de matiz y moda. fundo neohumanismo, por su agudo hombre que lo escribió más que de su lidades de forma, en que Alomar es conocimiento de todas las disciplinas libro. Esto es siempre un placer, y, incomparable, por la gracia y densidad intelectuales y por su idealidad des. algunas veces, una justicia.
de su estilo, a un mismo tiempo color bordante sin ninguna limitación egoís.
y línea, música y concepto, con po ta. Y, sin embargo, muchos tenemos LOS ARAQUISTAIN quísimos escritores españoles contem la sospecha, y algunos deben sentir el (La Vox, Madrid. poráneos, su temperamento y sus remordimiento, de que en la ciudada.
concepciones políticos son tan afines nía intelectual de España se considere como con Alomar. Hay escritores que a este hombre exquisito e insigne co.
no va dejando de leer, porque ni su mo algo forastero. Imperdonable io.
pensamiento ni sa expresión añaden ya justicia. Pero tiene el fenómeno más nada de nuevo a lo conocido; otros, de una explicación, todas honrosas que se leen aún como reactivos, como para él. Vive lejos de la corte, donde seguros y de antemano sabidos exci las lonjas de valoración se guían mutantes de oposición y autodefinición, cho por la presencia, por la corpereidad ya en la idea, ya en la forma; y otros, física, por la irradición personalisme.
en fin, los más dilectos, que se leen diata: régimen de zoco literario y po.
porque uno está cierto de que siempre lſtico. No interviene, por lo tanto, en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica