Repertorio Americano 43 a la fresca agua y a la dura piedra, a la aromada flor, la triste biedra, a todo aquello en gue palpita Dios.
y que de polo a polo el hombre va, malbumorado y triste.
Ven, pues, y recomienza tu campañía contra tanta ridícula cucaña, contra tanta espantosa pequeñez, se vestirán de flores las praderas y las pobres palomas prisioneras cantarán al librarlas ta otra vez. en verdad te confieso, hermano mío, que el cuadro no es tan trágico di adusto: por los caminos hay más de un impío, pero encontré también a más de un justo.
Hay que entender que es de la humana esencia que el bien y el mal por siempre irán unidos, y que hasta la más íntima conciencia bajan esos dos polos confundidos.
Ven, y que vean las concupiscencias, adueñadas de múltiples conciencias, tu austera abnegación y tu humildad, tu sayal, de la más pobre pobreza, en desnudez la planta y la cabeza sin otro sello que tu majestad, Todo tiene en el plan preconcebido su curso sefialado, y nada escapa a él desde el latido hasta el más noble afán de lo creado.
Ya olvidaron los hombres la dilecta definición de la alegría perfecta con que instruyeras al bermano León; la alegría de hoy es grosería que acongoja al espíritu en la fría banalidad de su desolación. el que más se lamenta del ajeno desliz, del desamor y la falacia, no será de seguro ese el más bueno ni el menos responsable en la desgracia.
Como cuando venías de Bolonia sin séquito, ritual ni ceremonia, a tu rincón de celestial amor, vuelve otra vez, de tu camino el cardo te prometo apartar, y si Bernardo quiere venir. bendito sea el Señor!
Ten un poco de amor para las cosas, aconsejó el poeta; amar, amar. y todas las odiosas pasiones concluirán, tal la receta. es que el amor es clave bendecida para la dicha humana. amor es santidad, es fe encendida, abnegación y caridad cristiana.
El mundo ya no sabe que es impío mientras que haga quien sufra de hambre y frío vivir en un festin de Baltasar, cuando tú nos legaste hasta el ejemplo de ni siquiera orar bajo tu templo sino bajo el azul, que es noble altar. mientras, aguardad pacientemente que obre la evolución reguladora, que el mal no puede serlo eternamente ni el bien puede triunfar en una hora. EL POETA: Dije. y tanto fervor puse en mi acento, tan alto levanté mi pensamiento, de mi dolor bajé hasta la raíz, que en la mañana clara y olorosa ante mi vista apareció la hermosa y adorable figura del de Asís. Dame tu luz, hermano, que en la entraña de la noche del mal el odio anida.
SAN FRANCISCO. No busques luz extraña tienes la que Dios puso en tu vida.
Venía con aquel mismo semblante con que allá en la Porciúncula distante en éxtasis se alzaba hasta el Señor, los labios, florecidos de oraciones, las manos hechas a las bendiciones y el corazón, fragante ascua de amor. EL POETA. Dónde está el bien, la senda que conduce hacia la perfección?
SAN FRANCISCO: Habló el primero: lírico, sublime, con esa frase en que el dolor no gime porque el dolor es transitorio y ruin, me describió la fe de su doctrina, la lumbre que lo orienta y lo encamina del lejano horizonte hasta el confin. El hombre, bermano, se enamora de todo lo que luce, sospira por el bien, y está en su mano. dijo el Santo: Hay un estridente grito de pesimismo por doquiera: toda boca maldice, injuria o miente y es un dolor la humanidad entera.
Fué borrando sus líneas, spavemente, la figura evangélica del Santo, pero qued6 vibrando en el ambiente el eco de su voz, vertida en llanto. ALBERTAZZI AVENDAÑO. Se quejan todos de que triunfa el dolo, de que la fe es flor que ya no existe, Set. 922 San José, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica