240: Repertorio Americano Parque en San Jose Recuerdos del 24 de mo cosmogonico, en el dolor póstumo mueve una hoja sin la voluntad del Los personajes de esta Epopeya no de la Naturaleza, es el epílogo del Amor,. la mujer desempeña cerca de pueden ser humanos. Uno se llama Calvario.
Bolívar el papel del ángel en el Evan: Orinoco, y es un jinete armado con gelio de Libertad.
un látigo de cincuenta ramales. Otro El dios que anuncia en los trópicos se llama Tequendama, y es un guerre: la buena nueva, ve llegar hacia él a Alrededor del nuevo dios gira toda ro que está dando el alerta en un cla.
los emblemas vivos de los Evangelis. nuestra Naturaleza. Sus pies llegan tas; un toro, un león y un águila. hasta México y la proyección de su el Evangelio de la Libertad tiene su cabeza, esto es, su pensamiento, hasta águila, su león y su toro. El dios dis el Plata. Las Antillas son eslabones curre, así, acompañado por sus tres sueltos de la cadena de su vida. Le héroes máximos; porque Páez es el to. son familiares el Atlántico y el Pací.
ro, Córdoba es el león, Sucre es el fico: cobra en Panamá una figura de águila. como para que el ángel del Capitán de Navío que se pasea sobre otro evangelista no le falte, dios lleva el puente del mundo. El Orinoco le ve siempre sentada en la grupa de su ca: partir y el Awazonas le siente llegar.
ballo a una mujer, que es la encarna Parece que sui mano de dios arrastrara ción del Amor.
desde los llanos de Venezuela una El toro eogendrado ha sido por la túnica y la teodiera en Junín, para plenitud de los llanos; el león, por la gapar sobre ella una victoria.
cólera de una catarata; el águila, por Suya la maravilla del agua que es el la serenidad de las cumbres. Como al Tequendana; suya la maravilla del toro no le es dable el salto ni el vuelo, fuego que es el Chimborazo: hasta el aunque sí la irresistible embestida, es borde mismo de la catarata, salta sobre el Señor exclusivo de la tierra en que un peñón. y sonríe; hasta donde pace. El león salta desde el Tequen, nadie llegó a subir en el volcán, pone dama a dar un zarpazo en Ayacucho. su pie. y delira.
El águila se desprende de sus cumbres Los Andes se rebajas como amaes.
venezolanas; y, después de aletear en trados para dejarlo con facilidad ca.
el cráter del Pichincha, va a posarse balgar sobre ellos. Las selvas le escon.
en el Condorcunca con un vuelo que den a los ojos del enemigo o se abren pasa por sobre la pampa de Junín. El ante su marcha triunfal. Los vientos toro en el lanzón de un asta pasea en parecen obedecerle; los ríos, seguirle; sartada una estrella; el león sacude en las estrellas escucharle. Es el nuevo su melepa un relámpago eterno; el dios que ha aparecido en los trópicos águila empuña entre sus garras, en de América; y la Naturaleza se hace vez de rayo, una espada famígéra. voluntariamente su esclapa. como en el árbol de la vida no se no Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica