Repertorio Americano 265 Labrá dulzuras tu jornada, dulzuras las del buen amor!
Fo tus blancas mañanas claras repicará mi carcajada como un collar de piedras raras.
por hábil mauo desgranada.
Yo besaré en silencio triste tus pobres dedos buenos, uíos, cuando pidas lo que no existe con infantiles desvarios, En tus silencios doloridos deslizaré conio nua sombra para que no haga uingúu ruido la planta leve por la alfonbra.
La piedra dura que antes era se hará de arcilla eu tu camino. Siempre seré io que tu quieras!
Me moriré cuando te mueras, y. habré cumplido mi destino. NO ENTENDIO tanto como exige, tiene que hacerlo Soy tal como aquella que tu conociste el robo. el robo de pueblo a pueblo sin amor: la misma con laber amado. es la giterra. Toda pasión es, de suyo, insaciable: la fiera que nos devora por PESAR.
deutro. Así el estado de la nujer en los pueblos que su extravío arrastra Hay en tus labios un aceuto puro ál crimen.
de amor y de verdad.
Tengo dicho con reiteración que la Tal vez como me quieres, nunca uadie mujer es quien cooserva la patria en me ha querido jamás: el sagrado del hogar virtuoso, y quien pero a pesar de todo, aquí en el pecho le asegura la existencia y la va creanwi corazón inquieto está.
do con la fecundidad de sus entrañas; mientras el hombre, solamente la de Hay en tu viauo al estrechar la mía fiende. si esto es verdad, basta sacar un no sé qué de dulce y de leal, las consecuencias.
que es cono una caricia y un amparo: algo de anior con algo de piedad.
pero a pesar de todo aqui eu el pecho mi corazón ioquieto está. MARIA MONVEL: Fué Asi. Santiago de Chile. Editorial Nascimento. 1922.
Envío de Armando Donoso.
Tus ojos eu nis ojos se hau posado llevos de ensuefio y de lumildad, VO MIRÉ LAS HORAS.
pero los ojos iníos no se alegrao. están tan habituados a llorar!
Yo wiré las lioras pasar solamente, y aquí en mi pecho el corazón inquieto mis manos pequeñas nunca hicieron nada.
a pesar mío está!
Fui extática y triste, fuí absorta y helada, pero tuve sueños audaces y ardientes.
Tu sol no puede florecer mis rosas: se la helado mi rosal.
No jugué de viña, tu ya lo dijiste.
Ya no podrán tus labios sonrosarme Mis años de infancia pasaron esquivos, los lirios muertos de la faz.
sin peusar en vada, siempre pensativos La vida toca nie anego eu acíbar.
con las manos quietas y el corazóu triste.
Tu amor no me valdrá, porque a pesar de todo aquí en el pecho ¡Coge entre las tuyas estas manos mías!
mi corazón inquieto. iuquieto está!
Uu soñar eteruo las ha vuelto herniosas: finas, porque nunca fueron hacendosas y pálidas, porque siempre fueron frías.
VEINTE AÑOS NADA DIAS.
Veinte años pada más.
Aira en mis pupilas inefables lagos, y un alma inquieta y dulce tumbas de memorias, cráteres de abisnios y un corazón sin par.
donde se hau perdido mis romanticismos sin guardar recuerdo, ni dejar estragos.
Veinte años nada nás.
Roja saugre en los labios, Mira en la aparieucia frágil de mis ojos blanca piere en la faz.
espejos audaces, como roca duros.
En ellos no hay huella de mis sueños puros, Veinte afios nada uias.
ni hay en ellos huella de mis sueños rojos. Carnes de pardo, finas, ojos verdes de mar.
Cristales que nunca trizó piedra alguna de aquellas que el odio lanzó con su mano, Veinte años nada más.
hau, como de niſio, su fulgor lejano, hay quién, muchacha berwosa, han como de piño, su dulzor de luua.
osa te condenar. No entendió ini cariño, que era un amor de madre y era un amor de niño.
No entendió mi ambición, que si le hurtaba el cuerpo le daba el corazóu.
No entendió uni locura que le abrazó las manos sedienta de ternura.
No entendió ini martirio: buscar, buscar un alma con singular delirio.
No comprendió ui auor: diamante bien pulido con llamas de dolor. No me comprendió nunca! así fué como entonces quedó mi vida trunca.
Cuando busqué sus labios, me mordieron sus dientes infiriéndone agravios.
Yo no fuí al encuentro de niogan destino, mas cuando el destino pasó por mi lado, cuavto amor se trajo me lo he reservado. Lo demás, en cambio, se fué como vino. Bésale bien y más. Los labios bellos tienen derecho de besar!
Cuando busqué sus ojos, me hirieron sus miradas como dos dardos rojos.
COMO QUIEREN LOS NIÑOS BUENOS.
Nunca en la alta noche me creí perdida.
Mientras era lobrega, mientras daba espanto yo uo me deshice, como un niño, en llanto y a la miswa muerte le pedí la vida; Como quieren los niños buenos yo te querré toda la vida: humildes los ojos serenos con humildad desfallecida.
Cuando busqué su pecho, ine asalto su deseo como huracán deshecho.
Quizás si las penas me hicieron más grave, quizás si puliéronme, cual claro diamante: más grande los ojos, más finó el semblante.
Me hau vuelto más frágil y también más (suave.
No me entendio. Partimos por sendas diferentes y. joi adios nos dijiosos. Dolor del goce de quererte!
Lloraré wás que si sufriera.
Tendré deseos de la muerte mientras más sienta que te quiera! ES TENAZ MI ESPERANZA Las penas sufridas no me han amargado, ni el llanto llorado me ha vuelto más triste, Se hará de pardos mi mirada, y en mis dulces labios de flor Es tenaz mi esperanza como una llamarada. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica