Repertorio Americano 1833239 De los libros que nos llegan (Indice. Rafael Heliodoro Valle: Anfora sedienta (Poemas. Mésico. 1922. LA BALADA DEL PETALO nie llena de tal contento y me acaricia tan leve que en mí hay deseos vitales de ser el soplo del viento que adentro del agua mueve las ramas de los rosales. doña EVA DE SOL. triotas costarricenses pagarlo una vez para salvar a su Patria? Cuando la guerra francoprusiana, Francia pagó en tres días el mayor impuesto de guerra que conoció la historia.
Aquellos franceses eran verdaderos patriotas. No harán los costarricenses lo mismo?
Si no lo hacen hay que creer que todo aquel ardor bélico con que corrieron a ofrecer su vida en la última dificultad con Panamá, fué lirismo y falsedad. Si los costarricenses no comprenden la trascendencia del diomento actual no obran de conformidad, es deber, del Gobierno imponer una contribución forzosa, cilesle lo que cueste. Para esto debería el Gobierno proceder, sin demora, a la estimación real del capital de cada habitante de Costa Rica. En esta obra deberían cooperar con él, con un sentimiento patriótico verdadero, todos los costarricenses.
Hay una objeción que hacer a este plan: la falta de medio circulante. La riqueza de Costa Rica consiste, en su mayor parte, ed bienes raíces, y no podenios dar nuestra contribución en fiucas. Es necesario pagar en oro, por lo menos la deuda exterga. Cómo?
Este es un problema del que pueden ocuparse las personas versadas en asuntos de Economía Política. Pero no creo que sea insoluble, si tenemos verdadero amor a nuestra Patria y la voluntad que mueve las montañas.
ENRIQUE JIMÉNEZ NÚNEZ.
Guadalupe, 28 de mayo de 1921, Al sabio aquel rememoro de la leyenda antañona que ball6 un pétalo incoloro en el sepulcro de oro de una linda faraona, Con religioso pavor sus pupilas visionarias se estremecieron de amor al sorprender el blancor de las rosas milenarias.
En el papiro ballé escrita como quien dice en un ala esta leyenda exquisita de la flor que resucita cuanto más se despetala.
Si un celaje pasa en fuga el agua forma una arruga y se encarruja irradiante; mas de pronto se serena como se pone un semblante así que pasó una pena.
Mi melena se electriza y se cubre de rocío al menor soplo de brisa; me desoudo bajo el frío de la mañana ligera.
y al hacerlo tan de prisa interiormente me río al ver que una enredadera.
a mi se tiende sumisa, como mujer, desde el ajuro; y pues en el agua fiera desde algún recodo obscuro lanza puñados de risa la divina Primavera, no sé si hay algo más puro que una risa verdadera. Ah, la insigne flor de olvido!
Mas yo me pregunto al fia. para qué me habrá pedido un pétalo desvaido quien tiene todo el jardín. Jardinero silenciario. señora la reverenciooprimido en este herbario mi pétalo milenario dará su aroma en silencio.
Wasbiogton, 1920.
Pronto me descalzo, y corro ponerme bajo el chorro borbotador de la fuente, y mi fantasía fragua, que ideas y gotas de agua resbalan sobré mi frente.
Se van mis días más torvog, mis dolores son livianos cuando saboreo a sorbos agua cogida en las manos; en el chorro cristalino donde toda sed se cura, más bueno que, una lectura y que un milenario vino.
EL AGOA DE LA LLAVE ¡PONEDNOS TRABAJARI Ese es el grito que dan doscientos homibres, detenidos en la Penitenciaría. 1)
Pobednos a trabajar para rectificar nues.
tras vidas, para dignificar en alguna forma la raza humana, para dar algun buen ejemn.
plo a nuestros hijos, para acallar el grito de nuestra conciencia, para amortiguar el peso de nuestra tremenda caída, para no ser una carga para la sociedad y para el Estado; para no sufrir el terrible, el espantoso, el borrendo pecado de la holgazanería; para vo crear en nuestras costumbres el mal habito de estar sin hacer algo; para tener opor.
tunidades de rehabilitarnos por el trabajo, que ennoblece, purifica y salva. Ponednos a trabajar, hombres libres. que la canción del trabajo resuene en nuestros corazones como uu himno de libertad y de salvación.
Muchas veces este anbelo de los presos, 10 le sentido también aquí, al ver pasar los acorclios) para la cárcel del pueblo, con las portaviandası repletas de comidas.
Señoras caritativas, que lleváis a veces a los detenidos de las cárceles cigarrillos y melcochas, llevadles mejor trabajo y solo trabajo; y vosotros, legisladores, sacad, cuanto antes, a esos hombres a las carrete.
ras, a los puentes, a los jardines, para que trabajen en las instituciones públicas: que el mal que un dia hicieron en privado, se transforme, por virtud del trabajo, en un bien público. Sí. Sacadlos a trabajar! SALAS Pérez San Ramón, diciembre de 1923.
Empiezan a reyolar en el aire matutino los clarineros brillantes y, con jubilo sio par, hacia el baño me encamino con mis ropas blancas, antes de que el botón de mi sér en la alegría florezca y todo el amanecer sobre mi empiece a caer convertido en agua fresca.
En el fondo de la pila el agua se balla tranquila e invierte la arquitectura de las nubes matinales, y el soplo de su frescura medida que más entro la linfa me pone sanos colores sobre la espalda y me imagino estar dentro de una grandiosa esmeralda. me asalta un deseo ardiente de nadar en la corriente como el pétalo de rosa que se bunde y se perfuma, o de ser como la espuina que en la claridad retoza, o un tesoro peregrino para que mis resplandores brillen entre el remolino de los peces de colores.
Una omisión Eo el número pasado omitimos el nombre de Chocano (José Santos) al pie del poema Huacca China, de que es el autor.
Cooste, pues.
Es el agua serenada, agua rozagante y fría, que en medio de la alborada bace fuertes a los mancos (1) Véase el RSPERTORIO, Nº 11 12 del año en curso: Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica