222 Repertorio Americano hacia ella. Caperucita Roja terialistas. Ni aun en el culto a las dadosa propensión educadora del maes EL HADA. Con inquietud. No le glorias más puras, las de la inteligen. tro. Justicia, bondad y belleza son los hará daño?
cia, somos tolerantes. El laditutela. lemas del escudo galdosino. si al LA ABUELA. Entre encías y con rismo es aquí pecado hasta para los hombre le rinde esa trinidad, al espa visajes de cómica finura. Sois muy que presumen de ser descreidos, libre ñol debe atroparle el sado hondo espa amable, Francisco Gontrán. Ay, pensadorés y espíritus fuertes. Nadie fiolismo del inaestro, y a la wujer se. qué hermosas flores. Por qué os hapuede llamar suyo Galdós. Eo su ducirla el respeto que por la mujer béis molestado?
luminoso espíritu hay tanta luz, que demostró en sus obras, y a los piños. Todos, riendo, vuelven la cabeza ciega a algunos. En su ideología hay alegrarlos el saber que este autor les delicados matices. Eu totalidad, Badie dió libre entrada en la literatura espapuede estar conforme, de acuerdo en ñola, que invadieron riendo, saltando EL ARENERO. Triunfante. No absoluto. Y, sin einbargo, hombres de y haciendo inil endiabladas travesuras, os lo dije?
muy distintas confesiones, doctrinas con las cuales hacían sonreir gozoso, LA GIGANTONA. Sopla los ojitos y escuelas estéticas forman en Los cual a un dios, al maestro, a don Be de la niña, viejo.
Amigos de Galdós. Común a todos los nito Pérez Galdós. El Vendedor de Arena se inclina hombres debe ser la sit patía admirativa, el espíritu de justicia (tal y como ROBERTO CASTROVIDO hacia la pequeña enferma y sopla suavemente sobre sus párpados. lo ab alizó Pérez de Ayala) y a la bon (LA Vos, Madrid. CAPERUCITA. Despertando a me.
dias. Tengo calor. Quiero agua, madre.
BARBA DE PLATA. Hijita. hiji.
ta.
CAPERUCITA. Despertando del to.
do. Oooh. Fantasía escénica)
TODOS LA vez. iNiia querida. Nuestra amiguita!
Tercera parte Pero el sueño que ellos dan no és Hemos venido a verte.
En la misma habitación, a media como éstos ieb? Pedruscos de buena te traemos regalos.
noche. La abuela, con la cabeza caída ley, qui «pequeña» Gigavtona. Estás niejor, no te duele nada?
sobre el pecho y la cofia torcida hacia (Toma un puñado de ellos y pre.
EL PERRO. Yo, yo les abrí la puer.
el lado izquierdo, duerme en su silla gunta a su inmensa amiga. ta, amita. Eh? Decid vosotros; ino es de paja. También duerme Caperucita. Cuáles?
cierto que fui yo. No es cierto? yo con un brazo fuera de las cobijas, El LA GIGANTONA. Impaciente. Los les avisé que estabas enferma, amita. No es verdad que fui yo? Decid vos.
perro, en dos patas, forcejea por qui más gruesos, viejo charlatán, apresú.
tar la tranca de la puerta y descorrer otros. no es verdad? Amita mia, mi rate.
amita!
la aldaba. Lo consigue al fin y abre (El Arenero inclina hacia atrás, cuauna rendija pequeña, por la cual 830. vemente, lacabeza de la abuela y pone LA GIGANTONA. Sí, sí, fuiste tú, ma el hocico afuera, diciendo: sobre sus ojos dos piedrecitas blancas. tor bellico. Quién lo piega? Sosiégate, que vas a casarla. Ya está. Lo que me ha costado! EL VENDEDOR DE ARENA. Mali.
EL PERRO. Yo, cansarla. Vieja En mi caseta no hay. por suerte, estos cioso. Ahora soñará que tiene 20 años torre!
embelecos y me falta la costumbre y que anda de novia con un buen BARBA DE PLATA. Vais a reñir de. No hagáis ruido y procurad ha mozo. Veréis qué cara pone!
abora?
ceros angostos al pasar para po abrir (El viejecillo va hacia la cama de LA GIGANTONA. El.
una rendija demasiado grande, pues señora Martina, se mete entre las cor EL PERRO. Ella.
el aire frío dafiaría a mi amita.
tipas y luego sale, restregándose las BARBA DE PLATA. Parecéis chi(Se aparta y entran en puntas de manos. quillos. Oye, Vigilante: ponte quieto, pie, el lobo, Barba de Plata, la Gigan. EL ARENERO. la señora Martina ¿eh? Sé generoso; tú puedes ver a la tona, Gajo del Sauce, el Vendedor de le puse dos grandulones pedruscos doniña a todas horas. En cambio, 00s.
Arena y el Hada del Bosque. Todos, rados. Esta noche va a hacer pegocios otros. Tú eres inteligente y noble.
con mil precauciones, avaozan hacia granel y a realizargan ancias fabubas. El perro lame la mano de Caperula camita de la niña y se sitúan a su (Todos ríen. cita y, tocado en sus buenos sentialrededor, cuchicheando,. sonriend mientos, capitula y va, aunque rezoncon cariño, inclinándose amorosamenEL HADA. Con gracia. Sí, reis, gando entre dientes, a echarse junto te hacia ella. reſs, porque bien sabéis que nuestra a la puerta. Mientras tanto, Caperuci.
Caperucita sólo tiene un inofensivo LA GIGANTONA. Arenero: pon ta se ha incorporado con sigilo, y el sarampión. Pero había que veros la gruesas piedrezuelas sobre los párpa.
Hada y la Bruja la arropan cuidadocara hace un par de horas.
dos de la madre y la abuela, 10 sea samente. LA BRUJA. Nosotros solos, Flor que despierten.
de Maravilla?
CAPERUCITA. Me duele la gar.
EL VENDEDOR DE ARENA. Bueno, EL HADA. IAy, pobre, chiquita, ganta a pequeña. Ayúdame tú a bajar este cuánto la queremos!
Todos. Pobrecilla!
saco. Está lleno y pesa. Con el deseo BARBA DE PLATA. Enternecido. Mucho?
de venir a ver a la niñita, no hice mi Mi nietecita! Está con los carrillos No te destapes, bijita.
tarea esta noche. Casi toda la gente como si se hubiera embadurnado toda CAPERUCITA. Ahora estoy mucho del muodo va a pasar sin dormir, a moras maduras. iPícara enfer. mejor. Pero esta wafana. IUy!
pesar de que el Cansancio y el Vino, medad!
SENORA MARTINA. gritos. mis auxiliares, algo habrán hecho.
LA GIGANTONA. Despiertala, Are ¿Un puerquito por un canasto de (Mientras desamarra el saco charlo nero. IVeréis qué contenta se pone al uvas. Está usted loca, madre Sam.
tea, bajito. vernos!
blet. Para tanto.
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