Repertorio Americano 289 Mister Harding Warren Harding WW son quedará en la historia VL Presidente Wilson salió hacia el Oeste predicando la cruzada de la Sociedad de las Nacioues, y volvió a Washington casi moribundo; y el Presidente Harding, hace apenas po.
cas semanas, fue también hacia el Oes.
te, en una cruzada semejante, la de la Corte de Justicia Internacional, y lo que regresa a: Washington es su cadáver.
Parece repetirse el caso de la Esin.
ge de Tebas: el Presidente de los Es.
tados Uoidos que vo logra resolver el enigma de la paz mundial y la recons.
trucción europea o llega a las puertas de la muerte o las traspasa. iTrágico destino! El duelo del pueblo ameri.
cano es muy grande; y la ola del do.
lor, auugue atenuada por la distancia, llega también hasta nuestras playas.
Fué Hr. Harding para Costa Rica el varón justo, y, dadas las circunstan.
cias en que su justicia resplaodeció, vino a ser, en ocasión memorable, un gran benefactor de la República. Subió al poder en el propio momento en que nuestro covflicto con Panamá revestía para nosotros la mayor gravedad. No se trataba tanto de Pavamá sino de lo que estaba detrás de Panamá. Los vínculos que unen a los Estados Uni.
dos y a Pauamiá son de tal naturaleza que daban a aquéllos el pretexto de extender su poderío territorial, aparentando defender a Panamá y cumplir. deberes contractuales con la veci.
na República. Se decía que la baba de Golbto había sido una presa codi.
ciada por el águila americana; y que Costa Rica ofrecía la oportuvidad que hacía falta. En realidad la ho aquella cra de ipwersa angustia para nosotros. Sin embargo, tau pronto como la administración republicana tomó posesión del Departamento de Estado, cruzaron el aire, con la rapidez del rayo, los mensajes que, haciéndonos cabal justicia, descargaron la tensión eléctrica que nos oprimía y desbicie.
ron la tormenta que nos amegaba.
Cuando uno cierra libros de historia aprende que uación poderosa es sinó.
pimo, una vez sí y otra también, de nación egoísta y opresora. Mr. Hardiog demostró que una nacióu puede ser WARREN HARDING grande por su marina y más grande por sui justicia. iLoado sea Dios!
Visto por MALAGA GRANDET.
Hay dos hechos en que yo tuve al (La Nación, Buenos Aires. glina parta y que me complazco en recordar. Se firmó un tratado sobre extradición en nuestra Secretaría de los Estados Unidos de América, en Relaciones Exteriores, el cual llegó al wanos del verdugo. Se me dijo que lo Congreso para su aprobación. Lo ad.
aconsejado por mí era un atrevimiento versé por cuanto me parecía que, gaque podría ser peligroso porque nos rantizando nuestra Constitución la inexponía a una imposición de Wash.
violabilidad de la vida humana, po ington; pero tal era mi confianza en estábamos facultados para entregar a el espíritu justiciero de Mr. Harding, un hombre que pudiera perderla en (Pasa a la página siguiente. como el Presidente de la gue.
rra. Después de algunas vacilaciones sui espíritu clarividente comprendió el gran papel que a su Nación le tocaba desempefiar en el escenario de Europa.
Fué el caudillo de un gran pueblo pa.
cífico que desep vaipaba la espada para terminar el conflicto que afligia a la humanidad, sio esperar las recompensas que toman los vencedores sobre los buwieantes escombros del vencido, En marzo de 1921, Harding, el Pre.
sidente de la paz, recibe de las manos del ilustre antecesor desfallecido, la investidura del poder. Los Estados Uoidos recogen abundante cosecha de; honores y de ventajas copio couse: cuencia de la guerra victoriosa. Sin buscarlo por los caminos de la ambicióu y del egoísino, llegan al apogeo y son los árbitros del mundo civilizado no tanto por el inmenso poder del oro que se desborda de sus arcas, conio por el poder moral representativo de ciento veinte millones de hombres libres.
Harding es tranquilo, fuerte y so.
brio como un patriarca antiguo. Tiede algo de león en su semblante y sus ojos el mirar característico de las águi.
las. Su vida fué sencilla y si algo pa.
recía predestinarlo a la Presidencia es la virtud del carácter, a la cual injus.
tamente no le dau los hombres el inis.
mo privilegio que al talento.
Su política obedeció a principios opuestos a los de Wilson. Quiso, si: guiendo inspiraciones del Partido Re.
publicauo, fuodadas en las tradiciones que datau de la época de Washington, po mezclarse activamente en las cues.
tiones del Viejo Continente y para acentuar esa conducta, repudió el pac.
to de la Sociedad de Naciones, las más bellas cláusulas de la psz de Ver: salles.
En cambio inició un piovimiento acentuado de cordialidad con las Na.
ciones de América Latipa, ya que es en este Continente adopde la Providepcia puso la verdadera reserva del porvenir en cuanto a productos de la tierra y reconocida como debe ser la homogeneidad de la estructura demo: crática que la modelado a los grupos: sociales que lo habitan.
En este septido merece alabanza la oportuna y eficaz mediación para im.
pedir las hostilidades entre Costa Rica: y Panamá cou motivo del conflicto de límites y fué principio sostenido eu esa ocasión por Hardiog y su emi.
gente Secretario de Estado a que el respeto de los tratados y de las deci.
siopes arbitrales serían condición de armonia entre las paciones de Amé. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica