Repertorio Americano 57 Con Einstein Toledo en. para las multitudes humanas; en ellos la ciencia confina con la mitología y el genio científico que los domina adquiere un uimbo mágico. Es Ud. Sr. Einstein, el nuevo mago, confidente de las estrellas.
Madrid, 1923. ultima ha sido una guerra triste. Se luchaba Miraba el genial físico la dramática situapor cosas que ya no encendían la espeanza, ción de Toledo, que es un cerro agrio, ceEN 1916 pronuncié algunas conferencias que más bien fatigaban ya. La economía y estériles. No podemos ver un trozo del plaüido de otros como él breñosos, crudos, en la Facultad de Letras de Buenos Aires. Me había propuesto en ellas dibujar la organización política de Europa babian someramente la fisonomía de un nuevo esperdido su atractivo en el fondo espiritual deta sin pensarlos como fondo de la exis.
de los mismos que combatían por ellas. La tencia humana y escenario de una vida afin.
píritu que sobre Europe alborea. Ante todo me interesaba fijar los caracteres de la pue.
prueba de ello es que, al final de la conPor eso ante Toledo nos preguntamos. qué historia, qué estilo vital pueden producir ceva manera de pensar que desde el friso serros semejantes. Para qué sirven en el fina.
cular actúa en las ciencias y las va renovanJismo telárico. Qué fruto puede llevar un do radicalmente. Con alguna reiteración paisaje así circo de cerros en torno a otro, aludí a la teoría de la relatividad de Einsdefendido por la haz vertical de un río que tein, ejemplo admirable del nuevo sesgo le sirve de foso natural? Cuando los toledaintelectual. Era entonces muy poco cono.
nos salen a pasear por sus murallas y ven cida, en rigor se hallaba todavía en período las colinas inmediatas, que son una amenaza de desarrollo. Aquel mismo año 1916 publipetrificada, sentirán que sus almas se ponen có Einstein la exposición de su sistema getensas y combadas, como arcos de ballesta neralizado. Al concluir sus conferencias deprontos a expulsar la flecha defensora. De cía yo al auditorio. No teogo prisa alguna las barbacapas naturales que cercan la ciu.
de que me deis la razón. Sólo pido que dad parecen llegar constantemente dardos cuando en tiempo nada lejano alguvas de enemigos, estableciéndose entre una y otras las cosas que habéis oído por vez primera cimas un perpetuo dinamismo de ofensiva y en estas conferencias resuenen por todo el defensira, adormecido hoy, pero que cual.
mundo y celebren su consagración púbica, quier pretexto puede despertar, disparando recordéis que en esta aula y en esta fecha de bueyo su funciopainiento.
oisteis ya hablar de ellas. Si nos detenemios en el Paseo de San Cris.
Esta grata hora porteña energía ayer tóbal, inclinado sobre el abismo, hallamos sobre el laz de mi memoria. Me hallaba con tan guerrero el lugar, que pos asaltan preoEivstein apoyado en el pretil del puente de cupaciones tácticas de conquista y defensa, Alcántara, junto al cual eleva Toledo su ajenas a nuestra pacífica condicibu habitual, encrespamiento urbano. El viejo Tajo, río y si no nos detuviese diligente atención, decrépito, penetraba como una espada fui.
adoptaríamos actitudes de centinela. Hay.
da entre los flancos de piedra cenicienta que rumor de campanas en el aire y ponemos el sustentan la ciudad y sus alrededores. Sobre oído como una copa para recoger su fluencia nuestras cabezas, bajo el cielo más azul, resonora, que es como un rapor metálico deverberaba la ruina del castillo de San SerTramándose en el ámbito azul. Al fondo, vando. Einstein ha tenido que venir de cinesfumada, espectral, se encorva la sierra, cógnito) a visitar Toledo. Llega del Japón, árida y terrible como un contin tibetano. de Palestina, como antes estuvo en Francia, Ello es que Toledo sólo despierta en nosoen Ivglaterra, en Norte América. Por don.
tros pensamientos poliorcéticos, de esersor dequiera que pasa las muchedumbres se de ciudades, y comprendemos que la vida densifican y se agolpan en torno a su egreaquí sólo es posible como un alerta eterno.
gia figura. Es hoy Einstein el hombre de Desde la profundidad donde nos ballamos, ciencia más popular en el mundo. En medio la urbe se eleya casi vertical. Es una masa de la desilusión universal que ha anegado cópica de edificios, apretados los unos cou.
el planeta, Einstein significa el sublime pretra los otros, siu que se descubra entre ellos texto para una fe que quiere renacer.
ALBERTO EINSTEIN el paso de alguna entrada. Toledo es uva. Yo no comprendo me decía esta ex: visto por MÁLAGA GREnet, de esas ciudades ásperas y herméticas, doncesiva popularidad, que mi obra ha alcan. La Nación. Buenos Aires. de, en rigor, no se puede entrar, sino que zado. Nunca podía yo imaginar, mientras es preciso insinuarse en ella. Esto le presta trabajaba en ella, que iba a escaparse de los tienda, nadie está contento; pi vencedores el encanto propio de las villas a que hay laboratorios y de los libros de ciencia para ni vencidos saben hacia dónde dirigir sus que llegar poco a poco, giraudo en torno, ponerse a correr las calles. Cómo se expli afaves. Economía y política han dejado de como a Jericó.
ca usted este extraño feuómeno de que una ser para los europeos lo que fueron en el La plaza de Zodocodóver donde Cervan.
labor tan abstracta y tan puramente cientí último siglo: supremos excitantes de la vi tes encontró el texto arábigo del Quijotefica interese a las multitudes?
talidad. Aun hay luchas económicas; aun está llena de pueblo. Es día de mercado. Yo creo, por el contrario, que es muy hay luchas políticas, pero se va a ellas for Son labriegos del siglo XII XIV, que percomprensible, Sr. Einstein repuse. Es zado por la necesidad de resolver los con petúan el rito intacto de su existencia. 20.
más, podía haberse predicho que si, dada la Alictos planteados, no con el fervor de quien docodôver sigue siendo un zoco oriental.
situación del espíritu universal, sobrevenía espera conquistar en ellas una vida más En los puestos se venden sólo manjares ar.
algún gran invento de alta y pura ciencia, valiosa.
dientes como en El Cairo o Bagdad: aueces, el entusiasmo de las gentes se dispararía Se halla, pues, vacante la fe de los 11001 bigos, piñones, comidas para almohades o irremisiblemente. Ha habido guerras ale. bres. Eu tal circunstancia aparece la obra para templarios. Sin embargo, los fotogragres. Porque aunque la guerra sea siempre de ua, donde se dictan leyes a los astros, bados de los periódicos ban popularizado faena ruda y cruel, se ha hecho a veces con que éstos acatan, Los fenómenos astronómi tanto la figura de Einsteio que, al punto, una embriaguez de ilusión. Pero la guerra cos han sido siempre fenómenos religiosos es reconocido. La muchedumbre se arremo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica