Repertorio Americano 123.
algo de verde hay en tus ojos, mucho de púrpura en tus labios!
10 Fiesta en la noche, y yo en la fiesta. Cómo la extrañas, corazón. Un pals se fuga de la orquesta y da vueltas por el salón.
callada y blanca, miran con ansiedad Cementerio se detuvieron con emoción.
el camino que se pierde en el horizon. ante muchasi tuubas adornadas con te, esperando, llenas de angustia y profusión de claveles blancos, home.
satisfacción, el correo; de las que, o paje filial a los sacrificios y a las lurealmente engañadas o aparentando chas de las madres muertas. estarlo, se enorgullecen con los triun Hap pasado los Carnavales. Todo fos y adelantos del ausente que en la lo que ha sucedido acaso, se olvide capital derrocha tiempo y dinero; de hasta el año eutrante. Hay, sin em.
las que al recibir de manos del hijo el bargo, un detalle hermoso que sólo diploma fipal, lloran de felicidad y pudo nacer en el corazón de una mu.
satisfacción, y recuerdan los días feli. jer muy mujer. La exaltación de la ces es que los mecían en las cunas y maternidad, el recuerdo, en medic de les dormían en sus brazos.
fiestas y alegrías, a la madre del es.
En su hermoso documento, doña El. tudiante. Isa iniciativa do morirá.
vira, Reina por la gracia de la juven: Ojalá de ella nazca, algo como el tud, disponía que sus compañeros. Mother day de Estados Unidos, en y no decimos súbditos porque por algo el que todos, viejos y jóvenes, estu.
vino al muudo un tal don Nikolai diantes y hombres maduros, dediqueLedinem que tuvieran sus madres mos un día a las madres, intertas o vivas debían llevar en el ojal, como vivas, que por nosotros sufrieron y homenaje y recuerdo a ellas, uv clavel para vosotros vivieron.
rojo, y blanco, agregaba el decreto, El reinado de doña Elvira, si tan los que hubieran tenido la desgracia justo y hermoso homenaje llega a de perderla. Las máscaras que conta. convertirse en costumbre, no se olvi. giaron a los bogotanos con su loca dará nunca.
alegría, llevaban un clavel sobre el pe.
G, PÉREZ SARMIENTO.
cho. Los habituales visitantes del (Cromos, Bogotá. Dora sajonias el champaña. licor de gol en el cristal, y yo siento que me acompaña tu melodía original.
Aunque lejana, la armonía del vals te envuelve en su ilusión y es tu inefable melodía la fiesta de mi corazón. Todo trasunta tu belleza y cual si estuvieras aqui baila contigo mi tristeza y mi recuerdo habla de ti.
La noche en fiesta me sugiere no sé qué amable retornar.
Eo el espíritu algo quiere volar a ti. volar. volar.
Página lírica ¿PC? qué no vienes a mi vida y en ella siembras tu dolor. Por qué no das la bienvenida al mensajero del Amor?
de Agustín Acosta hasta que en el azul fué cuajando su oro la antes blanca y auémica claridad de la luna.
Te está esperando el alma mía y está impaciente mi ilusión porque rompa la lejanía tu luminosa aparición. Abandonada a su dolor, un día en que la sombra la envolvió en su velo, me dijo el corazón que ella vendría en el milagro espiritual de un vuelo.
12 ¿Existió ese momento en la vida. Pué cierta la peregrinación en la tarde? No importa.
Fué verdad un momento en mi alma, que (siente acercarse tu espíritu cada vez que lo Abrí los pabellones solitarios; iluminé los vastos corredores; quemé la mirra de los incensarios y el frío mármol alfombré de flores.
feroca. Aboga en el mar tu pesadumbre: pídele al mar un poema que te emocione y te haga llorar.
Que tus lágrimas buenas caigan sobre la mar.
Pide al océano la dulce cuita de amar Llegó cansada de volar. Yo dije. Alma, mujer, inspiradora: rige mi vida entera para siempre. Arde El traje azul será una risa en el armario.
La seda rosa, buenos días está esperando.
como la mirra el corazón que inmolo.
Amor no llega demasiado tarde a quien se siente demasiado solo. con esperanza y con buwapa fiebre de amor.
Pídele al mar que te cousuele de tu dolor. tus peinetas, y tus joyas, y tus lindos zapatos blancos, todo duerme tregua de angustia, todo está triste y olvidado. Ta, como un sueño, ibas a donde nadie sabe.
Temblaban tus augustas manos de flor. Tus ojos, como ep viaje de éter a lo infinito, eran dos sueños en el vago poniente silencioso.
Tus nobles ojos, Hermanita, deben llorar por la vez última: coufiale tu pena al mar.
Te ban despojado de colores, y de esplendores, y de cuanto sea del iris portentoso arrobamiento y entusiasmo.
Eras como de plumas palpitantes. Tu negro vestido, entre la verde sombra, desvanecía el perfume rural de las últimas flores. tú eras una flor de fragaocia divina. Oh qué locura! que te quitea el rojo vivo de tus labios, el brillo intenso de tus ojos y la blancura de tus manos.
Sobre el muro, todas las tardes, cerca del mar, una canción que nadie escuche ponte a cantar.
Así te vi, bin verte con los ojos mortales: encendido de gloria y enlutada de angustia, No son precisas las palabras para el amor: dale un adiós de íntima música a tu dolor.
Tú no estarás punca de luto: ann con el pecho destrozado. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica